El barrio judío de Ribadavia revive con artesanía: «Ojalá fuese así siempre»
AGRICULTURA
Un mercado impulsado por la Xunta arrancó este viernes reabriendo locales del casco histórico con talleres y expositores
07 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Puente de la Constitución y días finales del concurso de Ferrero Rocher. Un fin de semana que de por sí atraería visitantes a Ribadavia. Pero el mercado «Artesanía, saber e sabor» ha hecho que se encuentren con la mejor versión de su barrio judío. El proyecto piloto de la Xunta para revitalizar los cascos históricos de las villas arrancó este viernes dando un aspecto poco habitual del de Ribadavia. Antiguos locales reabrieron para albergar talleres y puestos de artesanía. «Ojalá fuese siempre así porque la zona vieja está abandonada», defendía una de las artistas que participó, María González.
La localidad ourensana es la segunda en la que se celebra este evento, que reúne a decenas de artesanos de toda Galicia. Participan tanto Artesanía de Galicia como Artesanía Alimentaria y también una veintena de bodegas de la D.O. Ribeiro. Cada una de las marcas ocupa una zona del casco histórico. Los productos de alimentación se sitúan en una amplia carpa en la praza Maior. Un total de 19 empresas dan a probar y comercializan su miel, dulces, bebidas, embutidos, quesos... Además, hay una zona para los más pequeños, con cuentacuentos, actividades y por donde incluso pasará Papá Noel. En la praza Maior también se encuentra el «Espazo experiencias de calidade», donde los viticultores de O Ribeiro muestran sus vinos. Hay una sala habilitada para realizar catas todos los días y la primera que se celebró este viernes ya fue todo un éxito. Las plazas se llenaron para probar el resultado de la cosecha de los colleiteiros.
La pegada de los artesanos se extiende por el barrio judío en varios locales de la rúa Merelles Caula. El mercado ofreció a comerciantes y artistas de Ribadavia la posibilidad de alquilar algunos de los bajos del casco histórico que actualmente no tienen uso para exponer sus productos durante los tres días de mercado. Así, abrieron sus puertas temporalmente lugares como la entrada del Juzgado, donde se situó Los Dibujos de María. La joven artesana, María González, lamenta que no se uniera más gente del pueblo porque «es una oportunidad maravillosa». Le gustaría que esta experiencia se repitiese más veces. Aunque no pudieran optar a un local permanentemente sí estaría bien algún fin de semana para revitalizar la zona más visitada de la localidad. «Así revivimos el pueblo, que hace falta», defiende.
La responsable de Fuso Moda fue otra de las que se animó a trasladar sus prendas hasta la judería: «É unha idea xenial, no casco histórico apenas hai comercios abertos e é onde máis debería haber, esperamos máis iniciativas así». Otros locales se aprovecharon para dar talleres. Acudieron artesanos de otras partes de Galicia, como Jorge Bellón, para enseñar a elaborar sanandresiños, o alfareros de Pontevedra. Pequeños y mayores volvieron a dar vida a los bajos a pie de calle con los oficios tradicionales. El recorrido del mercado continúa hasta la Igrexa da Madalena, que se convierte estos tres días en un expositor de diez artistas de toda Galicia. El altar es el escenario de talleres de estampado de telas con serigrafía, que tuvieron participantes desde primera hora. La cita continúa el sábado y el domingo con el despliegue de artesanía acompañado de conciertos, magia o sorteos.
La conselleira de Medio Rural, María José Gómez, visitó el mercado junto al alcalde, César Fernández, y el delegado de la Xunta en Ourense, Manuel Pardo, para destacar la iniciativa como un ejemplo de dinamización del rural. El objetivo es replicarlo en más villas de la provincia.