Muere el escritor José María Guelbenzu, a los 81 años

Doménico Chiappe MADRID/COLPISA

SOCIEDAD

El autor José María Guelbenzu, durante una conferencia que ofreció en Ferrol.
El autor José María Guelbenzu, durante una conferencia que ofreció en Ferrol. ÁNGEL MANSO

Revolucionó la novela policíaca española con una prosa ágil. Su último libro «Una gota de afecto» se publicó este mismo año

18 jul 2025 . Actualizado a las 12:33 h.

Autor de una saga de novela negra protagonizada por una jueza de instrucción, de prosa ágil y sensible, José María Guelbenzu dio un giro a la novela policíaca en España desde que en el 2001 publicara No acosen al asesino. Este escritor, editor y crítico literario ha muerto este viernes, a los 81 años, según confirman sus allegados. Con una trayectoria vinculada a las editoriales Taurus y Alfaguara, que dirigió en las décadas de los setenta y ochenta, fue finalista del premio Biblioteca Breve con su primera novela, firmada en 1967, y que publicó en aquella editorial en sus años míticos y de más prestigio.

Autor prolífico, dedicado en exclusiva a la literatura desde hacía cuatro décadas, su última novela, Una gota de afecto, se distribuyó este mismo año. La precedieron El amor verdadero (2010), Mentiras aceptadas (2013), Los poderosos lo quieren todo (2016), En la cama con el hombre inapropiado (2020) y Mediodía en el tiempo (2023), todas publicadas por Siruela.

Amigo de sus amigos y hosco con los extraños, como le describen sus conocidos, Guelbenzu desarrolló a su personaje Mariana de Marco, la jueza instructora, durante 21 años en diez obras, hasta cerrar la serie en el 2022 con Asesinato en el Jardín Botánico. Una de ellas, El hermano pequeño, mereció el premio Torrente Ballester en el 2010. Otros reconocimientos fueron el Premio de la Crítica Española en 1981, el Premio Plaza & Janés en 1991 y el Premio de la Crítica de Madrid en 2016.

Figuras de la literatura lamentaron su fallecimiento. En redes sociales, Marta Rivera de la Cruz, también concejala de Madrid, lo define como «gran escritor y estupenda persona» y Martín Casariego asegura que se trata de una «figura literaria imprescindible durante décadas».

En una de sus pocas entrevistas concedidas recientemente a El Norte de Castilla, en la que habló de sí mismo, aseguró que su labor crítica era «el paraíso y la vida paradisíaca para mí, demasiado cerrada, quizá. Leer a otros es como la vida». Y sobre su oficio de editor, mantuvo que «fue mi sueldo, no voy a decir que fuera desagradable, pero yo sabía que no podía vivir de la literatura. Entonces, mucho mejor en una editorial que en una fábrica de maderas. Pero lo que más me gusta es escribir».