La serie de TVE rinde homenaje en su ciclo final a la hija de Antonio y Mercedes
26 oct 2023 . Actualizado a las 09:41 h.Con un nuevo funeral, en este caso doble, comenzaba el segundo capítulo de la última temporada de Cuéntame cómo pasó. A través de Herminia, los Alcántara muestran la conmoción por la muerte de Lola Flores, y a los quince días de su hijo Antonio. La abuela de la serie ve sobrecogida, en un sentimiento que traspasa la pantalla, primero el adiós de La Faraona. Y que, horrorizada, suelta un «pobre familia», con la muerte de su hijo quince días después.
«Aquella tragedia demostró que existe un hilo invisible que une a padres e hijos, un hilo que ni siquiera la muerte es capaz de romper», dice Carlos Hipólito, la voz en off de la serie, mientras de fondo suena la canción de Antonio Flores, Siete vidas.
Tras esto la serie vuelve a su trama en un episodio centrado en el personaje de Inés, muy enfadada por la idea de repartir la herencia de sus padres y que ha dejado de hablarles. Han pasado varios meses desde la nefasta Nochevieja que provocó la ruptura de la frágil paz de la familia, y Toni y María intentan convencer a su hermana mayor de que tiene que hacer las paces con sus padres. «Esto es un eterno psicodrama», resume Deborah con su particular humor inglés mientras ve desde la ventana la discusión entre los tres hermanos. «O un documental de vida salvaje», responde Mike (ese encantador My Darling), que por todos los medios, trata de mediar entre los Alcántara y da paz a una Inés que parece necesitarla más que nunca.
Porque al mismo tiempo que no se habla con Mercedes y Antonio, está metida de lleno en el montaje de su obra teatral de La casa de Bernarda Alba, y los guionistas usan de manera magistral los símiles lorquianos para hablar de las relaciones entre madres e hijas, y en concreto entre Mercedes e Inés. A la última se le ocurre que su madre puede hacer el vestuario de la obra, y en esa eterna discusión de lo que ella quiere, lo que expresa y lo que su madre entiende, pivota buena parte del capítulo.
En la última de las pruebas, cuando le confiesa que tiene una propuesta de un diseñador famoso y parece que nunca van a entenderse, interviene magistralmente Herminia, que parece darse un pequeño homenaje en cada episodio, aunque aún no se ha emitido el dedicado a ella. «Hay un muro entre nosotras», le reprocha Inés a Mercedes. «A ti te hubiera gustado que fuese la dueña de una cadena de peluquerías. Es lo que soñabas para mí», le grita a su madre una Inés fuera de sí.
«Lo normal era una mierda», decía Herminia. «Tus padres deberían haberte dado la oportunidad de estudiar, pero ellos eran unos ignorantes, qué iban ellos a saber, bastante hacían con sacaros a todos adelante», prosigue. «Pero tu madre tampoco estudió de joven y ya casada, con cuatro hijos y trabajando se sacó una carrera, tú podías haber hecho lo mismo», afirma mientras Mercedes la interrumpe pidiéndole que no siga. «Es que tiene que oírlo, que ya está bien de que le eche la culpa a sus padres de todo lo que le pasa. Tú has sido muy tuya y muy libre en tus cosas, apechuga ahora», le espeta. Desencajada, Inés se marcha de un portazo. «Alguien tenía que decir las cosas claras en esta casa», termina Herminia.
La obra de Inés triunfa, mientras Oriol termina logrando que detengan a Melero y el resto de la célula neonazi que operaba desde el barrio. Entretanto la serie refleja también el atentado que sufrió José María Aznar por parte de ETA, mientras Toni baraja volver o no a la política, y los resultados de las elecciones municipales y autonómicas que anunciaban un cambio de ciclo en España, y que dejan a Paquita como alcaldesa de Sagrillas.
Y al ritmo de la canción de Mari Trini, Yo no soy esa, la serie homenajea a Inés, la eterna insatisfecha, que parece ir encontrando su lugar. En imágenes recuerda a Inés desde la actualidad a aquella a la que sus padres quitaron de estudiar para hacerse peluquera y solo soñaba con salir del barrio y buscar su lugar en el mundo.
Por el medio su relación homosexual, su matrimonio con un cura, su paso por la cárcel o su matrimonio frustrado con un conde. Eso sí, obvia su etapa más oscura, las temporadas en las que cayó en las drogas y cómo logro salir de ahí. Este momento coincide con el cambio de actriz en la serie. Y es que Irene Visedo decidió emprender otro camino en el año 2008 y regresó en el 2015, para la décimo séptima temporada. Durante tres años, Pilar Punzano dio vida a una Inés que regresa del exilio muy perdida y termina cayendo en las drogas. La salida de esta actriz estuvo rodeada de polémica.