Las muertes atribuibles al calor subieron un 71 % en el mes de agosto

J. A. Guerrero COLPISA / MADRID

SOCIEDAD

SALAS | EFE

Este verano, junto al de 2022, se ha convertido en el más caluroso desde que hay registros

01 sep 2025 . Actualizado a las 13:58 h.

El verano meteorológico de 2025, que acaba de terminar, ha sido el más caluroso desde que hay registros junto al de 2022, según ha avanzado este lunes el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo. Ambos veranos fueron unos 2ºC más cálidos de lo normal, un exceso de temperatura que ha tenido graves efectos en la salud. Así lo certifican las estimaciones de MoMo, el sistema de monitorización de mortalidad diaria que gestiona el Instituto de Salud Carlos III. Los datos indican que este pasado mes de agosto han muerto 2.170 personas a causa del exceso del calor, la cifra más elevada desde hace diez años, cuando se empezaron a contabilizar este tipo de decesos. Supone un 71 % más con relación a agosto de 2024, cuando fallecieron por este motivo 1.271 personas.

En los tres meses de verano han muerto 3.644 ciudadanos por motivos achacables a las altas temperaturas. En su conjunto son un 84% más de los que fallecieron en las mismas fechas del año pasado, cuando, según el sistema MoMo, murieron 1.977 personas. El aumento también fue significativo en julio: 1.060 frente a 674 de julio de 2024 (un 57% más), y sobre todo en junio: de solo 32 en junio de 2024, que fue un mes atípicamente fresco, a 407 este pasado junio, un 1.118% más.

Este exceso de muertes por temperaturas extremas se ha concentrado en agosto (el 60% de todas las del verano), mes en el que España ha sufrido una de sus peores olas de calor, un episodio que se prolongó entre los días 3 y 18 y en el que se alcanzó una anomalía térmica de 4,6 grados por encima de los valores habituales, superando así el récord que ostentaba la ola de julio de 2022, con 4,5 grados. Durante muchos días y en amplias zonas de España, las máximas no han bajado de 40ºC y las mínimas, de 25ºC. Fue en ese período cuando se registró la peor ola de incendios habida en nuestro país en décadas.

Bajo estas condiciones de calor y un estrés térmico que puso a prueba a la gran parte de la población, las temperaturas extremas se alargaron durante 16 días seguidos, hasta el 18 de agosto, convirtiéndose en la tercera ola de calor más larga desde 1975. En 2022 se registró otra más duradera, de 18 días de duración. Y en 2015 se anotó la ola de calor más extensa hasta la fecha, con 26 días.

Según la Aemet, este verano ha sido también un verano con precipitaciones inferiores a las habituales. Ha llovido aproximadamente las tres cuartas partes de lo normal para un verano promedio, aunque ha habido algunos episodios de tormentas importantes, sobre todo en julio, con récords de precipitación diaria para ese mes en localidades del área mediterránea, como Castellón o del interior peninsular como Guadalajara.

Del Campo ha avanzado el pronóstico para este entrante trimestre otoñal, compuesto por septiembre, octubre y noviembre. Todo indica que las temperaturas serán superiores a las normales en todo el país. «Hay un 60 a 70 % de probabilidad de que este otoño meteorológico sea más cálido de lo normal, frente a un 10% de que sea más frío en la península y Baleares», señala el portavoz de la Aemet. 

En cuanto a las lluvias, con toda la incertidumbre de lo que supone un otoño con la atmósfera tan cambiante, «hay un 45% de probabilidades de que sea menos lluvioso de lo normal en el oeste y centro de la península, así como en Canarias, frente a un 20% de que las lluvias sean superiores a las normales en esas mismas zonas. Para el este de la península y Baleares no hay una tendencia clara», ha apuntado Del Campo.