Una novia con un vestido de larga cola e invitados ilustres: así ha sido la boda de Martínez-Almeida y Teresa Urquijo
SOCIEDAD
El alcalde de Madrid y la abogada ya son marido y mujer. El novio se mostró muy emocionado a su llegada al templo: «Agradezco mucho el cariño de la gente», ha asegurado. La novia ha lucido un diseño clásico confeccionado con la tela del traje nupcial de su madre y su abuela
06 abr 2024 . Actualizado a las 18:39 h.José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo ya son marido y mujer. El alcalde de Madrid y la abogada contraían matrimonio este sábado en pleno Barrio de Salamanca, con 500 invitados como testigos.
Uno de los más madrugadores era precisamente el novio. El regidor madrileño llegaba a las 11.27 vestido con un chaqué gris y chaleco de Fernández Prats, mostrando una enorme sonrisa y visiblemente emocionado. Almeida confesaba estar «muy nervioso». «Agradezco mucho el cariño de la gente», decía a las puertas del templo mientras los madrileños le dedicaban unos «¡viva el alcalde! o ¡Torero!. «Como siga esto así voy a echar más agua que Neptuno», dijo el novio entre risas para el que es «el día más feliz» de su vida. Y también hizo una confesión: «Es el día más feliz de mi vida».
Decía el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que no quería que su enlace con Teresa Urquijo se convirtiese en la boda de la tercera infanta. Algo así fue lo que ocurrió hace 22 años con la ceremonia entre Ana Aznar, la hija de José María Aznar, y Alejandro Agag, que reunió a 1.000 invitados. Almeida prefería algo más modesto. Y lo fue en número, ya que «solo» contó con 500 invitados, pero no en relevancia, porque el sí quiero de la pareja en la iglesia madrileña de San Francisco de Borja y posterior convite se convirtió en el mayor acontecimiento social desde la boda entre Felipe VI y Letizia Ortiz, de la que en mayo se cumplirán 20 años.
No en vano, Teresa Urquijo es nieta de Teresa de Borbón dos Sicillias, prima hermana del rey emérito Juan Carlos I. El monarca, recién llegado para la ocasión de Abu Dabi, fue uno de los invitados ilustres. Tampoco faltaron las infantas Cristina, que estuvo acompañada por su hijo mayor, Juan Urdangarín, y Elena, que acudió con sus hijos Victoria de Marichalar y Felipe Juan Froilán, este último llegado también de Abu Dabi.
La más alta nobleza del país tampoco faltó a la ceremonia. Como tampoco lo hicieron los compañeros en la política de José Luis Martínez-Almeida. Uno de los primeros en llegar fue el presidente del PP, Alberto Núñez Feijoo, acompañado por su pareja, Eva Cárdenas, que solo asistieron a la ceremonia religiosa. También estuvo presente la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aunque no acudió acompañada por su polémico novio.
No faltó tampoco el expresidente del Gobierno, José María Aznar, ni su esposa, Ana Botella, que también fue alcaldesa de Madrid. Los expresidentes de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón fueron otros de los invitados ilustres. Y de los políticos en activo no faltaron varios presidentes de comunidades autónomas del PP, entre ellos el titular de la Xunta, Alfonso Rueda, acompañado por su mujer, Marta Coloret. La expectación fue máxima esta mañana en el entorno de la la parroquia del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja y el buen tiempo ha ayudado a que se congregasen cada vez más curiosos. Y es que por allí han desfilado desde expresidentes de la Comunidad de Madrid, como Alberto Ruiz Gallardón o Esperanza Aguirre, hasta la abuela de la novia, Teresa de Borbón-Dos Sicilias, prima del rey Juan Carlos I.
Invitados ilustres
El rey emérito, Juan Carlos I, ha posado a la entrada del templo junto al novio, mientras los ciudadanos congregados le gritaban «Juan Carlos, Juan Carlos». También, el líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, junto a su pareja, Eva Cárdenas, que saludaron de forma muy cariñosa a Martínez-Almeida. Feijoo confirmaba hace unos días que solo asistirá a la ceremonia religiosa ya que, por la tarde, tiene previsto desplazarse a Sevilla, donde a las 22.00 se disputa la final de la Copa del Rey entre el Athletic de Bilbao y el Real Mallorca.
