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Propietarios de fincas apuran su limpieza tras empezar la época de alto riesgo de incendios

Somos Agro REDACCIÓN / LA VOZ

FORESTAL

cedida

La vigilancia por parte de Medio Rural será especialmente profunda en las parroquias de alta actividad incendiaria

03 jul 2024 . Actualizado a las 10:12 h.

El inicio de la temporada de alto riesgo de incendios _que se extenderá hasta el 30 de septiembre, pudiendo prolongarse un mes más_ ha cogido por sorpresa a algunos propietarios de parcelas ubicadas en franjas de seguridad de las aldeas. Las lluvias de las últimas semanas fueron un obstáculo para los que querían comenzar a desbrozar y que ahora deberán apurar esos trabajos de limpieza de fincas, tal y como marca la norma gallega. De hecho, el lunes la Consellería do Medio Rural comenzó las inspecciones para controlar que esas parcelas estén libres de maleza. 

La limpieza es especialmente importante en las cuarenta parroquias, ubicadas en 28 municipios diferentes, calificadas como de Parroquias de Alta Actividad Incendiaria (PAAI). Según el Plan de Prevención y Defensa contra los incendios forestales (Pladiga) se reparten en estos municipios: Cualedro (3), A Gudiña (3), A Mezquita (3), Oímbra (3), Vilariño de Conso (3), Calvos de Randín (2), Muíños (2), así como una en Baltar, Viana do Bolo, Laza, Melón, Maceda, Padrenda, Carballeda de Valdeorras, Chandrexa de Queixa y Manzaneda, en la provincia de Ourense. Dozón (1), Arbo (1), O Porriño (1), Salceda de Caselas (1), Caldas (1) y Poio (1), en la provincia de Pontevedra; Boiro (2), Carballo (1), Lousame (1) y Porto do Son (1), en la de A Coruña; y Folgoso do Courel, en Lugo. De este listado, con respecto al del año pasado, salieron de la lista las parroquias de Santa Uxía de Ribeira (Ribeira), Requesón (Chandrexa de Queixa) y Parada da Serra (A Gudiña). Pero entran las de Santa Baia de Boiro (Boiro), San Millao (Cualedro) y Santigoso (A Mezquita).

Las parroquias de especial actividad incendiaria serán precisamente uno de los focos en los que pondrán el ojo las cámaras encargadas de vigilar el monte en Galicia. De hecho, entre las novedades del Pladiga está la cobertura de un 85% del territorio gallego en riesgo de fuego con estas cámaras de vigilancia porque como explicó en su día el responsable de la Xunta, Alfonso Rueda, «se van a instalar otras 24 cámaras en 12 nuevas localizaciones, es decir, la red de videovigilancia fija va a contar con 177 cámaras en 88 puntos». 

Fue también el que avanzó después de la aprobación del Pladiga en el Consello de la Xunta que parte del personal encargado del servicio pasará de trabajar durante un período de siete meses, pero el año que viene lo hará durante ocho meses, al tiempo que un año mas tarde estarán nueve meses. Así, el operativo estará integrado en total por más de 7.000 personas, contabilizando tanto los profesionales propios de la Xunta como los adscritos a otras administraciones.

En cuanto a los medios materiales, una treintena de medios aéreos contra el fuego, entre los de la Xunta y los que aporta el Estado, estarán pendientes de lo que pase en el monte. En tierra habrá cerca de 380 motobombas, contabilizando tanto las de la Xunta como las municipales. De hecho, no hace mucho se entregaron 18 motobombas nuevas, además de haber comprado seis nuevas máquinas hidrostáticas polivalentes que permiten tanto hacer trabajos de desbroce como de extinción. Se trata de máquinas autopropulsadas que permiten realizar tanto trabajos preventivos de desbroce.

Este año también entrará en funcionamiento la base de medios aéreos de Verín-Oímbra, se construirán 44 nuevos puntos de agua, que se sumarán 4.843 puntos existentes..