Se filtran las conversaciones entre la «influencer» Marta Hermoso y el empresario tras el robo: «Me parece de muy mal gusto que estés de mal humor conmigo»
SOCIEDAD

La joven, detenida meses después por su presunta implicación en el delito, se hizo la sorprendida ante el asalto a la «suite» del hotel, se mostró colaboradora y le afeó su falta de preocupación hacia ella: «No sé si alguien te venía siguiendo. Estoy en paranoia, piensa que yo vivo sola»
24 abr 2025 . Actualizado a las 16:30 h.«Estoy en shock». Esas fueron las primeras palabras que le dijo la influencer Marta Hermoso al empresario mexicano Enrique Abascal después de que este le informara del robo en su suite del hotel Wellington de Madrid. Se habían llevado la caja fuerte en la que había tres relojes de lujo y joyas por valor de 400.000 euros. Hermoso se hizo la sorprendida, según se puede comprobar en sus conversaciones por WhatsApp, incluidas en el sumario de la causa. Meses después, fue arrestada como presunta autora intelectual del delito. La Policía vio suficientes indicios que apuntaban a su implicación directa en el robo con fuerza en la habitación.
La influencer intentaba en ese momento llamarlo, sin éxito. «¿Estás bien? No te entran las llamadas», le dijo Hermoso en las conversaciones recogidas en el sumario y hechas públicas en los programas Y ahora Sonsoles y El programa de Ana Rosa. Unos minutos después, consiguió hablar por teléfono con Abascal. Fue una conversación de seis minutos que acabó en un enfrentamiento, como evidencia el siguiente WhatsApp al empresario. «Me parece de muy mal gusto que estés de mal humor conmigo, cuando solo estoy preocupada por ti», le afeó, antes de acabar el mensaje con una muestra de apoyo, que, en el contexto, tenía cierto tono pasivo-agresivo: «Te deseo que averigües quién te hizo eso lo más pronto posible. Cualquier cosa que necesites, estoy aquí. Un saludo». Abascal se lo agradeció de forma fría, en contraste con sus cariñosas conversaciones antes del robo.
El empresario, al parecer, tenía la mosca detrás de la oreja. La influencer, que antes se había hecho la indignada, prefirió no dejar el tema ahí. Retomó la conversación, con un primer mensaje empático hacia su situación —«Me siento supermal por ti, te lo juro, es que no lo entiendo»—, y, a continuación, intentó desviar la conversación hacia sus propios temores, pintándose a sí misma como una posible víctima. «Estoy al teléfono con mi mamá, porque, aunque no te lo creas, tengo miedo», le confesó en un intento por recuperar la complicidad del empresario. «No sé si alguien te venía siguiendo. Estoy en paranoia, piensa que yo vivo sola».
Marta Hermoso continuó ahondando en su supuesto hilo de conjeturas para justificar su pavor. «Evidentemente, nos hemos visto tres días y, si alguien te venía siguiendo y ahora vienen a mi casa, ¿entiendes? Soy una mujer y vivo sola, es normal que esté preocupada, Enrique», le explicó, instándolo a tranquilizarla e incluso deslizando una velada acusación contra él. «Si es algo de lo que deba preocuparme, deberías avisarme, y te prometo que no diré nada», le espetó.
No surtió ningún efecto en el empresario mexicano. «Yo, preocupación, ninguna», le dijo, «y tú, ninguna tampoco». «Lo que sí, están investigando», añadió en su distante mensaje.
La influencer siguió erre que erre, mostrándose preocupada y con la clara intención de seguir llamando su atención. «Hombre, pero ¿y si vienen a casa? No creo, ¿no? Me refiero a que puedan venir a mi casa esa gente. Tengo miedo, en serio». Él acalló sus temores, apuntando al sinsentido de que pensara que podían ir a su vivienda.
Ante la falta de efecto de sus mensajes, Hermoso cambió sensiblemente su estrategia, mostrándose colaboradora con el empresario. «Da mis datos, yo te ayudaré en todo», le dijo. Enseguida volvió a repetir su preocupación: «Enrique, no lo sé, porque yo estuve contigo, y si alguien te estaba vigilando». Él le respondió entonces con cierto sarcasmo: «¿Por qué? ¿Tienes relojes muy caros?». La influencer le respondió que no. «Ah, ok», apuntó él como única respuesta.
Hermoso seguía insistiendo. «Pero hemos estado juntos, haciendo planes», le recordó. No era nada relevante, en opinión del empresario. «De ir a cenar y tomar algo, pero nadie sigue a nadie», le dejó claro.
La joven arremetió de nuevo, planteando la sombra de la sospecha sobre sus negocios como empresario. «No sé realmente ni a qué te dedicas, ni sé nada sobre ti. Pero para que te pase algo así es porque saben quién eres o que tenías relojes caros», teorizó, «¿Han robado en más habitaciones? ¿o solo en la tuya?».
Enrique Abascal le dio un corte ante las insinuaciones de la influencer: «Soy empresario, como el 90 % de tus amigos. Claro que no, la gente no tiene ni idea de eso». Hermoso volvió entonces a mostrarse colaboradora con la investigación policial, en parte argumentándolo en su propia protección. «Me gustaría que des mis datos a la Policía, por si algo me pasa en casa, que espero que no, por supuesto». Él la tranquilizó con un escueto «Ntp» (versión abreviada de «No te preocupes») y le indicó que «van a investigar todo».
«Tengo miedo. No sé. Bueno, ya dejo de darte la lata. Pero se me quedó mal cuerpo y, sobre todo, porque yo te acompañé; en qué puta hora. En fin, vamos hablando. Que pases buena noche», se despidió Hermoso. «Igual, buenas noches», fue el último mensaje del mexicano.
Tiempo después, la Policía detenía a la propia influencer Marta Hermoso y a otras tres personas acusadas de robo con fuerza al empresario mexicano. Según la hipótesis de los investigadores, basada en buena medida en las declaraciones de los otros presuntos implicados, la chica había sido el cerebro de la operación.
En su primera declaración policial, según se desprende del sumario, Marta alegó que la mañana del robo no vio al empresario, y que había pasado esa mañana en su domicilio, la tarde en la peluquería y la noche en un restaurante madrileño. Confesó que había estado con Enrique Abascal el día anterior, y que fue a la habitación del hotel durante 10 minutos. En teoría, en ese momento, el hombre se cambió el reloj, para lo que accedió a su caja fuerte. Ella aseguró no recordar ni el número de la habitación ni mucho menos haber visto la combinación del cofre de seguridad. «Estaba distraída mirando el teléfono», les dijo a los agentes.
Tras tomarles declaración a los otros arrestados, los agentes llegaron a la conclusión de que Hermoso había ideado el plan, ya que tenía información de primera mano de los objetos guardados en la caja fuerte y podía arreglárselas para entretener o conocer la ausencia del empresario de su suite durante horas.