La cláusula de objeción de conciencia de Paula Vázquez en todos sus contratos: «Me niego»
SOCIEDAD
La ferrolana le ha confesado a Henar Álvarez que incluye siempre una condición: no hablar de la vida privada de los concursantes ni hacer programas del corazón
29 ene 2025 . Actualizado a las 17:04 h.La ferrolana Paula Vázquez ha presentado a lo largo de su carrera más de una treintena de programas de todo tipo. Pero acaba de revelar que hay un tipo de espacios que tiene vetados: los del corazón. Según le ha confesado a Henar Álvarez en el programa de RTVE Play Al cielo con..., en sus contratos incluye siempre una cláusula de objeción de conciencia que le permite negarse a hablar de la intimidad de otras personas.
«Yo no hablo de la vida privada de ninguna de las concursantes», ha dicho la actual presentadora de Bake Off: Famosos al horno. Se niega incluso en casos de personas que vivan de las revistas del corazón. «A mí no me interesa su vida privada», dice la gallega, que considera que ya es suficiente y más que generoso que hayan accedido a ceder los derechos de imagen durante el tiempo que están en el programa.
Y eso que peticiones no le han faltado a lo largo de su carrera. En muchas ocasiones, asegura que desde el pinganillo la animan a preguntar sobre historias familiares o sobre datos de su entorno. «Me ha pasado alguna vez de: "Pregúntale si su marido también cocina", y yo le digo: "No, baja y pregúntalo tú"».
Su convicción le viene del aprendizaje de la profesión lograda a lo largo de los años, con varios referentes. Uno de ellos, Chicho Ibáñez Serrador, que le dio su primera oportunidad en Un, dos, tres y al que le agradece su profesionalidad y su generosidad. «Lo hacía todo: dirigía, realizaba, escribía el guion, los chistes, las letras de las canciones», enumera Vázquez. Pero aún más importante: implicaba a todo el mundo en el proceso. «Te invitaba a las reuniones de lectura de guion, te daba un lugar que no era el que parecía desde fuera; para él nunca fuimos bustos parlantes», destaca.
Y, sobre todo, «creía en el entretenimiento». Fue la filosofía del mago de la televisión la que siguió Vázquez para primar este aspecto sobre otros más sórdidos o amarillistas. «Creo en el entretenimiento gracias a Chicho», ha confirmado.
Su otro momento clave le vino de una compañera de la televisión. Una periodista. Durante un programa, esta persona le dijo que era objetora de conciencia. Se negaba a editar vídeos de tauromaquia, le dijo a Paula, «y hay otros que son objetores de conciencia de la monarquía, porque saben que no van a ser ecuánimes». Y ahí se le abrió una oportunidad que nunca se le había ocurrido, la capacidad de aplicar la ética para negarse a según qué cosas. Desde esa, decidió que esa sería su exigencia, «no un camerino o cosas así».
Su determinación en contra del corazón le viene por considerarlo «lo más machista que hay». Un mundo basado en su gran mayoría en comentar la vida privada, los looks o las acciones sobre todo de mujeres. Por eso ella lo tiene claro: «Me niego a juzgar la vida de una mujer». Y recordaron ella y Henar casos de compañeras de profesión que perdieron su trabajo por la prensa rosa, como Ángeles Marín o Sonia Martínez, que vieron su carrera acabada tras unas fotos en topless.
La ferrolana se alegra de que cada vez haya más mujeres en puestos de presentadoras de programas de entretenimiento, un mundillo en general muy masculino. Programas de supervivencia como Pekín Express o Supervivientes estaban, en sus versiones originales, comandadas por hombres. «Yo recuerdo que el director de Supervivientes me dijo en su día: "Es que te vas a mojar, ¿eh?"», recuerda sobre ese comentario condescendiente. «¿Pero este tío sabe que yo soy gallega?», responde ella con retranca.