Carlos Grangel: «Con Steven Spielberg, si fallas, puedes remontar, no te juegas la vida»

Mila Méndez Otero
mila méndez A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

El creador de personajes trabaja desde Barcelona para DreamWorks y Netflix

08 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«Un guion no es una novela, son muy fríos», cuenta Carlos Grangel. Trabaja desde los 17 años trazando personajes. Suyos son Balto, el príncipe de Egipto o Alex, el león de Madagascar. El Pinocho de Guillermo del Toro en stop motion es una de sus últimas criaturas. Al frente del estudio barcelonés Grangel con su hermano, todo cambió el día en el que Spielberg y DreamWorks, la productora fundada por el cineasta junto a Jeffrey Katzenberg y David Geffen (de ahí lo de SKG), llamó a su puerta. Grangel, académico de Hollywood, es uno de los ponentes que reúne en A Coruña Mundos Digitales 2023.

—¿Por qué los llamó Spielberg?

—Trabajamos primero con él en Londres, en Balto. De eso hace ya 27 años. Cuando crearon DreamWorks, nos llamó para sus dos primeras películas, Anzt y El príncipe de Egipto y yo me trasladé a Los Ángeles unos años.

—¿Les exigen exclusividad, como Marvel a muchos proveedores?

—Es para quien más trabajamos. No deja de ser la primera compañía que quiere competir en serio con Disney, con Pixar. La primera que les planta cara. Con ellos llevamos 16 películas y otros diez proyectos que no se hicieron, porque muchos nunca salen a la luz. Pero Pinocho es de Netflix, por ejemplo.

—Ya que habla de «Pinocho». Si Guillermo del Toro es quien lo idea, ¿cuál es su papel?

—En el guion tenemos los diálogos de los personajes, la estructura de la historia. Pero no hay imágenes. Nosotros tenemos que ponerles color, gestos... Buscamos el diseño, el estilo de esas películas. Tanto Spielberg como Tim Burton, para quien trabajamos en La novia cadáver y Pesadilla antes de Navidad, son dos de los directores que más nos han protegido en sus proyectos. Nos dejaron un margen de creatividad amplio. Eso hay que agradecerlo.

—¿Se arriesga a decir un favorito?

—Spielberg es muy afable y, si fallas, puedes remontar. No te juegas la vida en cada personaje que presentas. Tim Burton, que trabajó en Disney, es un artista que sabe dibujar. Si te atascas, Tim te puede echar una mano. A del Toro tuve la oportunidad de conocerlo en DreamWorks, los dos teníamos allí despacho: lleva sus ideas hasta al final.

—¿Le preocupa la irrupción de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial?

—No me asusta ninguna nueva tecnología que se pueda utilizar como una herramienta para mejorar lo que estamos haciendo. No soy un talibán que diga «esto tiene que continuar como hace 20 años». La industria se tiene que airear, entrar talento nuevo. La gran suerte de un diseñador es que puedes diseñar para cualquier técnica. Cuando empecé solo existía el stop motion y la animación tradicional. Entonces, entró en escena Pixar con Toy Story, y eso cambió la historia de la animación. Ahora se hace un 80 % en CGI, por ordenador, un 15 % es 2D, casi todo manga, y un 5 % stop motion. Puedes emocionar con personajes planos, en 2D, como Bambi, o en 3D, lo vimos en Toy Story. También creando unos muñecos con tus dedos. Me motiva un guion que cuente una buena historia.

—¿Trabajan con «live action»?

—Ahí somos muy realistas y derivamos a otros estudios. A nosotros nos gusta hacer un león, pero caricaturizado, como Alex, el real ya lo ha dado la naturaleza.

—¿Es fan de las secuelas?

—Walt Disney decía que repetirse dos veces era perder el tiempo, que la vida era muy corta. Él nunca hizo una segunda parte, pero ahora las empresas necesitan números, superávits, cotizan en bolsa. Entonces, programan una original al año y dos secuelas de una marca que les funciona. ¿Veremos Spider-Man 54? Por suerte, nosotros solo trabajamos en las películas originales.

—Con su bagaje, ¿sabe con leer un guion qué personaje arrasará?

—Cuando me llegó el primer guion de Shrek dije, «un ogro que eructa y es sucio, esto no funcionará», y escogí El Dorado. ¿El resultado? Esta hizo cien millones de dólares y Shrek rompió la taquilla.

El evento acoge la presentación del «mayor» plató virtual de España, que «estará en funcionamiento en el 2024»

 

«Los españoles trabajamos bien con poco dinero, imagínate cuando nos contrata una de las grandes», destacó el lucense Guillermo Arámbulo, iluminador de películas animadas como El monstruo marino, ahora en Netflix, y la oscarizada Spider-Man: un nuevo universo. Desde Vancouver, trabaja para Sony Pictures y es uno de los expertos que reúne en A Coruña el congreso Mundos Digitales. Un evento al que asisten desde academias de reciente creación, como la coruñesa Amiga, abierta en Carral, al mayor estudio de efectos visuales que existe en España, el madrileño El Ranchito, que emplea a más de 200 personas y que ha trabajado para títulos como Stranger Things, Juego de Tronos y Mandaloriano. «Nuestro papel consiste muchas veces en pasar desapercibidos», apunta uno de sus directores, Gonzalo Carrión.

Más de mil asistentes y cerca de veinte nacionalidades, entre público y ponentes, están presentes hasta hoy en A Coruña en la cita que va ya por su vigésimo primera edición.

Un encuentro en el que la Diputación de A Coruña aprovechó para presentar ayer el estudio virtual que la institución prevé tener en marcha en el 2024 en la Cidade das TIC, convirtiéndose en el mayor plató virtual de España. «Situará a Galicia como referencia do audiovisual a nivel nacional», indicó Valentín González Formoso, el presidente provincial, sobre el proyecto que tiene un presupuesto de ocho millones de euros y que se financia con la ayuda del Plan de Recuperación del Gobierno, con fondos europeos. «El remoto nos ha abierto muchas puertas», destacó Raúl Carbo, el cofundador del estudio canario Atlantis, ahora inmersos en un tráiler que protagoniza Lionel Messi. Los responsables de la primera coproducción entre China y España, Dragonkeeper, fueron otros de los protagonistas de una sesión que tiene reservados para hoy todavía varios platos fuertes.