Indemnizan con 700.000 euros a una mujer de 35 años que quedó incapacitada tras ser sometida a un legrado
SOCIEDAD
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La maniobra fallida le provocó una rotura de la pared posterior del útero y del recto, con desgarros
03 feb 2025 . Actualizado a las 17:24 h.Una aseguradora sanitaria tendrá que pagar más de 700.000 euros, entre indemnizaciones e intereses legales, a una madrileña a la que una intervención médica «negligente» tras un aborto natural le causó diversos daños muy graves en su organismo que terminaron por dejarle importantes secuelas y condenarla a una situación de incapacidad crónica.
Según el relato de hechos dados por probados por los tribunales de instancia y por la Audiencia Provincial de Madrid, la mujer acudió la víspera de Nochebuena del 2013 a una clínica concertada por su aseguradora sanitaria privada tras haberle detectado anomalías durante su embarazo. La doctora que la atendió corroboró los graves problemas en la gestación y la muerte del feto, que no tenía latido, motivo por el cual comenzó a suministrar a la paciente, que entonces tenía 35 años, una serie de fármacos para provocar un aborto medicalizado. Como consecuencia de la administración de estos productos, la embarazada sufrió vómitos, un notable sangrado, diarrea e importantes contracciones.
Al día siguiente, 24 de diciembre, la misma doctora decidió practicarle un legrado —procedimiento para raspar el revestimiento interno del útero y limpiar su contenido—, introduciendo en su vagina las pinzas de Winter para proceder a la extracción fetal, pero en vez del feto, la médico extrajo las asas intestinales de la embarazada. Tras la maniobra fallida, la paciente fue sometida a una laparotomía exploratoria —operación en la que se abre el abdomen para examinar los órganos— y se comprobó que la intervención de legrado le había provocado una rotura de la pared posterior del útero y del recto con avulsión —desgarros—.
Como consecuencia de lo que los tribunales han considerado una negligencia y una mala praxis, la paciente tuvo que ser operada de nuevo para la reparación de las perforaciones ocasionadas y, también, por una obstrucción intestinal. Pese a todo, le han quedado notables secuelas como dolor abdominal diario e incontinencia fecal, no pudiendo permanecer más de cuatro horas fuera de su casa por la sucesión de diarreas, lo que ha llevado a que le fuese certificada una situación legal de incapacidad permanente absoluta.