Un estudio concluye que los suicidios de famosos se contagian como una infección
SOCIEDAD
El trabajo de la Universidad de Columbia concluye que eventos como el del actor Robin Williams provocaron aumentos en los pensamientos y comportamientos suicidas. Uno de los autores de la investigación es conocido por desarrollar modelos relacionados con la transmisión del covid
01 ago 2024 . Actualizado a las 13:12 h.Una nueva investigación revela la rápida y expansiva propagación de conductas suicidas tras los suicidios de Robin Williams en 2014 y de Kate Spade y Anthony Bourdain, que ocurrieron con tres días de diferencia en 2018. Para ello, los investigadores de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) desarrollaron un modelo informático para examinar la dinámica subyacente al contagio del suicidio, tal y como se publica en Science Advances.
De esta forma, descubrieron que tanto los acontecimientos de 2014 como los de 2018 provocaron grandes aumentos en los pensamientos y comportamientos suicidas. Los hallazgos, proporcionan un marco para cuantificar el contagio del suicidio a fin de comprender, prevenir y contener mejor su propagación.
«El modelo que desarrollamos muestra cómo el contagio del suicidio, que incluye tanto la ideación suicida como las muertes, se propaga rápidamente después de las muertes por suicidio de celebridades cuyas vidas y trabajos son conocidos y probablemente significativos para grandes sectores de la población», relata Jeffrey Shaman, coautor del estudio, decano interino de la Escuela de Clima de Columbia y profesor de ciencias de la salud ambiental en la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia.
Como recoge Europa Press, Shaman es conocido por desarrollar modelos de influenza y SARS-CoV-2. El modelo de contagio por suicidio de los investigadores de Columbia tiene una estructura similar a los modelos que representan otros sistemas infecciosos, incluidos el número de individuos capaces de transmitir el contagio y el número de individuos susceptibles a la «infección».
No existe un único factor que provoque el suicidio o la ideación suicida. Sin embargo, una parte de la ideación suicida se ha atribuido durante mucho tiempo a procesos sociales o contagiosos. La proximidad o la familiaridad con personas que han tenido ideas suicidas, las han intentado o han muerto por suicidio puede inducir la ideación o los intentos de suicidio entre las personas susceptibles.
El modelo de contagio de suicidios de Columbia utiliza dos fuentes de datos. En primer lugar, se utilizaron las llamadas semanales totales a la Línea Nacional de Prevención del Suicidio, actualmente conocida como la Línea Nacional de Suicidio y Crisis (988 Lifeline), como estimación de la ideación suicida (988 Lifeline es una red de más de 200 centros de llamadas de crisis que funcionan las 24 horas del día y brindan servicios confidenciales de crisis y asesoramiento sobre salud mental en todo el país). La segunda fuente se derivó de los datos de mortalidad del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales, administrado por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud.
El modelo estima que, tras el suicidio de 2014, se produjo un pronunciado aumento de las tasas de contagio, incluido un aumento de mil veces de la probabilidad de que una persona comenzara a idear el suicidio tras la noticia de la muerte de Williams por suicidio. El resultado fue un pronunciado aumento de la ideación suicida, que se manifestó en un aumento del volumen de llamadas al 988 Lifeline.
El caso de 2018 es similar, aunque la magnitud de los cambios en la tasa de contagio tras la noticia de los suicidios de Spade y Bourdain fue de aproximadamente la mitad. Entre los dos suicidios de famosos, el número de muertes por suicidio en exceso fue aproximadamente el doble tras el de Williams en 2014, lo que posiblemente refleje las diferencias en la comunicación y la atención de los medios tras cada suceso y el nivel de conexión de la población con el fallecido. En las simulaciones de 2014 y 2018, el aumento de las tasas de contagio duró unas dos semanas antes de volver a los niveles de referencia.
Los investigadores afirman que, con el tiempo, el modelo podría proporcionar estimaciones en tiempo real del contagio y el riesgo de suicidio, lo que requeriría que el volumen de llamadas a 988 Lifeline y las muertes por suicidio en NVSS estuvieran disponibles en tiempo real, pero actualmente no es así. Además, se necesitan más investigaciones para desarrollar modelos alternativos, incluidos los que simulan las respuestas entre comunidades específicas y los que tienen en cuenta los esfuerzos de divulgación de los medios de comunicación y la salud pública.
«En última instancia, nuestro objetivo es trabajar para llegar a un punto en el que un modelo de contagio de suicidio pueda informar una respuesta rápida orientada a prevenir el suicidio», reflexiona Katherine Keyes, coautora del artículo, profesora de epidemiología y directora de SPIRT, una nueva iniciativa de Columbia que tiene como objetivo catalizar colaboraciones de investigación de salud pública para comprender mejor la crisis de salud mental e identificar soluciones.