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No hay que sumergir el huevo en agua para saber si es fresco

Mar Fernández

GANADERÍA

OSCAR CELA

Mar Fernández, directora del Instituto de Estudios del Huevo, asegura que este test solo es eficaz cuando el huevo es demasiado viejo

08 jul 2024 . Actualizado a las 12:21 h.

El huevo alimenta cuerpo y mente. Y es que es uno de uno de los alimentos más nutritivos y saludables de nuestra dieta. Un solo huevo contiene 13 nutrientes esenciales, y en cantidades importantes respecto de las necesidades de nuestro organismo. Tiene todas las vitaminas, salvo la C, y es una de las principales fuentes dietéticas de vitamina D, de la que muchas personas tienen déficit. También aporta minerales de gran interés nutricional, como el fósforo, el hierro, el zinc o el selenio, y nutrientes como los pigmentos antioxidantes que protegen a nuestro organismo del daño oxidativo. Y todo ello, con un bajo aporte calórico, lo que le hace un alimento especialmente recomendable para quienes desean estar bien alimentados sin engordar.

Podemos decir que el huevo está de moda, no solo porque es un alimento excelente para el organismo, sino también porque gusta a todos. Hoy queremos hablar de su frescura. Para ello, lo primero que debemos entender es que la fecha de consumo preferente de los huevos establecida en la Unión Europea es de 28 días desde la fecha de puesta. Esto indica el plazo máximo en el que los huevos se pueden considerar huevos frescos, pero no es la fecha de caducidad, así que no debemos tirar los huevos al llegar esa fecha.

De hecho, si el huevo ha estado bien conservado (mantenido en frío tras la compra) y tiene la cáscara intacta y limpia, puede consumirse varios días después de la fecha de consumo preferente, teniendo la precaución de cocinarlo adecuadamente para garantizar su salubridad. Así evitamos el desperdicio alimentario, ya que el huevo puede cocinarse de mil formas distintas y combina bien con muchos alimentos.

Para conservar la frescura los huevos se deben conservar en el frigorífico a una temperatura en torno a los 5oC, y sacándolos solamente para cocinarlos. Evitar los cambios bruscos de temperatura es esencial. Por eso se recomienda mantenerlos en su propio envase dentro del frigorífico que les protege de olores y humedad.

Ahora sí, llegamos a la gran pregunta: ¿Cómo sabemos que un huevo está fresco?

 Uno de los consejos tradicionales es la prueba de echar un huevo en un vaso de agua para saber si es fresco o no, dependiendo de su flotabilidad. Pues bien, los expertos no recomiendan en absoluto este test, ya que solo es eficaz cuando el huevo es demasiado viejo. Además, no es nada aconsejable volver a guardar el huevo que ha estado en contacto con el agua de nuevo en el frigorífico. Habría que consumirlo inmediatamente, para evitar que, al eliminarse la película protectora que recubre la cáscara y se facilite la multiplicación de cualquier microorganismo que haya podido quedar disuelto en el agua.

Existen otras formas mucho más fiables para saber si un huevo es fresco:

1.- Por lo general, la clara de un huevo fresco presenta dos zonas diferenciadas, una más densa y gelatinosa, de aspecto turgente, y otra líquida. Cuando el huevo envejece, la clara densa se va volviendo cada vez más líquida, y terminan por no distinguirse las dos partes.

2.- La forma de la yema de un huevo fresco es más redonda, y parece una semiesfera sobre la clara densa. Cuando es más viejo, se achata y queda aplanada sobre la clara. En los huevos menos frescos la membrana de la yema no tiene apenas consistencia, y se rompe al cascarlo, quedando desparramada la yema en la clara.

3.- La cámara de aire, la burbuja que está en el interior del polo redondo del huevo, es más pequeña en un huevo fresco y se agranda al perder el huevo agua y entrar aire.

4.- Es importante prestar atención a las chalazas. Dos engrosamientos de la clara que tienen la misión de mantener la yema centrada, sujetándola desde cada polo del huevo. Al cascar el huevo se rompen y pueden verse como unos filamentos blancos o unos grumos pegados a la yema. No hay que retirarlos, el huevo está más fresco cuanto mejor se aprecian las chalazas. Estas pierden consistencia, como el resto de las demás estructuras internas del huevo, con el paso del tiempo y la pérdida de frescura.

Con estos consejos, ya puedes saber si un huevo es fresco de verdad, sin necesidad de introducirlo en un vaso con agua. Debido a su gran contenido en nutrientes biodisponibles, los huevos son una opción nutritiva y saludable para la dieta de las personas en todas las etapas de la vida, incluidos los adolescentes en pleno crecimiento, las mujeres embarazadas y durante la lactancia, los más mayores y los bebés.

Además, es un alimento versátil, con pocas calorías, fácil de conservar (en casa, siempre en el frigorífico), de cocinar, asequible y que permite infinitas preparaciones culinarias. Y lo más importante, gusta a todos.