
Su nombre es Thaddeus Daniel Pierce y nació el 26 de julio gracias a la adopción de embriones, un tipo de donación que tiene en cuenta la opinión de donantes y receptores sobre quién adopta sus embriones
01 ago 2025 . Actualizado a las 20:13 h.Este 26 de julio ha nacido en London, una ciudad estadounidense perteneciente al estado de Ohio, el que ya está considerado como el "bebé más viejo del mundo". Su nombre es Thaddeus Daniel Pierce y la historia de su origen ha sido desvelada en exclusiva por MIT Technology Review, una revista perteneciente al Instituto de Tecnología de Massachusetts.
Los padres de este bebé de «ciencia ficción», como ellos mismos lo definen, son Lindsey y Tim Pierce, que cumplieron su sueño de ser padres gracias a un embrión que ha estado almacenado durante más de 30 años, concretamente desde 1994. La responsable de la donación es Linda Archerd, de 62 años, que se mostró incrédula ante el "milagro" de este nacimiento que hace años ni hubiera sido capaz de imaginar.
Todo comenzó en los 90, cuando Archerd llevaba un largo tiempo intentando ser madre, sin éxito. Por este motivo, tanto ella como su marido acordaron probar la FIV, una tecnología relativamente nueva en aquel tiempo. A pesar de la reticencia de gran parte de su entorno, en mayo de 1994 crearon cuatro embriones y uno de ellos se transfirió al útero de esta mujer, que meses después dio a luz a una niña completamente sana. Los tres embriones restantes se criopreservaron y fueron guardados en un tanque de almacenamiento.
Archerd en un principio quería tener otro bebé y planeaba usar los embriones para sí misma pero su marido se opuso, lo que llevó al divorcio de la pareja. Esto no fue impedimento para que la mujer obtuviese la custodia de sus embriones, los cuales conservó durante décadas por si conseguía ser madre de nuevo junto a otra pareja. Este proceso supuso un gran coste para ella, concretamente de cuantiosas cuotas anuales que aumentaban progresivamente con el paso de los años, hasta alcanzar los 1.000 dólares anuales.
Al llegar a la menopausia, Archerd tuvo un replanteamiento vital que le llevó a reconsiderar la idea de ser madre de nuevo y lo que tenía claro es que no quería donar sus embriones a la ciencia ni de forma anónima ni tampoco desecharlos. Decidió que su deseo era conocer a los padres y a los bebés que pudieran nacer a partir de ellos, dado que el bebé resultante sería el hermano de su única hija, que actualmente tiene 31 años.
Adopción de embriones
Fue en ese momento, según cuenta MIT Technology Review, cuando descubrió la existencia de la adopción de embriones, un tipo de donación en el que se tiene en cuenta la opinión y decisiones de donantes y receptores acerca de quién adopta sus embriones. Un proceso supervisado por agencias, generalmente aquellas explícitamente religiosas, que tienen la creencia de que un embrión es moralmente equivalente a un ser humano.
Se trató del programa Snowflakes, dirigido por la agencia Nightlight Christian Adoptions. Una agencia que aceptaba sus embriones pero que solicitaba el historial médico de Archerd desde el momento en que se crearon junto a los registros de laboratorio.
En Estados Unidos hay varias agencias de este tipo pero no todas aceptan trabajar con embriones que llevan almacenados muchos años. Esto es debido en parte a que el almacenamiento se realizó de modo anticuado y poco efectivo, de lo que se deriva la teoría de que «los embriones viejos tienen menos probabilidades de sobrevivir a la descongelación y la transferencia para desarrollarse con éxito en un bebé».
Sin embargo, Archerd contactó con el médico especialista en fertilidad que le atendió cuando se gestaron sus embriones, que afortunadamente le hizo llegar su historial clínico, lo que permitió que los embriones entrasen en el grupo de compatibilidad. Las preferencias de Archerd eran una pareja caucásica, cristiana y casada con residencia en Estados Unidos pero uno de los inconvenientes en este proceso se produjo cuando la mayoría de los padres adoptivos inscritos en el programa Snowflakes ya estaban registrados en clínicas de fertilidad que no habrían aceptado los embriones.
Debido a esto, los embriones de Archerd pasaron a formar parte del programa Corazones Abiertos de la agencia, en el que se reunieron embriones a los que no se encontraba una ubicación fácilmente, además de otros que llevaban años almacenados y de los que se creía que disponían de menos oportunidades de finalizar en el nacimiento de un bebé sano.
Finalmente, la pareja conformada por Lindsey y Tim Pierce, de 35 y 34 años, que llevaban años sin éxito en la concepción y pertenecientes a este programa se mostraron decididos a asumir todo tipo de criterios de los embriones que podrían recibir y gracias a eso recibieron los embriones de Archerd. También se habían registrado en Rejoice Fertility, una clínica de FIV en Knoxville (Tennessee), dirigida por un endocrinólogo reproductivo que pretendía reducir la cantidad de embriones almacenados en los tanques de almacenamiento.
Los Pierce tuvieron que viajar desde su casa en Ohio hasta la clínica cinco veces en pocos días y el resultado fue que dos embriones fueron transferidos al útero de la mujer resultando uno en la evolución a un feto.
Asimismo, esta clínica ha sido la que también atendió a los padres que ostentaban hasta ahora el récord del embrión almacenado durante más tiempo. Ellos son Rachel y Philip Ridgeway, que tuvieron gemelos en 2022 a partir de embriones creados hace más de 30 años.