La Xunta podrá levantar la imposición de la mascarilla cuando los casos bajen

María Viñas Sanmartín
maría viñas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

CESAR TOIMIL

El ministerio hace obligatorio el uso del cubrebocas en los centros sanitarios

10 ene 2024 . Actualizado a las 21:11 h.

La obligación de utilizar mascarilla en los hospitales y los centros de salud podrá pasar a ser recomendación en cuanto la situación mejore. Aquellas comunidades que encadenen dos semanas seguidas de bajada de casos de infecciones respiratorias tendrán la posibilidad, si así lo estiman oportuno, de levantar la imposición establecida este miércoles por el Ministerio de Sanidad en todo el territorio español a través de una declaración de actuaciones de obligado cumplimiento.

Con la incidencia de la gripe en máximos tras las celebraciones navideñas —una de cada dos pruebas están dando positivo en España y hay más de 4.000 nuevos ingresos a la semana—, la ministra Mónica García pidió el lunes a los Gobiernos autonómicos que hiciesen obligatoria la mascarilla en centros sanitarios, residencias y farmacias. Más de la mitad se opusieron, entre ellas Galicia, instalada en la recomendación, y el ministerio dio entonces un margen de 48 horas para que le enviasen sus propuestas y dar una respuesta coordinada al repunte de casos.

Transcurrido el plazo, el Ejecutivo central estableció el carácter obligatorio del uso del cubrebocas, pero solo en los hospitales y los centros de salud —en boticas y centros sociosanitarios se queda en recomendación—. El objetivo, dijo García, no es otro que respaldar jurídicamente a las comunidades que ya lo habían impuesto. «Reconocemos la singularidad de los territorios y su capacidad de adaptarse a sus propios datos epidemiológicos, por lo que la obligación podrá pasar a ser recomendación en las comunidades que presenten datos de descenso de la incidencia acumulada en las dos últimas semanas», añadió la titular sanitaria.

Sanidad flexibiliza así una orden que ha levantado ampollas en los Gobiernos regionales, especialmente en los del PP. Algunos ya se plantean recurrirla y Andalucía está estudiando si el ministerio «se ha saltado, de manera intencionada, la legalidad del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud». «Se le pidió a la ministra la celebración de una Ponencia de Alertas y una Comisión de Salud Pública con el objetivo de tener un documento técnico que avalara la decisión que ella ha tomado de forma unilateral», manifestó la consejera de Salud y Consumo, Catalina García. «Lo que le pedíamos eran niveles de alerta con indicadores y acciones dentro de esos niveles, para que cada comunidad, en cada momento, supiese qué hacer, pasar de la obligatoriedad a la recomendación, pero con criterios técnicos».

Sin umbrales de descenso

La instrucción de Sanidad no fija, sin embargo, umbral alguno de descenso, no al menos cuantitativo. «Sí lo hay cualitativo, que es la bajada de la curva», se limitó a decir Mónica García, que se refirió a la mascarilla obligatoria como «una medida muy básica, mínima». «No acabemos normalizando que estas epidemias estacionales tensionen el sistema sanitario», advirtió.

Comesaña: «Ni una comunidad se mostró a favor de la obligación en todo el Estado»

El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, aclaró este miércoles que el Gobierno gallego no se opone al uso generalizado de la mascarilla, sino a la imposición. «Lo que nos disgusta es el proceder del ministerio. Esta ministra ha tirado por tierra el trabajo de muchos ministros y comunidades en un marco de consenso, de colaboración, de escucharse mutuamente y de cumplir la legalidad», censuró. «Ha tomado una decisión unilateral supuestamente después de oír a las comunidades autónomas, pero no ha hablado con ningún consejero, conmigo desde luego no, y conozco a otros muchos con los que tampoco lo ha hecho», añadió.

Dijo, además, Comesaña que en la reunión del lunes ni uno solo de los consejeros se mostró a favor de la obligatoriedad del cubrebocas. «Aquellos que habían tomado la decisión de imponerla se mostraron a favor de que fuera obligatoria en sus comunidades, no en todo el Estado», precisó. Y en ese contesto, añadió, se le pidió al Gobierno informes técnicos. «Hubo una Ponencia de Alertas donde quedó claro que no estamos en una situación de riesgo para la salud pública», subrayó. «No obstante, y a pesar de eso, la ministra insiste, probablemente porque ha llegado tarde a esta situación y quiere hacer que está haciendo algo, en esta decisión unilateral y totalmente desafortunada. Este no es la manera, este no es el camino».

La mascarilla vuelve a los centros de salud entre la aceptación y el desconcierto

Muchos usuarios respaldan su uso mientras otros pacientes critican los continuos bandazos

El uso obligatorio de la mascarilla ha regresado este miércoles a los centros de salud gallegos, al igual que a los del resto de España por imposición del Ministerio de Sanidad, y lo ha hecho con una mezcla de aceptación, respaldo y también cierta contrariedad por un cambio constante de normativa que desconcierta a los usuarios.

Disparidad de criterios en el primer día de uso obligatorio de las mascarillas en centros sanitarios de A Coruña: «Que se aclaren ya»

Los usuarios reclaman mayor información, y consenso por parte de las autoridades

Lidia Fernández

A las 12.00 horas de este miércoles entró en vigor la normativa que obliga al uso de la mascarilla en los centros sanitarios. Ante la falta de consenso entre las comunidades con competencias, Sanidad ha decretado esta medida con el objetivo de proteger a la ciudadanía y hacer frente a la epidemia de virus respiratorios que está colapsando las urgencias y los puntos de atención continuada (PAC) de la mayoría de las áreas sanitarias, no solo en Galicia, sino a lo largo y ancho del país. ¿Pero qué opinan los pacientes de esta medida? 

