
Casi uno de cada tres adultos jóvenes que han sufrido este accidente cerebrovascular habían tomado sustancias ilícitas
25 jun 2025 . Actualizado a las 13:32 h.Los neurólogos han decidido dar la voz de alarma. El consumo de drogas está disparando los casos de ictus entre los españoles menores de 50 años, entre jóvenes y adultos jóvenes. La creciente ingesta de estas sustancias ilícitas en los últimos años es uno de los factores determinantes del aumento en los casos de ictus entre menores de 65 años, según los datos recopilados por la Sociedad Española de Neurología (SEN).
La incidencia de ictus en adultos jóvenes no ha dejado de aumentar en los últimos 20 años, en paralelo con el incremento del consumo y abuso de drogas ilícitas. De los 100.000 casos de ictus que aproximadamente se producen cada año en España, en la actualidad, entre el 10 % y el 20 % se dan en personas de entre 18 y 50 años. Además, en la última década, los casos de ictus en ciudadanos de entre 20 y 64 años aumentaron un 25 %. Detrás de este incremento, aclaran los especialistas, no solo están las mejoras en el diagnóstico de la enfermedad, sino una mayor prevalencia de factores de riesgo entre la población más joven, sobre todo la ingesta de estupefacientes. Un dato lo certifica con claridad: aproximadamente el 30 % de los menores de 50 años que sufren un ictus confiesan que han consumido drogas ilícitas previamente.
«La edad es el principal factor de riesgo no modificable para padecer un ictus, pero en los últimos años estamos observando que, mientras los casos de ictus en personas mayores están disminuyendo gracias al mejor control de los factores de riesgo vascular clásicos (hipertensión, tabaquismo, colesterol, sobrepeso, diabetes) y a la introducción de nuevos tratamientos, la incidencia entre adultos jóvenes está aumentando. Detrás de este aumento está una mayor prevalencia de factores de riesgo vascular, como el sedentarismo y el estrés entre la población joven, pero también un aumento claro del consumo de drogas ilícitas, que llega hasta el 30 % en algunos estudios poblacionales», señala la doctora Marta Guillán, investigadora de la SEN.
El cannabis, la cocaína, el éxtasis, las anfetaminas, la heroína y otros opioides son las sustancias más consumidas y, además, este consumo ha aumentado notablemente en la última década. Según los últimos datos disponibles, un 19 % de los jóvenes españoles (entre 15 y 34 años) consumen cannabis, un 3 % esnifa cocaína, un 1,8 % toma éxtasis y un 1,1 % ingiere anfetaminas. «Está sobradamente demostrado que la cocaína, los opiáceos o las anfetaminas son sustancias que pueden provocar tanto ictus isquémicos como hemorrágicos. Pero además, drogas que antes se creían inocuas en términos de riesgo vascular —como el cannabis, el éxtasis o el LSD— ahora también sabemos que se asocian con un mayor riesgo de padecer ictus. Existen, además, una serie de nuevas droga' como las catinonas sintéticas, los poppers, la ketamina o el llamado agua de Dios, entre otras, que también representan un riesgo vascular o pueden causar daño en el sistema nervioso y cuyo consumo ha aumentado considerablemente en los últimos cinco años, sobre todo en contextos de policonsumo o en prácticas como el chemsex», explica Guillán.
Después del Reino Unido, España es el segundo país de Europa donde más cocaína se consume. La cocaína es, además, la segunda droga ilícita más consumida en nuestro país tras la marihuana y la más comúnmente asociada con el riesgo de ictus. Hay abundante evidencia científica de que su consumo está fuertemente vinculado a un mayor riesgo de ictus. Las probabilidades de padecer un ictus en las 24 horas posteriores al consumo de esta sustancia se multiplican por siete y su uso frecuente (más de una vez por semana) puede duplicar ese riesgo. Otras sustancias como el éxtasis aumentan más de cuatro veces la probabilidad de sufrir un evento vascular grave, el consumo de heroína y otros opioides incrementa el riesgo 3,6 veces y el cannabis casi lo duplica. En consecuencia, los consumidores de drogas de abuso tienen un riesgo de 6,5 veces mayor de ictus tanto hemorrágico como isquémico.