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Las cabras que mantendrán a salvo de incendios los montes de Os Ancares

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

GANADERÍA

Las cabras que pastan en montes incluidos en el proyecto están protegidas por mastines.
Las cabras que pastan en montes incluidos en el proyecto están protegidas por mastines. CEDIDA

Ganaderos de Cervantes y de Navia de Suarna impulsan el pastoreo dentro de un plan de investigación impulsado por la Escola Politécnica Superior de Lugo

09 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

A más ganadería, menos riesgo de incendios. La fórmula no es desconocida en el campo, y en comarcas como Os Ancares se aplica con la participación de ganaderos de la zona y de investigadores del campus de Lugo (USC). La introducción de cabras en terrenos de los municipios de Cervantes y de Navia de Suarna forma parte de los trabajos de dos proyectos —Pyriclabs, financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y Compás, amparado por la Fundación Biodiversidad— promovidos por el Campus Terra.

Las claves sobre las que se basan los proyectos son dos: la primera es cómo prevenir incendios forestales, y la segunda, cómo actuar para poder regenerar el terreno que ha sido pasto de las llamas. Rosa Mosquera, catedrática del Departamento de Departamento de Produción Vexetal e Proxectos de Enxeñaría de la USC, advierte de que Galicia tiene condiciones favorables para un alto riesgo de incendios por la abundancia de biomasa forestal y por unas determinadas condiciones meteorológicas —humedad en primavera y sequía en verano—.

La presencia de cabras en un total de cuatro hectáreas de monte comunal de Cervantes y de Navia de Suarna forma parte de esa estrategia. Por un lado, son animales que se adaptan bien a cualquier tipo de terreno; por otro, se trata de terrenos en los que hay vegetación variada —hierba, toxos, xestas, etcétera—, interesantes desde el punto de vista de conservación de la biodiversidad.

El terreno es comunal, pero está gestionado por ganaderos de la zona. Primero se ensayó este sistema con caballos, y en los dos últimos años se trabajó ya con cabras. Teniendo en cuenta las características de la zona, en cuyas zonas altas suele haber nieve en invierno, con el ganado caprino se lleva a cabo un traslado denominado trasterminancia. Mientras en la trashumancia normal los animales se mueven en distancias relativamente largas, en este sistema cambian en sus terrenos habituales según la época del año: en verano están en las zonas altas; cuando las temperaturas empiezan a bajar, son llevados a las zonas bajas.

Defensa con mastines

Por otro lado, el plan ha estado hasta ahora a salvo de los ataques de lobos. La presencia de mastines está siendo una defensa eficaz, que se completa con un cercado de protección de un metro y medio de altura. El ganado anda por las zonas altas a finales de primavera y en verano, y esos sistemas de protección funcionan con energía solar. Por tratarse de una época del año en la que en esa zona abundan las horas de luz, no ha habido problema en el abastecimiento energético. Mosquera explica que las cabras son de raza gallega y que los ganaderos tuvieron ayudas para comprarlas.

En los terrenos utilizados para este plan se han hecho ensayos con diferente carga ganadera por hectárea, 32 en unos casos y 16 en otros, para tener un mejor conocimiento de los efectos de la presencia de animales: un alto número podría dañar la vegetación, y uno bajo haría poco trabajo de control sobre esa vegetación.

En esa zona, además, se han hecho quemas controladas y prescritas como sistema de prevención de incendios. Los ganaderos no pueden realizarlas, por lo que deben solicitarlas a la Xunta, que manda personal para que las lleve a cabo cuando se dan unas determinadas condiciones de temperatura, de velocidad del viento y de humedad. Por esas circunstancias, precisamente, apenas son diez o quince los días del año en que pueden hacerse.

Raíces de arbustos vivas

Con esas quemas, detalla la investigadora del Campus Terra, la temperatura del suelo, hasta unos diez centímetros de profundidad, es baja. Así, las raíces de los arbustos se mantienen vivas; pasados unos meses, rebrotan y ya están listas para que el ganado pueda pastar. Además, explica, el sistema que se aplica en Os Ancares es válido para otras zonas: de hecho, en el municipio de Oia se ha iniciado también un proyecto de prevención de incendios con pastoreo, en el que participan una comunidad de montes y el Centro de Investigación Forestal de Lourizán (Pontevedra).