¿Cómo influye la pared del maíz en su resistencia a las plagas?

Somos Agro REDACCIÓN / LA VOZ

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Dos tesis del CISC permiten avanzar en el conocimiento de esta planta y del roble

20 nov 2020 . Actualizado a las 09:44 h.

¿Podemos saber por la pared del maíz si una variedad es más resistente a las plagas o será mejor digerida por los animales? Estas son algunas de las preguntas que ha tratado de responder la bióloga Ana López Malvar en la tesis doctoral que elaboró en la Misión Biológica de Galicia y que defendió esta misma semana, con la calificación de sobresaliente cum laude. La misma calificación obtuvo su compañera Andrea Galmán, que defendió un trabajo sobre los gradientes de elevación en defensas y herbivoría en robles.

«El maíz es uno de los cultivos más importantes a nivel mundial y sus principales aprovechamientos económicos, como materia prima para producir etanol o fuente de alimento principal para el ganado, están influenciados directa o indirectamente por la composición y estructura de su pared celular», explica Ana López Malvar. Esta está compuesta, principalmente, por «celulosa, hemicelulosa, lignina y ácidos hidroxicinámicos, los cuales proporcionan estabilidad y resistencia a los distintos tipos celulares», añade. Su tesis tenía como objetivo el estudio completo de los diferentes componentes de la pared celular para determinar cómo influyen en las propiedades que convierten a una variedad de maíz en óptima para resistir el daño frente a plagas y ser aprovechable en digestibilidad animal y en la producción de bioetanol. Para ello, se estudió qué componentes de la pared celular se pueden utilizar por los mejoradores como caracteres de selección indirecta. Se concluyó que no es posible definir un modelo único de pared celular que cumpla con los requisitos para los tres aspectos evaluados —resistencia a plagas, digestibilidad animal y producción de bioetanol—, pero sí que se pueden proponer diferentes tipos de composición dependiendo del aprovechamiento del cultivo que interese. Además, se identificaron algunos materiales como fuente potencial de variación que puede ser utilizada en la mejora para la producción de combustibles.

Se realizó también un análisis genético de los distintos aprovechamientos del maíz y la composición de la pared celular, con el cometido de comprender qué factores genéticos modulan dichos caracteres y diseñar programas de mejora específicos. Con la información obtenida en este trabajo se sugiere un nuevo método, la selección genómica, que emplea virtualmente el genoma completo, y que se implementará en futuros trabajos.

 

El roble

Por su parte, la bióloga Andrea Galmán realizó una tesis sobre los grandientes de elevación en defensas y herviboría en robles. «Las plantas y sus insectos herbívoros tienen una historia de evolución conjunta, durante el cual han ejercicio fuerzas selectivas mutuas los unos sobre los otros y, como consecuencia, las plantas han desarrollado un amplio arsenal de diferentes estrategias defensivas y los herbívoros, adaptaciones para combatir estas defensas», explica Galmán, quien añade que los «gradientes geográficos y, en particular, los de elevación, son una de las principales herramientas para estudiar esa interacción, al permitir entender cómo la variación en factores abióticos y bióticos modulan la producción de defensas en las plantas», añade.

En este contexto, la tesis tenía como objetivo estudiar, tomando como sistema de estudio distintas especies de robles, si los gradientes altitudinales en herbivoría o defensas están determinados por una serie de factores bióticos y abióticos asociados a la altitud. Se encontró que las defensas constitutivas en los robles incrementan hacia el nivel del mar mientras que las defensas inducidas incrementan hacia mayores elevaciones, sin que haya diferencias entre árboles adultos y juveniles.