
El experto José Luis Esteban Penelas propone un replanteamiento profundo de los materiales, las formas y los usos del espacio urbano
19 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Con olas de calor cada vez más frecuentes e intensas, la capacidad de adaptación de nuestras ciudades se ha convertido en una necesidad urgente. José Luis Esteban Penelas, catedrático de Arquitectura en la Universidad Europea de Madrid, advierte que las urbes actuales «no están preparadas para convivir con olas de calor permanentes», pero subraya que esta situación es «totalmente reversible» si se adoptan estrategias arquitectónicas y urbanísticas con criterios de sostenibilidad climática.
El experto propone un replanteamiento profundo de los materiales, las formas y los usos del espacio urbano para mitigar el efecto de las altas temperaturas. Señala el asfalto como uno de los principales generadores del efecto isla de calor, ya que absorbe calor durante el día y lo irradia por la noche. Su propuesta es sustituirlo por pavimentos menos irradiantes, como el granito o la piedra caliza, materiales tradicionalmente usados. Los edificios también juegan un papel crucial: el catedrático sugiere transformar las fachadas para disminuir la acumulación térmica, favorecer la ventilación y emplear tecnologías inteligentes que generen sombra o regulen el clima interior.
Sin embargo, la vegetación ocupa un lugar prioritario en su visión. No basta con plantar árboles de forma aislada; la vegetación urbana debe entenderse como parte estructural de la ciudad. «Hay que pasar de la idea de una ciudad con árboles a una ciudad que sea un bosque», afirma. Penelas apuesta por transformar azoteas en jardines conectados, reverdecer fachadas y crear corredores ecológicos que atraviesen los barrios. Propone «construir megaciudades verdes, donde los edificios parezcan pabellones dentro de un parque urbano», integrando incluso el agua en el diseño con sistemas de pulverización, canales, fuentes o pérgolas naturales para aportar frescor y sombra.
El catedrático destaca iniciativas ya en marcha en ciudades como París, Los Ángeles o Singapur, y reconoce avances en urbes españolas como Madrid, Bilbao o Barcelona. Pone como ejemplo que en Los Ángeles se ha empezado a pintar el asfalto de gris claro para reducir su capacidad de absorción térmica.
Las consecuencias de no actuar son cada vez más evidentes y trágicas. «En el 2024, las olas de calor provocaron más de 2.000 muertes en España», dijo.