Así consiguió mantenerse Carlos Navarro, El Yoyas, dos años en paradero desconocido

La Voz REDACCIÓN

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Carlos Navarro «El Yoyas» en el momento en el que «Gran Hermano» le comunica su expulsión disciplinaria
Carlos Navarro «El Yoyas» en el momento en el que «Gran Hermano» le comunica su expulsión disciplinaria MEDIASET | EUROPA PRESS

El exconcursante de Gran Hermano, condenado a casi seis años de prisión por malos tratos, fue detenido el miércoles en una casa de la localidad barcelonesa de Torre de Claramunt. Durante los últimos meses, el fugitivo habría estado sin pisar la calle, pero con la ayuda constante de su familia y de su actual pareja

27 jun 2024 . Actualizado a las 17:43 h.

¿Cómo puede desaparecer un prófugo de la justicia durante 19 meses sin que nadie le localice? Estas son solo algunas de las preguntas que sobrevuelan al caso de Carlos Navarro tras su detención en la madrugada del miércoles en una casa de la localidad barcelonesa de Torre de Claramunt.

Conocido televisivamente como El Yoyas, a Navarro se le perdió la pista el 14 de noviembre del 2020 cuando no respondió al requerimiento del juzgado para que ingresase voluntariamente en prisión.

El exconcursante de Gran Hermano, que fue el primer expulsado disciplinario de la historia del reality, fue condenado en sentencia firma en el 2021 a cinco años y ocho meses de cárcel al considerarle culpable de un delito de maltrato habitual y cuatro de lesiones contra su exesposa, Fayna Bethencourt, hechos cometidos ante los dos hijos de ambos. También se le condenaba por dos delitos leves de vejaciones y amenazas.

El Yoyas, que fue detenido a las 6.00 horas del miércoles ingresaba en la prisión de Brians 1, en Barcelona, a primera hora de la tarde.

Su escondite

El excolaborador de televisión estaba escondido en una casa de la urbanización de Les Pinedes de l'Armengol, en la localidad de Torre de Claramunt (Barcelona). Datos de la investigación, que recoge Colpisa, apuntan a que ese era su escondite estable y que tomaba muchas medidas para no ser localizado.

Los treinta agentes que sorprendieron a El Yoyas en plena madrugada asegura que estaba durmiendo semidesnudo en una habitación en la que tenía una bicicleta estática y una cinta para correr.

La casa en la que se ocultaba, además de tener las ventanas cerradas, se encontraba sucia, llena de restos de comida y latas de cerveza.

Detención de Carlos Navarro
Detención de Carlos Navarro GOBIERNO | EUROPAPRESS

Sus compinches

Para estar casi dos años fugado, es necesario tener un soporte porque Carlos Navarro no pisaba la calle. El único contacto del fugitivo con el exterior era a través de su padre, su hermana y su cuñado, que se repartían la tarea de llevarle comida. También acudía su actual novia.

Con todo, los vecinos de Torre de Claramunt han asegurado al programa de Telecinco «Vamos a Ver» que han visto al fugitivo alguna vez por la zona. «Le hemos visto alguna vez por los bares de aquí y en alrededores. Estando en orden y captura había salido alguna vez a comprar tabaco. Aquí tiene una casa familiar a la que vino y se encerró ahí».

Fayna Bethencourt y Carlos Navarro en una imagen de archivo
Fayna Bethencourt y Carlos Navarro en una imagen de archivo

Sus comunicaciones

El silencio de Carlos Navarro tras su fuga es relativamente reciente. Durante su tiempo fugado concedió varias entrevistas a medios de comunicación desde distintos escondites. En las mismas llegó a pedir «el indulto o la amnistía» al Gobierno de Pedro Sánchez.

Mientras, su exmujer Fayna Bethencourt, con la que compartió la casa de Guadalix de la Sierra en el 2001, denunciaba hace unos meses en su canal de Youtube que no hubiera entrado en prisión y pedía que lo encontraran y protegieran a sus hijos y a ella de él: «En la calle ahora mismo se encuentra mi torturador, un prófugo condenado. ¿Qué mensaje estamos dando a las mujeres que están viviendo lo que yo viví?».

Su condena

Este mimos miércoles, el exgran hermano recibía en prisión la visita de su abogado, Esteban Gómez, que transmitió ante los medios que su cliente le había hecho incluso una broma. «Caray, tenía que haber venido antes porque se come mejor aquí que en la mili», le habría dicho. 

Como recoge Europa Press, el hecho de que su cliente haya estado en busca y captura casi dos años le afectará en su condena, que se verá ampliada por quebrantamiento de la pena: «Es un auténtico desastre, porque ahora estaría contemplando para Navidad quizás un primer permiso, habiendo cumplido dos años de cinco. La apuesta suya era de estar escondido en el bosque, pero yo no puedo validar eso», ha reconocido, apuntando como causa de la decisión de Carlos de huir de la Justicia a una depresión por el hecho de no poder ver a sus hijos y a la desesperación más absoluta por no poder ponerse en contacto con ellos. «Esto es la muerte civil y a este hombre ya le da todo un poco igual», ha señalado, tildando de «tontería» su decisión de huir en lugar de afrontar su condena, que tiene recurrida en el Tribunal Constitucional.

«Le he ido a ingresar dinero del peculio de parte de la familia, pero bueno, aquí ya es que te atienden. Ya tenía los vales de tabaco, una muda para él. Y entonces le he visto animado. Y bueno, armarse de paciencia, espero que aquí se adapte rápidamente porque claro, ahora empieza a cumplir. Cuando alguien se distrae el tiempo pasa rápido, ¿no? No tendría que haberlo hecho de esta manera, pero ya sabemos lo que hay», concluyó.