En la Casa do Mar de A Coruña hay opiniones para todos los gustos. Si bien la mayoría de los usuarios de dependencias sanitarias acuden con la lección aprendida, mascarilla en mano o ya colocada para entrar al edificio, todavía queda algún despistado que no sabe que su uso vuelve a ser obligatorio. «Yo me acabo de enterar por la radio, es un despropósito este nuevo cambio de criterio, que se aclaren ya», se lamenta un vecino momentos antes de acceder al centro de salud. Eso sí, con la mascarilla bien puesta. Otra mujer llega apurada, sin la máscara protectora, y duda antes de entrar a solicitar una en la recepción. Sin embargo, y a pesar de estos casos puntuales, la práctica totalidad de los usuarios que se van acercando esta mañana al centro son conocedores de esta medida, y se muestran a favor de ella. Es el caso de Pepe y Sara, un matrimonio que sale del complejo al filo del mediodía. «Estamos de acuerdo con esta medida, todo lo que sea para protegernos será lo correcto», aseguran casi al unísono. 

Las entradas y salidas de enfermos son constantes este miércoles en la Casa do Mar, lo que ratifica la crisis asistencial que están sufriendo los centros de salud gallegos, tensionados por los virus respiratorios después de las fiestas navideñas, y a la espera de las consecuencias de la vuelta al cole. «A min esta medida paréceme perfecta, sobre todo coa epidemia de gripe e covid que estamos vivindo despois das reunións familiares e agora cos nenos outra vez nas aulas», señala Camilo Cobas, uno de los férreos defensores de la mascarilla. «Pero non só nos centros de saúde, senón tamén nos medios de transporte e en calquera espazo pechado no que se xunte moita xente», asegura este vecino coruñés. «Hai que facer o que fai falta para coidarnos e protexer ao próximo», declara con rotundidad. Con esta visión concuerda Serafín, otro usuario que sale del centro de salud con la mascarilla bien puesta. «No entiendo las quejas de la gente, con los brotes de virus respiratorios que estamos teniendo», declara. «Todavía queda mucho trabajo de concienciación», sentencia, defendiendo esta medida a capa y espada. 

Lidia Fernández

Una medida «exagerada»

Sin embargo, otra parte de la población considera la medida «exagerada». Es el caso de Miguel Ángel Gómez, un joven colombiano que acude a la Casa do Mar por otras dolencias, más allá de las respiratorias. En la puerta, y tímidamente, pregunta a la gente que se encuentra fuera si es necesario poner la mascarilla. «Así es», le responde una mujer que esperaba a su acompañante. Con cierta frustración, rebusca en su mochila hasta que encuentra una entre sus pertenencias. «No sabía ni que la tenía, y menos mal, si no no habría podido pasar», se lamenta este veinteañero que, a pesar de las molestias que le ocasiona, entiende la medida. «No es que esté en contra, sino que no me parece la mejor opción», explica. «Antes había espacios habilitados para la gente con síntomas compatibles con covid o gripe, y estaban aislados», manifiesta. «Creo que era una mejor alternativa que hacer obligatorio su uso a todos los que acuden a un hospital», sentencia. «Al final te obligan a esperar con personas tosiendo y, aunque tengas la mascarilla, estás en riesgo de contagiarte igualmente», opina, haciendo un llamamiento para que se habiliten estas salas. El eco de sus palabras permaneció en la entrada del centro sanitario, y otro usuario lo hizo suyo. «Debería ser una opción, no una imposición», sentencia, ya con la mascarilla a medio bajar. 

«No tenían ni que decirlo, deberíamos ir todos con ella puesta»

Pacientes y profesionales de Ourense apuestan por extremar las medidas de precaución

María Doallo

En Ourense tanto pacientes como sanitarios están de acuerdo en que el uso obligatorio de mascarilla era una necesidad. «No tenían ni que decirlo. Deberíamos ir todos con ella puesta por sentido común porque no quiero ni contagiarme ni contagiar», afirma Bernardo Salcedo, que acude con su nieta al médico en el centro de salud Nóvoa Santos. Allí el personal sanitario y administrativo lleva más de una semana utilizando la mascarilla por precaución. «Nos parece que es una decisión necesaria porque sigue habiendo muchísima incidencia de casos de covid y de gripes», dice Carmen Alonso, una de las profesionales que trabaja en este centro. «Tenemos que volver a acostumbrarnos, pero no cuesta nada y siempre es mejor que enfermar. Ya hay una compañera de baja por coronavirus y no es la primera del año», añade María Soledad Lorenzo, otra administrativa. 

También llevan días utilizando la mascarilla de forma preventiva en el centro de salud del barrio ourensano de O Couto. «Dende xusto uns días antes do Nadal levamos recibindo a pacientes que presentan infeccións respiratorias, tos e febre. Ao ver que isto non cesaba decidimos pór a máscara para protexernos e incluso tamén lla ofrecemos as persoas que están nas salas de espera agardando o seu turno», afirma la enfermera Ángeles Rodríguez. De forma voluntaria, hubo quien aceptó protegerse esos días con la mascarilla y quien no. Desde este miércoles su uso ya no es opcional y todas las personas, que pasan o que trabajan en este lugar, la llevan puesta. «En xeral a xente está reaccionando ben. Eu teño dificultade respiratoria e non o levo moi ben, pero é moi importante para axudarnos os uns aos outros», concluye la sanitaria.