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El hombre al que le importó un pimiento

sindo martínez VERÍN / LA VOZ

AGRICULTURA

El único productor de la IXP posa con un pimiento en su finca de la comarca verinesa
El único productor de la IXP posa con un pimiento en su finca de la comarca verinesa Íñigo Rolán

Benjamín Pardo es el único productor de la IXP Pemento de Oímbra, una variedad con gran demanda en el mercado

21 ago 2019 . Actualizado a las 12:00 h.

20 de mayo del 2010. Ese día el Diario Oficial de la UE publicó el reglamento por el que el Pemento de Oímbra, un municipio de la comarca de Verín, quedaba inscrito dentro del Registro de Denominaciones de Origen Protegidas y de Indicaciones Geográficas Protegidas. Su sabor dulce y su característica morfología le hicieron merecedor de tal honor. Pero desde entonces hubo un período intermedio de un trienio en el que no hubo nadie en los municipios de Oímbra, Verín, Castrelo do Val, Monterrei, Cualedro, Laza, Riós y Vilardevós que cultivara esta hortaliza hasta que hace un par de años a Benjamín Pardo López le importó este pimiento. Ahora, como único productor de esta variedad dentro de la IXP, se ha convertido en una especie de llanero solitario al que le gustaría cabalgar en compañía.

Fue un accidente de tráfico que le provocó una lesión en la espalda lo que aceleró su entrada en el negocio al dejar su anterior trabajo para emprender en el sector de la agricultura con la ayuda de su familia. No le va mal. Dice que el pimiento se vende como rosquillas: «No tenemos problemas para comercializar toda la cosecha. Tenemos un acuerdo con la empresa Gadisa, que nos compra todo el producto. La demanda de es muy superior a la oferta. Es un cultivo que tiene mucho futuro», explica.

Entonces... ¿por qué esta IXP no ha logrado atraer a más agricultores? «Es difícil decirlo. A mí me gustaría no ser el único, pero así están las cosas. Lo cierto es que es un trabajo duro. Para producir pimientos de calidad hay que esforzarse mucho», señala. El asunto, como añade, es que hay que cumplir muchos requisitos y atenerse a las inspecciones del Consello Regulador. «Todo el proceso es manual. No nos podemos quejar, pero no ha sido fácil salir adelante. Por otra parte hay que cumplir bastantes trámites burocráticos», apunta.

Y cómo será la cosecha este año. El atípico verano, con unas mañana más frías de lo habitual, parece que no afectará. «Esperamos casi duplicar los 20.000 kilos del año pasado. Creo que podríamos llegar a 40.000. Plantamos el producto en 0,8 hectáreas. Estamos recogiendo desde mediados del mes de julio y no acabaremos hasta avanzado septiembre», cuenta el rostro que está detrás de Pimientos Benjamín, una marca con un incremento de la producción exponencial. En el 2017 recogió 10.000 kilos de pimiento verde, de entre 100 y 200 gramos, y de entre 10 y 20 centímetros de largo, los requisitos exigidos por la IXP. Ahora está a punto de cuadriplicar esa cifra. «Para el año que viene ya tengo ofertas de hasta cuatro grandes cadenas para adquirir nuestro producto. Si se produjera más, también lo vendería sin problemas. Se comercializa sobre todo en Galicia», avanza.

Cultivo artesanal

¿Cuáles son los secretos para producir un buen pimiento de Oímbra? «Hay que plantarlos en mayo. Eliminar las malas hierbas que puedan salir y hacer un seguimiento muy exhaustivo del producto. No es sencillo, hay que sudar y echar mano del sacho. Es un proceso casi artesanal, no hay maquinaria» remarca. Y recalca: «No quiero explotar la tierra, quiero vivir de ella. Cultivo en rotación en cinco hectáreas. Además del pimiento, echamos berzas y una cebolla típica de esta zona que también tiene mucha aceptación. Nuestro negocio está planteado a largo plazo, no para unos pocos años».

Aunque no se queja, igual que como cualquiera que viva de la agricultura este llanero solitario tiene que sortear más de un obstáculo. «Hay que estar siempre pendiente del tiempo, aceptar y asumir lo que te venga. Te puede caer una helada a destiempo, una fuerte sequía o cambios muy bruscos del tiempo, que merman calidad al producto», comenta. Luego está la burocracia porque «hay muchos trámites que cumplimentar para conseguir una ayuda o para realizar cualquier papeleo. Eso debería de mejorarse». Palabra del hombre que está salvando un pimiento.