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Los ganaderos serán obligados a elegir entre tener menos vacas o más terreno

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

GANADERÍA

ANA GARCÍA

El Foro Empresarial Lácteo de Fonteboa, en Coristanco, se centró en las normas de sostenibilidad europea

21 feb 2024 . Actualizado a las 23:05 h.

Ya no se trata de recibir o no ayudas de la PAC. Numerosas normas medioambientales serán de obligado cumplimiento más tarde o más temprano lo que terminará por provocar que las explotaciones tengan que elegir un modelo de producción. Acabará siendo una cuestión de o menos vacas o más terreno. En el arranque del Foro Empresarial Lácteo de Fonteboa se abordó ayer este tema. Lo presentó José Luis Acción, jefe de área del Fogga (Fondo Galego de Garantía Agraria).

La intensificación a la que desde hace años se ha visto sometido el sector diverge ahora de las políticas medioambientales de la Unión Europea. Fue lo que planteó el ponente en dos vertientes: las exigencias del llamado Pacto Verde, que cada vez son más estrictas, y el porcentaje que suponen las ayudas de la PAC para rebajar los costes de producción. Las situó José Luis Acción entre los 0,02 y 0,04 euros por litro, por lo que suponen entre el 11 y el 20 % de los ingresos de las explotaciones. Así, para mantener estas subvenciones habrá que rebajar la carga ganadera, por debajo de las dos unidades de ganado mayor por hectárea. Para muchos la cuestión será o prescindir de recría o reducir producción, en función de cada caso, o aumentar la base territorial.

En el caso de las ganaderías intensivas, la solución sería prescindir de la PAC, pero eso no significa que no haya que adaptarse a cuestiones medioambientales de obligado cumplimiento y que terminarán por imponerse, según el técnico.

Sobre un caso concreto trabajaron en cuatro grupos los asistentes al foro. Se les presentaron los datos de una explotación real del centro de Galicia que optó para su continuidad por producir menos leche y que este año rebajará incluso más su cabaña para mantener todas las ayudas. Los participantes tuvieron que responder a una serie de preguntas sobre las que debatieron previamente y todos coincidieron en que, en general, las granjas no están preparadas para asumir limitaciones normativas ambientales y que las exigencias en este sentido más que reconducir la orientación de los sistemas de producción lo que harán será favorecer la desaparición de explotaciones.

rELEVO GENERACIONAL, NECESARIO

José Luis Acción estuvo de acuerdo aunque con matizaciones. Reconoció que eso ocurrirá, pero en los casos en que no haya viabilidad por relevo generacional. Las más intensivas son las que tienen más claro el futuro y también son las más profesionalizadas. Explicó que en estas la formación de los responsables es mucho mayor. Sin embargo, las normas europeas favorecen las explotaciones medianas.

En los dos últimos años, expuso, ya se ha dado esta situación. En el 2022 se cerró una granja cada día en Galicia y también se redujo el censo de cabezas de ganado, pero eso no ha supuesto una rebaja en la producción, que, en principio, va a seguir creciendo. Por lo tanto, el problema estará en la gestión de los residuos. Ahora, en los planes de modernización ya se incluyen balsas de purín con mucha más capacidad, pero eso tiene un límite, por lo que explicó que la Consellería de Medio Rural trabaja en un plan para transformar los residuos. Señaló que en este sentido la tecnología será una buena ayuda. El problema es que pronto habrá que trabajar con datos, que habrá que probar con el cuaderno electrónico la cantidad de purín que se podrá emplear según, incluso, las necesidades de cada uno de los suelos. También en lo que respecta a los productos fitosanitarios.

Otra queja es el mayor peso que tendrá la Administración en la gestión de las granjas. Por la tarde hubo una charla sobre el reto de la sostenibilidad y el impacto en la financiación, a cargo del director de Banca Sectorial de Abanca, Jesús Combarro.