Melody, ganadora del Benidorm Fest: «He luchado mucho y me ha costado mis lágrimas, pero ha merecido la pena»
SOCIEDAD

La cantante sevillana de Dos Hermanas ganó el Benidorm Fest y representará a España en el festival de Eurovisión
03 feb 2025 . Actualizado a las 09:10 h.Con un total de 150 puntos, Melody (Dos Hermanas, Sevilla, 34 años) se convirtió en la vencedora del Benidorm Fest 2025. La artista fue la tercera clasificada para el jurado profesional con 70 puntos, pero convenció al televoto, recibiendo la máxima calificación, 80 puntos, por lo que ganó así un billete directo para Basilea, donde en mayo representará a España en el festival de Eurovisión. En esta semana, la cantante desveló un episodio que sufrió el día antes de su primera actuación. «El miércoles estuve malita. No me encontraba bien y fui al hospital porque me dolía el pecho y no podía respirar. Estuve con oxígeno y mascarilla, pero no dije nada porque iba a estar sí o sí en el escenario», revela la cantante. La final del Benidorm Fest 2025 obtuvo en la noche del sábado con su mejor resultado desde el inicio del festival: un 17,1 % de cuota de pantalla y 1.938.000 espectadores de media.
—Dijo que uno de sus hitos era ir a Eurovisión. ¿Cuál será el siguiente?
—Ahora queda todo el trabajo para Basilea. Quedan reuniones, propuestas, sentarnos para ver qué es lo que vamos a hacer, qué cambios haremos. Que no quepa la menor duda de que la mejor propuesta que tengamos en la mesa es la que vamos a llevar.
—¿Qué papel ha tenido su familia en este proceso?
—El apoyo familiar es imprescindible. En este punto, cuando uno tiene que preparar un proyecto tan grande y que requiere de tanta energía, es una presión, por supuesto. Mi familia ha sido el pilar fuerte para que esto salga adelante. Mi pareja, mi hermano, que está mano a mano conmigo, que se comen todos los marrones, y mis padres. Y, por supuesto, mi niño, el que me da la energía.
—Cuando preparaba su actuación, ¿sufría con el momento de la acrobacia?
—Ya no lo pienso, pero antes sí. Decía: «Ay, Dios santo de mi corazón, que ahora vuele, lo de caminar por los aires y respirar». Pero llega un momento en que cuando lo haces tantas veces y te rodeas de un equipo que te da tranquilidad, no pasa nada.
—Logra ir a Eurovisión a la segunda, tras quedarse a punto en el 2009. ¿Qué aprendió de su primera experiencia en el Benidorm Fest?
—Tenía pendiente ir a Eurovisión por varias razones. Una era por los fanes. Yo no hacía entrevista en la que no preguntaran cuándo voy a ir a Eurovisión. Pero la vida no es un momento, son muchos años. Entonces, yo se lo debía a mis fanes. Las personas vamos cambiando y evolucionando. En aquel momento hice una propuesta según el momento, como me encontraba y demás. Y ahora he hecho otra. Los sonidos van cambiando, la vida también. Y yo quería hacer una canción que fuese un poco un himno, un tema esperanzador y que tuviese fuerza, una letra en la que la gente se viera implicada. Porque divas somos todas y todos, los que luchamos por nuestro trabajo, que muchas veces tenemos piedras en el camino o que tenemos otros sueños aparte de nuestro trabajo y que parece que no lo vamos a lograr o que no tenemos esperanza. Y quien la sigue la consigue; que no hay nadie más que nadie.
—¿Siente que con la canción reivindica su posición en la industria, esa que usted decía que no le comprendía como su público?
—El tiempo es sabio, lo va poniendo todo en su sitio. A ver, llevar 24 años en el mundo de la música no es fácil, porque cambian los gustos, la vida. Yo mi primer disco lo saqué en casete, tú ahora a un chico le sacas un casete y te dice esto qué coño es. Y mira, la industria ha cambiado tanto que yo qué voy a pretender. Había tanta inestabilidad que yo no puedo pretender que se me entienda siempre. Y yo creo que lo primero es apostar por uno mismo. Y luego, quien se tenga que subir se subirá y quien no, no. Yo soy una artista independiente, tengo un equipo espectacular, pero yo aposté por mí. He tenido que pelearlo, pero me ha merecido la pena, porque he cantado lo que quería. Hay muchas veces que había canciones que a mí no me gustaban y entraba uno de la compañía que no me conocía ni sabía de dónde venía ni cómo era de artista y me decía: tú lo tienes que cantar. He luchado mucho y me ha costado mis lágrimas, pero todos los que empezamos en algún proyecto siempre pasamos por eso.