La reina Sofía acudió en solitario al convite
Poco después, hacían acto de presencia la infanta Cristina, acompañada por su hijo mayor, Juan Urdangarin, y la infanta Elena con sus hijos Victoria Federica y Felipe Juan Froilán. Todos juntos posaban junto al rey emérito al final del enlace. Todos menos la reina emérita Sofía. Sí asistió al enlace, pero no a la ceremonia religiosa. Su presencia fue advertida más tarde cuando llegó en solitario para participar en el almuerzo posterior, que tuvo lugar en la finca El Canto de la Cruz, en Colmenar Viejo.
Isabel Díaz Ayuso, que abrazaba emocionada al alcalde, asistió sin su pareja, tal y como se esperaba. No ha sido la única compañera de filas que ha arropado a Almeida en este día especial. El presidente de la Xunta en funciones, Alfonso Rueda, ha acudido con su esposa; también el presidente de Murcia, Fernando López Miras, la secretaria general de la formación, Cuca Gamarra, o el expresidente del Gobierno, José María Aznar.
Una de las imágenes más entrañables de la mañana ha sido la foto de José Luis Martínez-Almeida juntos a sus hermanos. Los cinco, muy sonrientes, han posado ante la prensa.
Como forma parte de la tradición, la novia ha sido la última en llegar desvelando así cómo es su vestido. Teresa Urquijo aparecía imponente a las 12.08 del brazo de su padre. El traje, de larga cola, ha sido confeccionado por el taller de Navascués, con la tela del traje nupcial de su madre y abuela. Se trata de un diseño en brocado Jacquard, con talle alto, cuello con bies en rulo y manga abullonada.
Minutos antes de las 13.30 se captaba la primera imagen de los recién casados a su salida del templo y se podía ver cómo era el traje que lucía la novia ya sin velo y con todo detalle. De nuevo muy sonrientes y con un beso en la mejilla, que se dieron ante la petición del público presente, comenzaba para Urquijo y Almeida una nueva etapa de este día tan especial ya que el banquete se celebra a las afueras de la capital. Entre aplausos, vítores y puñados de arroz, los dos aseguraron sentirse «muy felices».
Ceremonia religiosa y una fiesta en una finca privada
José Luis Martínez-Almeida (48 años) y Teresa Urquijo (27 años) se casaban tras once meses de relación en la parroquia del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja, conocida como la iglesia de los Jesuitas de Serrano, donde en su día contrajeron matrimonio los padres del novio, ya fallecidos. Del templo, en plena «Milla de Oro», la fiesta se trasladó a una finca a 37 kilómetros de la ciudad, en Colmenar Viejo, a donde los invitados se trasladaron en coches o autobuses habilitados por el novio.
El lugar del banquete es «El canto de la cruz», que además es propiedad de los abuelos maternos de la novia, Íñigo Moreno de Arteaga, marqués de Laserna, y Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, prima del Rey Juan Carlos, además de abuelos de Teresa Urquijo.
La finca tiene 25 hectáreas y es el lugar donde la abuela de la novia cría caballos de pura sangre árabe. Un enclave en el que se han celebrado concursos hípicos en los que ha participado la Infanta Elena.
Una responsable de la organización del evento ha explicado a la prensa que los novios tienen planeado un banquete en el que las mesas tendrán nombres de lugares emblemáticos de la capital, como la Puerta del Sol, el Parque del Retiro, la Cibeles o Neptuno.
El menú
Para el banquete de boda los novios han tirado de pura tradición madrileña. El restaurante Lhardy, que va camino de los dos siglos, se encarga del menú. Según Vanitatis, el precio por comensal será sobre 175 euros, así que el montante total se acercará a los 90.000. Los platos elegidos por la ocación han sido salpicón de marisco, solomillo de Wagyu y dos postres.
Como se espera que la fiesta sea larga, los novios han preparado una cena más informal a base de hamburguesas, quesos, embutidos, perritos calientes y pizzas, además de barra libre durante 10 horas.
Tras la fiesta, los recién casados disfrutarán de una luna de miel que comenzará en las paradisíacas Islas Maldivas y continuará en Bután, conocido como el reino de la felicidad. A su regreso podrán recoger los obsequios que los invitados hayan tenido a bien escoger de su extensa lista de bodas. En ella había regalos para todos los bolsillos, desde una alfombra afgana de más de 7.000 euros, a un conjunto de posavasos de 14 euros, pasando por una vajilla de la Cartuja de Sevilla valorada en 1.115 euros.