Miel de Asturias, una dulce tradición reconocida por Europa

Nel Oliveira
Nel Oliveira REDACCIÓN

AGRICULTURA

Miel de Asturias
Miel de Asturias

Fruto de un manejo tradicional de la apicultura y de la diversidad de vegetación melífera propia de esta región, la miel asturiana ha gozado históricamente de gran calidad y prestigio, tanto dentro como fuera de sus fronteras

04 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La miel de Asturias es un producto que refleja la riqueza natural y cultural del Principado. Fruto de un manejo tradicional de la apicultura y de la diversidad de vegetación melífera propia de esta región, la miel asturiana ha gozado históricamente de gran calidad y prestigio, tanto dentro como fuera de sus fronteras. Tanto es así que el pasado mes de mayo Bruselas formalizó la inscripción de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Miel de Asturias en el registro de la Unión Europea (UE) tras un proceso de varios meses en el que la Comisión Europea no recibió ninguna oposición.

Hasta finales del siglo XIX, la miel fue el único edulcorante conocido en la sociedad rural asturiana. Su recolección era una fiesta colectiva en la que se compartía el dulce fruto con los vecinos, un momento de encuentro y celebración. Más allá de su sabor, se valoraba por sus propiedades medicinales y su prestigio social: las colmenas y colmenares se entregaban como dote en las bodas o como mandas testamentarias, símbolos de riqueza y tradición familiar. Este ingrediente ha formado parte esencial de la gastronomía tradicional asturiana. La miel se empleaba en la elaboración de recetas emblemáticas como el escaldao, típico en las fiestas navideñas; el deventre dulce; los frisuelos y los fayuelos, consumidos en Carnaval y en celebraciones familiares como los bautizos, donde los padres obsequiaban con estos dulces a los padrinos.

Único edulcorante en la Asturias rural hasta finales del siglo XIX

La apicultura en Asturias ha sido, además, una actividad complementaria fundamental para el aprovechamiento del monte. Su importancia queda patente en el paisaje, donde aún se conservan construcciones tradicionales diseñadas para proteger las colmenas de osos y otros depredadores, como los talameiros o talameras y los cortinos, que son hoy testimonios etnográficos de esta forma de vida. La singularidad de la miel de Asturias radica en la gran diversidad de su flora melífera, resultado de las particulares condiciones orográficas, edafológicas y climáticas de la región, así como de la escasa presencia de cultivos agrícolas intensivos y del manejo artesanal de las colmenas. Esta combinación genera mieles que se diferencian claramente por su sabor, aroma, color y textura en comparación con otras producciones, ofreciendo matices únicos y profundos que la hacen especialmente apreciada.

La reputación gastronómica y cultural de esta miel se refleja en las numerosas ferias y eventos dedicados a ella en toda Asturias. Destaca la Feria de la Miel de Boal, celebrada desde 1986 y declarada Fiesta de Interés Regional en 2022, que reúne a productores y amantes del producto en un encuentro que refuerza su importancia en la identidad local. Además, la existencia de varios museos dedicados a la miel y la apicultura en el Principado subraya la tradición y el valor de esta actividad.

Desde hace más de una década, la miel de Asturias se comercializa bajo esta denominación protegida, habiendo sido declarada Alimento del Paraíso Natural en 2008. Es ingrediente habitual en la cocina asturiana, especialmente en la repostería tradicional, donde aporta dulzura y profundidad a los platos. El reconocimiento a la calidad de la miel de Asturias ha sido internacional. Varias de sus variedades han recibido premios en importantes concursos como los London Honey Awards 2021, los America Foods Awards 2021 o el Congreso Nacional Apícola en diferentes ediciones, destacando tipos como la miel de bosque, madroño, roble, eucalipto, brezo o castaño.

El paso más reciente y decisivo ha sido la inscripción de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Miel de Asturias en el registro de la Unión Europea, formalizada en mayo tras un proceso que no recibió oposición. Esta certificación protege el origen y las características del producto, asegurando que toda miel amparada bajo esta IGP se produce íntegramente en Asturias a partir de la flora local. Una miel que se caracteriza por un color ámbar que puede ir del claro al muy oscuro, aromas intensos y sabores profundos que la diferencian, y una textura densa fruto de su bajo contenido en humedad. La IGP garantiza la calidad y autenticidad del producto, consolidando a la miel de Asturias como un referente gastronómico y cultural del Principado, símbolo de tradición y naturaleza que sigue conquistando paladares.