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Los apicultores de Ferrolterra defienden los colmenares del asedio pertinaz de la velutina

A. F. C. ORTIGUEIRA

SOMOS AGRO

Colmenares en la parroquia de Cuíña, en Ortigueira, en una fotografía de archivo
Colmenares en la parroquia de Cuíña, en Ortigueira, en una fotografía de archivo ÁNGEL MANSO

Temen una mala cosecha de miel en la costa debido al tiempo, con una primavera lluviosa, y a los ataques de la avispa asiática

01 jul 2020 . Actualizado a las 18:21 h.

Los apicultores de Ferrolterra, Eume y Ortegal han emprendido ya la ardua batalla de cada verano, este año algo anticipada, para tratar de defender los colmenares del asedio persistente de la Vespa velutina nigrithorax. El confinamiento ha favorecido a la conocida como avispa asiática. El trampeo se redujo durante el período de reclusión, en plena primavera, y los nidos se han multiplicado, por lo que los mieleros temen una campaña larga y dura.

Rafael Díaz Nieto, responsable de la Asociación Galega de Apicultura (AGA) en Ferrolterra, ya se ha topado con algunos colmenares «bloqueados» por la velutina. «En San Sadurniño, Pedroso [Narón] y Valdoviño están atacando con bastante intensidad y he tenido que poner a funcionar las arpas eléctricas. Empieza la lucha otra vez, es una locura, te quita las ganas de todo», comenta. Pese a este momento de desánimo, este veterano del sector, en el que se inició hace más de cuatro décadas, está dispuesto a seguir «dando la batalla».

«De los siete colmenares que tengo trampeé bien tres, con 25 [artilugios] por colmenar, posicionándolos en una cuadrícula de unos 300 metros, renovando el atrayente cada 12 o 15 días y cambiándolos de sitio. En alguno atrapé más de mil reinas», explica Díaz Nieto. Pero la colocación de trampas disminuyó por la situación derivada del covid-19 y la velutina, sin depredador -«en el sudeste asiático se la come la mandarina, una de las seis variedades de velutina que hay»-, ha ganado terreno esta primavera.

 En el confinamiento se redujo el trampeo y los nidos de avispa asiática se han multiplicado

«Este año es malo para la apicultura, que depende de la meteorología. El eucalipto no ha funcionado [por la escasa floración] y la cosecha de miel, en la costa, va a ser mala», vaticina. «Pinta mal, sobre todo na costa, vai ser un ano moi malo. Houbo pouca floración do eucalipto, veu calor, choveu, acabaron o pouco mel que tiñan, consumírono... E agora hai moito ataque da velutina, iso que aínda estamos en xuño. Se segue así, en agosto haberá que alimentar as colmeas», vaticina Manuel Rodríguez Gómez, delegado de AGA en Ortegal. «Sen mel e coa velutina moi forte, o resultado é ou mortandade de colmeas ou alimentar», resume. Confía en que la temporada resulte algo más favorable en las áreas de montaña.

«Agora teñen algo de silva, a ver se con iso salvan os mobles», apunta Manuel Ferreira, presidente de la Casa do Mel de Goente (As Pontes). «A choiva non as deixou traballar, moitas abellas morreron de fame... Pasa nas primaveras de auga», relata. La situación se complica ahora, «en sitios coma San Sadurniño, onde xa hai que colocar arpas polos ataques continuos da velutina». Indica que este sistema, «aparte das vespas que electrocuta [non as abellas, máis pequenas], ten un efecto disuasorio».