Para los que solo trabajan con marisco local y fresco, como Jesús Álvarez Casaprima, que tiene un puesto en el mercado de Pontedeume, Nochebuena y Fin de Año no han podido caer peor, porque coincidieron justo después de días festivos en los que los barcos no van al mar. «Los que tienen piscina propia podrán vender, pero yo, evidentemente, no le voy a dar a nadie marisco del sábado. La gente lo entiende y, es más, agradece que se lo digas», explica el pescadero que tiene los mariscos cocidos entre sus productos más demandados, por la calidad, y también la comodidad, que ofrece. «Me piden muchísimo centollo y los clientes de aquí, que vienen a buscarlo desde Ferrol o desde A Coruña se lo llevan ya abierto», cuenta Suso Álvarez, que incide en la importancia que tiene acertar con el punto de cocción en este tipo de mariscos, como las centollas, las cigalas o los camarones, que son de los que más éxito tienen en esta época porque no deja de ser un lujo «llegar de tomar los vinos y tener el marisco ya en la mesa». Para ello, cuando el producto se va más lejos o el comprador no está muy acostumbrado a consumirlo, Álvarez llega a servirlo «con vídeo explicativo» sobre cómo hay que tratarlo.