El restaurante denunciado por querer cobrar por el gancho para el bolso le reclama 36.000 euros a la clienta
SOCIEDAD

Su dueño, Litterio Cifalino, asegura que inicialmente ponen ese concepto como depósito por si algún cliente lo roba: «La clienta no ha pagado los 12 euros, como tampoco lo han hecho el resto de clientes»
21 ago 2025 . Actualizado a las 17:13 h.El dueño del restaurante de Ibiza que fue denunciado en redes por incluir en el ticket 12 euros en concepto del gancho para colgar el bolso le reclama ahora a la clienta que le abone 36.000 euros como indemnización por difamarlo y por las consecuencias negativas que ha tenido la difusión de la factura para su negocio.
El responsable del local, Litterio Cifarino, ha explicado en Y ahora Sonsoles que nunca hubo intención de cobrar por el gancho y que el recibo compartido en redes era solo un preticket. Según su versión, incluyen en esa factura previa, que no es la definitiva, ese concepto de 12 euros como seguro, para evitar que los clientes roben el utensilio, pero luego lo descuentan del cobro final. «La clienta no ha pagado los 12 euros, como tampoco lo han hecho el resto de clientes», indica.
Cifarino deja entrever cierta mala fe por parte de la clienta, que no compartió la prefactura en el momento en el que sucedió, sino que esperó un tiempo prudencial y, además, asegura que utilizó las plataformas sociales, las asociaciones de consumidores —Facua difundió el mensaje— y los medios de comunicación para difundir la información incorrecta contra ellos. «Esta persona se ha quedado con un preticket, ha esperado 10 días para ponerlo, y ha usado plataforma en conjunto con periódicos. Me están difamando», considera.
Las consecuencias negativas para el restaurante de comida japonesa, según cuenta, fueron inmediatas. Hubo una disminución considerable de las reservas, han perdido clientes, han recibido un aluvión de mensajes ofensivos y también han recibido reservas falsas con insultos contra ellos. «Hubo muchas que no fueron reales, con nombres de "Fuck you 12 euros" o cosas por el estilo», explica su abogada, Marina Corral.
Por eso, tras estudiar la situación y las consecuencias, la representación legal del restaurante ibicenco ha presentado ya un acto de conciliación previa contra la clienta por difamación. Le piden que borre inmediatamente el post en cuestión, que publique un nuevo mensaje «de retractación expresa en la misma red social» y, además, le exige que se le abone en compensación por los daños ocasionados 36.000 euros.
«Mi cliente ha tenido una situación de indefensión por algo que no había ocurrido. Entraron las asociaciones y la prensa, y se amplió más el descrédito, con un gran daño económico y moral y reputacional», indica la letrada.
Por su parte, la clienta se defiende, argumentando que nunca nombró expresamente al restaurante y que lo único que pretendía era informarse sobre la situación que habían vivido durante su paso por Ibiza. «Yo solo preguntaba si esa práctica era normal o legal», se justifica.
La versión de la clienta dista de la que da el dueño del restaurante en sus declaraciones, que también es diferente a la de la propia denuncia. Aunque Cifalino asegura que se trata de una especie de seguro para evitar el robo del gancho, en el escrito de conciliación previa se destaca que fue se trató «de un error en la cuenta, al incluirse de forma indebida el utensilio», que es «cortesía de la casa». Sí indica que el error «fue subsanado de manera inmediata e íntegra por la camarera, que rectificó el ticket antes del pago».
El relato original difundido en redes es diferente a ambas versiones. Asegura que fue la propia camarera la que les ofreció insistentemente el gancho de la discordia y que, cuando se percataron del concepto añadido en el ticket al ir a pagar y se lo hicieron saber a los trabajadores, la respuesta de estos fue decirles que, si querían, se lo podían quedar. «Cuando nos quejamos, nos dijeron que podíamos llevarnos el ganchito», destacó.
La clienta asegura que todavía no han recibido el acto de conciliación, una notificación que puede tardar un tiempo. Llegado ese momento, tendrá que presentar las alegaciones oportunas y, si no se llega a un acuerdo entre las partes, el denunciante tendría que presentar una demanda judicial.