La nave Crew Dragon, auspiciada por Elon Musk, iba a despegar este martes, pero una fuga de helio ha obligado a posponer la operación al miércoles
27 ago 2024 . Actualizado a las 14:27 h.Este martes iba a despegar la misión Polaris Dawn, una de las más ambiciosas en la carrera espacial que han puesto en marcha la nueva generación de supermillonarios, que está rivalizando con las grandes agencias estatales a la hora de abrir nuevos caminos más allá de la Tierra. El proyecto estrella de este viaje será la primera caminata por el espacio de un vuelo comercial privado, un reto tecnológico sin precedentes que se ha visto retrasado por una avería.
Continúan trabajando en las reparaciones de una «fuga de helio en el umbilical de desconexión baja» según han informado en un hilo de su cuenta de twitter. La nave no ha sufrido ningún daño irreparable y la tripulación está ilesa. Según avanzó Space X, el cohete Falcon 9 despegaría desde la plataforma del centro espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida a las 3:38 de la mañana (9:38 hora española). En sus previsiones, el viaje duraría cinco días y la caminata espacial estará prevista para el tercero.
Hay fijadas otras dos ventanas de lanzamiento a las 5:23 horas (11:23 hora española) y a las 7:09 (13:09 hora española). En caso de que tampoco fuese posible realizar el lanzamiento de la nave, Space X contempla las mismas ventanas para la jornada del jueves 29 de agosto. El lanzamiento se podrá ver en directo a través del canal oficial de SpaceX en YouTube y de su propia página web.
Detrás de la misión se encuentra Elon Musk, cuya empresa Space X se encarga del lanzamiento del cohete y de la cápsula en la que viajarán los cuatro astronautas privados. Uno de ellos es Jared Isaacman, patrón de la expedición. Tiene el perfil exacto de los nuevos magnates que a su éxito en los negocios unen la pasión por el riesgo y los récords como forma de validarse. Acumula una fortuna valorada en 2.000 millones de dólares procedente de la tecnología para pagos en internet pero también ha sido piloto de aviones a reacción, además de realizar vuelos acrobáticos. En 2021 ya participó en el primer vuelo espacial privado organizado por Musk en la Crew Dragon, la misma cápsula que ahora subirá al espacio.
El piloto del viaje es Scott Poteet, exmiembro de la Fuerza Aérea norteamericana que llegó a participar en misiones de combate. Adicto a los triatlones Ironman, será el responsable del vuelo de la Crew Dragon, tanto en la órbita como en su regreso. Los otros dos tripulantes son Sarah Gillis, de 30 años, ingeniera de operaciones espaciales en SpaceX, y Anna Menon, de 38 años, responsable de las cuestiones biomédicas del viaje y que ha trabajado para la NASA en el centro espacial de Houston. Para estos tres astronautas se trata de su primer viaje pero, según han señalado los portavoces de la empresa, cuentan con más de 2.000 horas de prácticas en un simulador para que todo salga bien.
El momento más arriesgado al que se tendrán que enfrentar es el paseo por el espacio. El problema de las cápsulas Crew Dragon es que no disponen de una esclusa de aire en la que aislar a los astronautas antes de su salida al espacio, de forma que el resto de la nave permanezca aislado. Por ello, la cabina se despresuriza por completo cuando se abre la compuerta para que los pasajeros salgan al exterior. Según la previsión de vuelo, los dos tripulantes que caminarán por el espacio son Jared Isaacman y Sarah Gillis. El plan de trabajo es que ambos realicen varias salidas de quince minutos de duración.
Trajes espaciales
La pieza clave para la caminata espacial son los nuevos trajes desarrollados por SpaceX. Hasta ahora, los que se utilizaban en los viajes privados eran IVA (iniciales de Intra Vehicular Activity, actividad intravehicular, en inglés), es decir, una vestimenta preparada para desenvolverse en el interior de las naves. En Polaris Dawn todo dependerá de los denominados EVA (Extra Vehicular Activity). Este equipamiento cuenta con los principales adelantos de la tecnología espacial y supone un desafío en cuanto a ligereza y movilidad con las equipaciones utilizadas hasta ahora.
El plan de vuelo de la cápsula es llegar hasta los 1.400 kilómetros de altitud, una zona que no se alcanzaba con naves tripuladas desde las misiones Apolo, finalizadas en 1975. Ese dato significa que se colocará tres veces por encima de la altura a la que se encuentra la Estación Espacial Internacional. Para ello, la nave tendrá que atravesar los Cinturones de Van Allen, la zona que rodea a la Tierra y que está saturada de partículas cargadas de alta energía originadas por el viento solar y atrapadas por el campo magnético terrestre. En este área los instrumentos de la nave se pueden ver afectados, al igual que sucede con los satélites en órbita, que deben fabricarse con una protección especial si van a operar ahí.
Además de probar la nueva tecnología espacial tanto en los trajes como en la cápsula, la Polaris Dawn tiene como objetivo estudiar el funcionamiento de la red Starlink, los satélites de comunicación creados por Musk para dotar de internet a cualquier rincón del planeta. Con el viaje se prevé probar la utilización de comunicaciones con láser entre la nave y Starlink para ensayar el intercambio de datos a alta velocidad en futuras misiones. Además, se realizarán pruebas médicas que incluyen el uso de lentillas inteligentes y con sensores para medir la presión ocular.
Jared Isaacman repetirá en este vuelo el componente filantrópico que ya utilizó en su anterior viaje, cuando organizó una campaña de donación para el Saint Jude Children's Research Hospital, especializado en el cáncer infantil. En este caso, la tripulación lleva en su carga un snack especial elaborado por Doritos para el viaje, denominado Cool Ranch Zero Gravity. La empresa de alimentación utilizará el viaje en su publicidad y donará parte del dinero que recaude con su nuevo producto a la investigación del cáncer.