El huracán Beryl hace historia en una temporada que Galicia debe vigilar

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Se convierte en el primero en alcanzar categoría 4 en un mes de junio

03 jul 2024 . Actualizado a las 11:12 h.

El 2023 fue el año más cálido en 120.000 años. Un hito climático impulsado por las aguas tan calientes que se registraron en el Pacífico ecuatorial y en el Atlántico norte. En los últimos meses el Pacífico ha iniciado la fase fría (La Niña), pero la temperatura en el Atlántico no ha aflojado en ningún momento desde hace ya muchos meses. A comienzos del 2024, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) anunció que la temporada ciclónica que empezó el 1 de junio y termina el 30 de noviembre podría ser histórica. Esa previsión se apoyaba en la combinación de La Niña y un Atlántico extremadamente cálido.

La fase fría en el Pacífico actúa sobre el Atlántico norte a través de mecanismos de teleconexión atmosférica. En concreto, La Niña reduce la fuerza de la cizalladura o viento que sopla en las capas altas. Esto favorece que un sistema de bajas presiones que está naciendo pueda crecer sin problemas. Si además la región tropical del Atlántico está mucho más caliente de lo habitual, el ciclón se encontrará con un escenario perfecto para que pueda intensificarse.

En abril, cuando ni siquiera había arrancado la temporada, ya se estaba comportando como lo habían hecho las de 1878, 1926, 1998, el 2010 y el 2020. En el 2020, la temporada fue tan activa que el NHC se quedó sin nombres y tuvo que acudir al alfabeto griego para bautizar los ciclones que seguían formándose incluso en noviembre.

Este pasado domingo se registró un nuevo hito que refuerza la hipótesis de que la actividad ciclónica durante los próximos meses podría ser especialmente potente. El huracán Beryl se han convertido en el primero que consigue alcanzar la categoría 4 en un mes de junio. «El antiguo récord del Atlántico para el huracán de categoría 4 más temprano fue el huracán Dennis el 8 de julio del 2005», subraya Philip Klotzbach, meteorólogo de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos. Normalmente la cantidad y energía de las tormentas tropicales va aumentando de forma progresiva a medida que avanza la temporada y el pico de actividad suele producirse en septiembre.

El investigador Sam Lillo de la Universidad de Oklahoma llama la atención sobre lo rápido que se profundizó. «Pasó de una depresión tropical a un huracán de categoría 3 en 42 horas y a una categoría 4 en 48 horas».

Este martes ha seguido haciendo historia al convertirse en un huracán de categoría 5, el más temprano registrado en la cuenca del Atlántico norte desde que existen datos. El NHC también vigila en estos momentos otra depresión que está situada justo en el centro del Atlántico tropical y que podría convertirse en ciclón entre hoy y mañana.

Galicia no es ajena a esta situación. Cada vez que la actividad ciclónica en el Atlántico se desata, aumenta la probabilidad de que alguno de los huracanes se desvíe de su trayectoria hacia el oeste y se dirija al norte.

En el 2017 Ophelia, un huracán de categoría 3 se situó a las puertas de la Península. En el 2018 llegó Leslie. En el 2019, Pablo pasó de tormenta tropical a huracán de categoría 1 frente a las costas gallegas, en un ambiente terriblemente hostil para que pueda producirse este tipo de metamorfosis meteorológicas, sobre todo por las aguas tan gélidas.