Ecológica, de pastoreo, Galega 100 % o que garantiza el bienestar animal; la oferta es amplia aunque el consumidor no siempre sabe distinguirlas

m. alfonso

Lo ecológico, lo sostenible, lo respetuoso con el medio ambiente está de moda. Y eso se deja sentir también en la oferta de leche que encontramos en el supermercado. Hay grupos lácteos, como Lactalis, que presumen de sus leches ecológicas, mientras que otros, como Larsa, apuestan por la de pastoreo. A Leche Río, por su parte, le gusta presumir de 100 % Galega y de que sus granjas cuidan a sus vacas siguiendo criterios de bienestar animal. Y en medio están los consumidores que, en ocasiones, no saben qué es lo que diferencia a estos tipos de leche, ni los procesos que deben seguir las granjas para cumplir con los requisitos que las hacen merecedoras de todas esas etiquetas.

Galicia es una potencia en producción de leche ecológica. De las 232 granjas certificadas que existen en España, 119 se encuentran en esta comunidad donde, además, se genera más de la mitad de la producción de todo el país, más de 22.000 toneladas durante el pasado año, según los datos que figuran en la revista del Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica. Es sin duda este tipo de leche la que más requisitos cumple antes de salir al mercado, pues aquí se controla desde la alimentación de los animales hasta la superficie que tienen que tener para pastar libremente. «Unha granxa pasa un proceso de dous anos antes de que poida vender en ecolóxico para garantir que non quedan residuos químicos nin na granxa, nin nas terras», explican en el consello regulador. Los animales que producen bajo este sistema deben tener libre acceso a pastos y no puede haber más de dos vacas por hectárea, para garantizar que disponen de espacio suficiente. Además, los piensos que comen deben haber sido producidos bajo criterios ecológicos y las vacas no pueden recibir más de dos tratamientos al año. «En agricultura ecolóxica as vacas duran máis anos porque non se forzan, tamén producen menos», aseguran en el consello regulador, donde destacan que su acreditación no solo es válida en España, sino también en toda la Unión Europea y en terceros países, como Estados Unidos, Suiza y Xapón. Ellos controlan que no solo las granjas cumplan con los requisitos, sino también las industrias lácteas, que deben disponer de líneas específicas para embotellar esta leche o limpiar bien las que usan con otras leches de tipos diferentes antes de proceder a su envasado.

El pastoreo

En el caso de la leche de pastoreo, es la Asociación Galega de Cooperativas Agrarias (Agaca) la que ayuda a los ganaderos a cumplir los requisitos para superar las auditorías que hacen empresas privadas, tipo Aenor. Entre los requisitos que deben cumplir están que los animales que dan esa leche tienen que pasar buena parte de su tiempo al aire libre. Hay dos opciones. La primera establece un mínimo de entre 120 días, 720 horas al año o de 150 días, 750 horas al año. La segunda mantiene el número de jornadas, pero con un mínimo de entre seis y cinco horas al día. Las vacas no pueden hacinarse y tiene que haber un máximo de 2,5 por hectárea. Otra condición que deben cumplir es que la hierba debe tener un mínimo de cinco centímetros de altura, para garantizar así que el animal tiene alimento suficiente. Los ganaderos están también obligados a llevar un cuaderno de pastoreo, en el que figurarán los datos generales de la explotación, las parcelas dedicadas al pastoreo y hasta un registro diario de pastoreo.

Origen y bienestar

Todavía hay otros dos sellos que figuran en los envases de leche. El primero es el de Galega 100 %, una etiqueta que concede la Consellería do Medio Rural para garantizar el origen de la producción. «Os consumidores ao elixir este selo están a asegurarse de que o produto de calidade superior que mercan nos lineais de distribución utiliza como materia prima o leite producido nas granxas galegas, e que ademais completou o ciclo de transformación e envasado en Galicia», aseguran en la consellería. Se trata, así, de leche que no solo tiene garantizado su origen, sino también una calidad determinada acreditada por el Laboratorio Interprofesional Galego de Análise do Leite (LIGAL).

Por último, están las leches que garantizan haber sido producidas según criterios de bienestar animal, los conocidos como certificados Welfair. En este caso es una auditora externa la que certifica que las granjas cumplen con cuatro criterios: que el animal recibe una buena alimentación, que reside en un alojamiento cómodo, que goza de buena salud y que tiene un comportamiento acorde con su especie. Para ello, realizan auditorías periódicas en las que comprueban que las vacas de leche viven según estos criterios.