El calor hace mella en Portugal, con un 10 % del territorio del país con sequía severa

Brais Suárez
brais suárez OPORTO / E. LA VOZ

SOCIEDAD

Brais Suárez

Beja y Faro son los municipios más afectados por este problema, que a principios de año llevó al país a decretar restricciones de consumo de agua

18 ago 2024 . Actualizado a las 13:56 h.

Ha tardado más que otros años, pero ha llegado. Esta semana, zonas del interior y el sur de Portugal han vuelto a declararse en situación de sequía severa, el segundo nivel más grave. Beja (en el Alentejo) y Faro (en el Algarve) son los municipios más afectados hasta el momento por la ausencia de precipitaciones y las altas temperaturas.

El problema es ya habitual, pero no tan acuciante como el año pasado a estas alturas, cuando el 48 % del territorio portugués se encontraba en situación de sequía severa. De hecho, ya a inicios de este año se temía uno de los peores veranos de la historia, cuando el Algarve entró, en pleno invierno, en la situación de escasez hídrica más grave desde la que se tiene constancia. Sin embargo, las lluvias de la primavera, poco habituales en el sur, llenaron los embalses de todo el país y aliviaron la situación hasta ahora.

Actualmente, de los 76 embalses públicos monitorizados, el 37 % superan el 80 % de su capacidad y solo el 17 % están por debajo del 40 %. Se prevé que las altas temperaturas y la ausencia de precipitaciones se prolonguen en los territorios afectados hasta finales de agosto, según el Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera, con riesgo de que otras regiones incurran también en la situación de alerta.

Particularmente, este fin de semana, Portugal ha sufrido tangencialmente las consecuencias del huracán Ernesto, que ha empujado el anticiclón de las Azores hacia el continente y propiciado un rápido aumento de las temperaturas. Hasta once distritos estuvieron este sábado en alerta por altas temperaturas. Los primeros en notarlo fueron los archipiélagos de Azores y Madeira, donde el jueves se declaró un fuerte incendio.

Algo similar ocurre con el agua del mar en el sur del país. Sin llegar a los máximos históricos detectados en el año 2016 (cuando el mar alcanzó los 26,5 grados en Faro), sí se supera la media de la última década, con una temperatura de 25,7 grados, que es también un valor superior a los registros históricos.

En enero, el sur de Portugal sufrió varias restricciones de consumo de agua, que se retiraron en mayo gracias a las abundantes precipitaciones, pero que podrían volver a ser necesarias. En concreto, actúan sobre tres ámbitos generales. El de la agricultura es el más riguroso, con reducciones del 25 % del consumo, lo que levantó las protestas de los agricultores. En el ámbito doméstico y turístico, que es la mayor industria del Algarve, las reducciones alcanzaron el 15 %, pero permitían recurrir a los pozos inactivos para abastecer a la población.

Los campos de golf, que el año pasado ya habían reducido a casi la mitad su consumo hídrico, este año preveían utilizar más agua depurada y los jardines deberán introducir especies autóctonas que exijan menos riego. Además, se ha diseñado un sistema de cuotas para monitorizar consumos y penalizar a quienes superen los límites estimados «razonables».

Por último, se prevé la construcción de una gran planta desalinizadora, que ya tiene el visto bueno ambiental pese a las reticencias de los ecologistas, y también se espera una propuesta técnica para unir los embalses del Algarve al río Guadiana.