El médico francés acusado de agredir sexualmente a 300 niños reconoce «la inmensa mayoría de los hechos»
SOCIEDAD
Las víctimas de más edad de Le Scouarnec tienen hoy casi 50 años; la más joven, 17
25 feb 2025 . Actualizado a las 08:51 h.En la primera jornada de un juicio que se prevé histórico —será el más grande de la historia por pederastia —, el excirujano francés Joël Le Scouarnec, acusado de agredir sexualmente a 299 pacientes, casi todos niños, reconoció este lunes «la inmensa mayoría de los hechos» a través de su abogado. «En ningún caso pretende eludir sus responsabilidades», manifestó el letrado Maxime Tessier ante el tribunal de Vannes.
El médico, de 74 años, se enfrenta a 111 acusaciones de violación y 189 de agresión sexual, que habría cometido entre 1989 y el 2014 en diferentes hospitales y centros de salud franceses, agravadas por su posición y porque las víctimas eran, en su mayoría, menores de 15 años cuando sucedieron los hechos. Vestido con una chaqueta negra, ocupó su lugar en el banquillo de los acusados a primera hora de la tarde de este lunes, donde dio su nombre con voz ronca. Lleva ya cinco años en prisión y le esperan por delante, como mínimo, otros diez, tras haber sido condenado en el 2020 por abusar de cuatro menores, dos de ellas sus sobrinas. Ahora se enfrenta a otros 20.
Las víctimas de más edad de Le Scouarnec tienen hoy casi 50 años; la más joven, 17. Entre los casos, se juzgarán estremecedoras agresiones como la de un bebé de un año o la de una persona de 70. Todo salió a la luz cuando una vecina del médico, de solo cinco años, le contó a sus padres que el hombre que vivía en la casa de al lado le había enseñado su sexo entre la valla que separaba las dos viviendas, instándola a bajarse la ropa interior. En el registro en la casa del cirujano se encontraron cientos de imágenes pedófilas, unas 70 muñecas de gran tamaño que Le Scouarnec utilizaba como juguetes sexuales y decenas de diarios manuscritos en los que anotaba, con todo lujo de detalles, las agresiones cometidas y las impresiones sobre sus particulares parafilias.
«Es un hombre extremadamente frío, sin ninguna empatía, muy deliberado», describió Delphine Driguez, una de las abogadas que representó a las víctimas en el juicio del 2020. «No muestra ninguna emoción, ningún sentimiento hacia los niños, a los que consideraba literalmente objetos sexuales», declaró, por su parte, a la CNN Francesca Satta, otra de las letradas del anterior proceso, que cree que su condición de facultativo de clase media probablemente le ayudó a evadir sospechas durante tanto tiempo.