«A ecoloxía é para min un pracer»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PaLACIOS LUGO / LA VOZ

AGRICULTURA

Carlos Hugo Rico, con uno de los manzanos que cuida en su finca, en la parroquia de A Órrea
Carlos Hugo Rico, con uno de los manzanos que cuida en su finca, en la parroquia de A Órrea PALACIOS

Carlos Hugo Rico cultiva por afición frutales en Riotorto, siguiendo las pautas que aprendió de su padre

15 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Nacer en una zona rural, en una familia dedicada a la agricultura, y recibir en la adolescencia y en la juventud los mensajes de Félix Rodríguez de la Fuente dejan huella. Carlos Hugo Rico se marchó de su parroquia natal, A Órrea (Riotorto), a Lugo para estudiar, aunque ni entonces ni ahora perdió el contacto. Ahora, de hecho, reparte su tiempo entre la capital de la provincia y su barrio natal, Busgardín.

En su casa había ganado, aunque su padre también tomó la decisión de ir plantando frutales. Así fueron llegando los primeros manzanos: Carlos Hugo Rico desconoce la variedad exacta de manzanas que dan, aunque recuerda que su padre comentaba que había traído de Meira el primer injerto.

Al lado de casa hay varios manzanos además de un peral. Algunos manzanos dan fruto todos los años, y otros, en años alternos. Las manzanas están ya bastante desarrolladas, aunque no las recogerá hasta principios de octubre. Antes solía hacerlo un poco después, cuando ya se acercaba noviembre. Rico responde con un no rotundo cuando se le pregunta si emplea algún tipo de abono. Por un lado, sigue más o menos los pasos de su padre. Por otro, su perfil de respeto al medio ambiente se concreta en varios aspectos: en primer lugar, se afilió hace décadas a entidades como Greenpeace y la Asociación de Defensa de la Naturaleza (Adena); en segundo, lleva más de 15 años afiliado al Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica (Craega).

Es, pues, un agricultor vocacional pero convencido. Los manzanos le dan kilos y kilos de producción, que llegan hasta el año siguiente. No obstante, él también se confiesa entusiasta comedor de fruta -casi un kilo al día, reconoce- y poco amante de la carne. Eso, sí, las manzanas son delicadas y requieren cierta atención: «Se caen e as deixas unhas semanas sen recoller, acaban podrecendo», dice. En la conservación sigue también pautas tradicionales, puesto que la fruta se mete en cajas que se guardan en un hórreo de tipo asturiano, presente en zonas del nordeste gallego.

Sus gustos son en cierto modo, una forma de vida: «A ecoloxía é para min un pracer», afirma. Sostiene que el mundo necesita más respeto a la naturaleza, aunque también reconoce que no depende de los ingresos del campo. Han pasado décadas desde que iba y volvía andando a la escuela de A Órrea, a unos tres kilómetros de su casa, si bien admite que no se ese, ni mucho menos, el mayor cambio. «Quen lles diría aos do Arneiro ou aos de Pacios, hai dez anos ou así, que habían ter invernadoiros coma en Almería?», se pregunta.

Lo que sí destaca es que en sus fincas de frutales da rienda suelta a su forma de ver y de pensar: «A ecoloxía é unha forma de pensar, unha forma de vivir, unha forma de coidar o mundo... Xa o estamos vendo: imos quedar sen xeo no Ártico», dice.

Un mundo tranquilo al lado de la carretera

La huerta de Carlos Hugo Rico está a pocos centenares de metros de la N-640; en la parte inferior de la finca está el antiguo trazado de la vía. Se oyen pasar coches, aunque también se oye el murmullo del río Mourín -también conocido como río de Xudán, dice-, que desemboca en el Eo en el vecino municipio de A Pontenova. Rico ironiza sobre los que viajan en avión a otros países y no conocen, en cambio, atractivos parajes próximos a sus casas.

De Riotorto a Lugo y vuelta a casa

Inicio. Carlos Hugo Rico nació en el barrio de Busgardín (parroquia de A Órrea) en 1959.

 Trayectoria. Estudió el Bachillerato y Magisterio en Lugo. Fue funcionario de prisiones, y está jubilado tras haber estado gran parte de su etapa profesional en Bonxe.

 Evolución. Ya jubilado, reparte el tiempo entre Lugo y Riotorto.