El calor extremo puede acelerar el envejecimiento

La Voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

Una mujer bajo el sol de Ferrol durante una ola de calor.
Una mujer bajo el sol de Ferrol durante una ola de calor. JOSE PARDO

Un estudio demuestra como personas que viven en zonas con olas de calor más frecuentes pueden experimentar un incremento de su edad biológica de hasta 14 meses

02 mar 2025 . Actualizado a las 08:55 h.

Una mayor exposición al calor extremo podría acelerar el envejecimiento biológico en los adultos mayores, según un nuevo estudio de la Escuela de Gerontología Leonard Davis, de la Universidad del Sur de California, en los Estados Unidos. Este hallazgo plantea nuevas preocupaciones sobre cómo el cambio climático y las olas de calor podrían afectar la salud a largo plazo y el envejecimiento a nivel molecular.

Según atestigua la autora principal del estudio, la profesora de gerontología y sociología en la Escuela Leonard Davis, Jennifer Ailshire, las personas que viven en barrios que experimentan más días de calor intenso muestran un mayor envejecimiento biológico en promedio que los residentes de regiones más frías.

La edad biológica es una medida del funcionamiento del cuerpo a nivel molecular, celular y sistémico. Tener una edad biológica mayor que la edad cronológica, basada en la fecha de nacimiento, se asocia con un mayor riesgo de enfermedad y mortalidad. Si bien la exposición al calor extremo se ha asociado durante mucho tiempo con consecuencias negativas para la salud, incluido un mayor riesgo de muerte, el vínculo del calor con el envejecimiento biológico no ha sido claro.

Ailshire y su coautora Eunyoung Choi, ex alumna del doctorado en Gerontología Leonard Davis y becaria postdoctoral, examinaron cómo cambiaba la edad biológica en más de 3.600 participantes del Estudio de Salud y Jubilación (HRS) de 56 años o más de todos los Estados Unidos. El estudio reveló una correlación significativa entre los barrios con más días de calor extremo y los individuos que experimentan mayores aumentos en la edad biológica, relata Choi. Esta persistió incluso después de controlar las diferencias socioeconómicas y demográficas, así como los factores de estilo de vida como la actividad física, el consumo de alcohol y el tabaquismo, agrega.

«Los participantes que viven en áreas donde los días de calor —los que presentan temperaturas superiores a los 32 grados— ocurren la mitad del año, como Phoenix o Arizona, experimentaron hasta 14 meses de envejecimiento biológico adicional en comparación con aquellos que viven en áreas con menos de 10 días de calor al año», comenta. «Incluso después de controlar varios factores, encontramos esta asociación. El hecho de vivir en un área con más días de calor significa que estás envejeciendo biológicamente más rápido», ha añadido la investigadora.

El análisis se realizó a través de muestras de sangre tomadas en varios momentos durante el período de estudio de seis años para detectar cambios epigenéticos o en la forma en que los genes individuales se «activan» o «desactivan» mediante un proceso llamado metilación del ADN. Los investigadores utilizaron herramientas matemáticas llamadas relojes epigenéticos para analizar los patrones de metilación y estimar las edades biológicas en cada momento. Luego compararon los cambios en la edad biológica de los participantes con el historial de índice de calor de su ubicación y la cantidad de días de calor informados por el Servicio Meteorológico Nacional entre 2010 y 2016.

Los tres relojes epigenéticos empleados en el estudio —PCPhenoAge, PCGrimAge y DunedinPACE— revelaron esta asociación al analizar el envejecimiento epigenético durante un período de uno a seis años. PCPhenoAge también mostró la asociación después de períodos de tiempo cortos de siete días y medianos, entre 30 y 60, lo que indica que los cambios epigenéticos relacionados con el calor podrían ocurrir con relativa rapidez y algunos de ellos pueden acumularse con el tiempo.

La importancia de la humedad

Los adultos mayores son particularmente vulnerables a los efectos del calor intenso, agrega Ailshire. «En realidad, se trata de la combinación de calor y humedad, en particular en el caso de los adultos mayores, porque no sudan de la misma manera. Comenzamos a perder la capacidad de tener el efecto refrescante de la piel que se produce por la evaporación del sudor», detalla. «Si estás en un lugar con mucha humedad, no obtienes tanto efecto refrescante. Tienes que observar la temperatura y la humedad de tu área para comprender realmente cuál podría ser tu riesgo».

Los próximos pasos de los investigadores serán determinar qué otros factores podrían hacer que una persona sea más vulnerable al envejecimiento biológico relacionado con el calor y cómo podría relacionarse con los resultados clínicos. A lo que Ailshire ha añadido que «si todo el mundo se está calentando y la población está envejeciendo, y estas personas son vulnerables, entonces necesitamos ser mucho más inteligentes en cuanto a las estrategias de mitigación del calor».