Gabry Ponte, desde A Coruña: «Siempre he intentado mantener cierta distancia de los eventos de tipo "remember"»

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Gabry Ponte, disyóquey y representante de San Marino en Eurovisión 2025.
Gabry Ponte, disyóquey y representante de San Marino en Eurovisión 2025. Cedida.

El disyóquey ha estado esta semana en España, una de sus últimas paradas antes de poner rumbo a Eurovisión como representante de San Marino

20 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El fenómeno del tardeo ha devuelto a las salas de baile la banda sonora de la generación millennial, aquella que fue joven a finales de los años noventa y principios de los 2000. Por eso, poner sencillos como Blue (Da Ba Dee), del grupo italiano Eiffel 65, es casi obligatorio. Sin embargo, Gabry Ponte, integrante del grupo, se distancia de ese espíritu revival. Sobre todo porque, treinta años después de aquel hit, ha seguido sacando música y, además, este año representará a San Marino en el próximo Festival de Eurovisión con su nueva creación, Tutta l'Italia. Un himno que pudieron escuchar los coruñeses el pasado miércoles en la Sala Pelícano y el sábado los eurofanes de la preparty del certamen, que se celebró en Madrid con la participación del disyóquey, entre otros representantes.

—No es la primera vez que actúas en A Coruña. ¿Qué te parece la ciudad?

—Me encanta pasar tiempo en A Coruña y en España en general. Cuando llegamos, nuestra parada habitual es siempre un restaurante que sirva cocina local típica, y el arroz con marisco nunca falta.

—Tampoco eres un novato en Pelícano. ¿Qué te parece la sala?

—Es una de las salas más bonitas en las que he tenido el placer de tocar en España. Hay un público local, pero también internacional. La energía siempre es increíble, y ya se ha convertido en un evento habitual para mí desde hace años.

—También acabas de estar en Madrid tocando en directo Tutta l'Italia, con la que representarás a San Marino en Eurovisión. ¿Cómo fue crear ese himno?

Tutta l'Italia fue escrita pensando en ella como una especie de himno; imaginábamos a todo el país saltando y bailando al ritmo de la música. Luego, la canción le gustó mucho a Carlo Conti, el director artístico del Festival de Sanremo, y la eligió como sintonía del festival. Esto generó mucho revuelo alrededor del tema, y pocos días después de Sanremo, llegó la invitación de San Marino para participar en su certamen, cuyo ganador va a Eurovisión. Era lo que mis fans pedían a gritos en redes sociales, y acepté sin dudarlo.

—¿Crees que puedes ganar el festival?

—Eso realmente es impredecible, hay demasiados factores que determinan lo que puede pasar en un concurso como Eurovisión. Creo que todos participan con la determinación de ganar, pero no estoy obsesionado con ello. Mi objetivo es poder ofrecer un buen espectáculo para los fans y causar una buena impresión. Estoy trabajando duro en ello junto a mi equipo.

—¿Qué tienes pensado para la puesta en escena?

—Todavía estamos trabajando en la construcción del espectáculo. Es un montaje muy complejo. Por ahora, todos en el equipo están trabajando en compartimentos separados; en las próximas semanas todo empezará a tomar forma.

—Este año también estás triunfando con Exótica

—Sí, aquí en España creo que la canción se volvió viral porque la gente la escuchó durante un programa de televisión [La isla de las tentaciones].

—TikTok también fue determinante en esa viralización. ¿Esa plataforma está cambiando la forma de hacer música?

—Pues sí, está influyendo en la forma de hacer música. Es normal que así sea; todos los medios contribuyen a la evolución de sus contenidos con el tiempo.

—Más allá de tus éxitos actuales, muchos de tus temas clásicos aún suenan por todas partes. ¿El auge de la nostalgia millennial ha aumentado tu carga de trabajo?

—Siempre he intentado mantener cierta distancia de los eventos de tipo remember. Los hago con gusto, pero en un número muy limitado. Esto no es porque quiera desvincularme de la música de mi pasado; al contrario, estoy orgulloso de cada uno de mis discos. Sin embargo, sigo produciendo mucha música nueva y trato de promoverla principalmente, con el objetivo de ampliar mi base de fans hacia quienes aún no me siguen.

—Otra cita marcada en el calendario es el 28 de junio en el estadio de San Siro, con más de 55.000 entradas vendidas. ¿Qué significa este hito en tu carrera?

—Todavía me cuesta creerlo. Cuando empecé a pinchar hace casi 30 años, el DJ era un artista underground que mezclaba la música de otros en clubes, lejos de los escenarios y las multitudes. Si alguien me hubiese dicho que algún día tocaría mis propias canciones en un estadio lleno, me habría reído. Es incluso más de lo que podría haber soñado.

—¿Tienes nuevos horizontes tras Eurovisión y San Siro?

—Voy a bajar el ritmo un poco. Todas las cosas que han pasado en estos últimos años me han dado muchas satisfacciones, pero he podido pasar mucho menos tiempo en el estudio, que es una parte igualmente importante de mi trabajo, la parte en la que creo la música. La echo de menos.