Más de 18 millones de personas morirán de cáncer en el 2050, un 75 % más que ahora
SOCIEDAD

Cuatro de cada diez fallecimientos por esta causa están relacionados con factores de riesgo modificables, como el tabaquismo, la dieta o el consumo de alcohol
25 sep 2025 . Actualizado a las 17:59 h.Los especialistas en oncología coinciden en señalar que la investigación en este área vive una especie de época dorada, una revolución incluso. Los continuos avances y las nuevas terapias han dado pasos de gigante en los últimos años. Los datos son claros: si hace 50 años, de cada cuatro pacientes que eran diagnosticados solo uno vivía más de cinco años, ahora se curan más de la mitad. Esto no implica, sin embargo, que el cáncer no siga siendo una enfermedad fatal. En España fue la principal causa de muerte el año pasado, seguida muy de cerca por enfermedades del sistema circulatorio. En el resto del mundo, y en el 2023, el orden se invierte. Más de diez millones de personas murieron por este motivo en dicho año, según las cifras de un reciente estudio que acaba de ser publicado en la revista Lancet.
La investigación aporta una amplia radiografía de lo que ha ocurrido en las últimas décadas con una enfermedad a la que solemos referirnos en singular, pero que en realidad son más de 200 diferentes. Así, el número de casos se ha más que duplicado desde 1990, alcanzando los 18,5 millones en el 2023. El trabajo ofrece también una mirada al futuro. Pronostica que el número de nuevos casos de tumores a nivel mundial aumentará un 61 % hasta llegar a 30,5 millones en el 2050. Tampoco es halagüeña la cifra de muertes: se prevé que se incrementará casi un 75 % hasta llegar a los 18,6 millones. «El cáncer sigue siendo un factor importante en la carga de morbilidad a nivel mundial. Nuestro estudio destaca cómo se prevé un crecimiento sustancial en las próximas décadas, con un crecimiento desproporcionado en países con recursos limitados», asegura la doctora Lisa Force, autora principal del estudio, del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington (EE.UU.).
Esa desproporción también tiene cifras precisas: más de la mitad de los nuevos casos y dos tercios de las muertes se producirán en países de ingresos bajos y medianos. En este último aspecto incide Carlos Panizo, jefe de servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Donostia. «Las cifras impactan porque se refieren a todo el mundo, pero hay que estudiarlo por países. Es cierto que globalmente aumenta, pero es porque en los menos desarrollados no se hace prevención de los factores de riesgo: no hay campañas de detección precoz, las tasas de fumadores van en aumento… En algunos casos se han implementado medios de detección pero no de prevención», explica el especialista.
Causas evitables
«El cáncer no desaparecerá, pero cada vez tenemos más herramientas para tratarlo», explica el investigador de Ikerbasque del Cic Biogune Arkaitz Carracedo cuando se le pregunta sobre esta delicada cuestión. «Los tumores aparecen por un proceso intrínseco a la vida, los errores de las células a la hora de copiar su libro de instrucciones. Esto explica que seamos diferentes a otras especies y entre nosotros mismos. No vamos a poder prevenir que los cometan porque sin ellos, no estaríamos aquí».
La gran mayoría de las muertes vinculadas a los tumores se deben al crecimiento de la población y a su envejecimiento. Cuanto más años se vive, mayor es la probabilidad de que se produzcan esos errores de copia de las células. Sin embargo, los autores del trabajo destacan que casi la mitad de los casos —el 42 %— se vinculan a factores de riesgo modificables. Esto quiere decir que 4,3 de los 10,4 millones de personas que fallecieron por tumores lo hicieron por factores que no son irremediables. El más importante de los 44 señalados es el tabaquismo, presente en el 21 % de los casos. Le seguirían una dieta poco saludable, el consumo elevado de alcohol, los riesgos laborales y la contaminación del aire.
«Dado que cuatro de cada diez muertes por cáncer están relacionadas con factores de riesgo establecidos, como el tabaco, la mala alimentación y la hiperglucemia, existen enormes oportunidades para que los países aborden estos factores de riesgo, lo que podría prevenir casos de cáncer y salvar vidas, además de mejorar el diagnóstico y el tratamiento precisos y tempranos para apoyar a las personas que desarrollan cáncer», concluye Theo Vos, coautor de la investigación. A esto habría que sumar los avances en la investigación médica.