Aranceles del 20% para la UE: «Un paso con efecto negativo para el sector agroalimentario de ambos lados del Atlántico»
GANADERÍA

Aunque en Galicia el vino es el más afectado directamente, el lácteo podría sufrir un hundimiento de precios en caso de tener que absorber la producción que otros países de la UE podrían dejar de enviar a Estados Unidos
04 abr 2025 . Actualizado a las 11:25 h.El establecimiento de aranceles de un 20 % a los productos agroalimentarios de la UE por parte de la Administración Trump no convence a prácticamente nadie, salvo a los acérrimos partidarios del titular de la Casa Blanca. Ni en el Viejo Continente, ni al otro lado del charco. «La Unión Europea es un socio comercial clave para Estados Unidos. Le suministra cada año productos agroalimentarios —entre ellos vino, queso y aceite de oliva— por un valor de más de 32.000 millones de dólares. Solo España representa más de 3.900 millones de dólares de esas importaciones. De ellas, el aceite de oliva y el vino son una parte significativa», explica el profesor titular de la Cátedra Noel W. Stuckman de Economía y Política Alimentaria del departamento de Economía Agrícola, Alimentaria y de Recursos de la Universidad Estatal de Michigan, David L. Ortega.
El valor de las exportaciones de aceite de oliva a Estados Unidos durante el año pasado, según los datos del Ministerio de Agricultura, ascendieron a 1.013,4 millones de euros. Las de vino sumaron 334,8 millones de euros. Los quesos y requesón, 121,3 millones de euros.
Con esos datos en la mano, a juicio de este experto norteamericano, «un arancel del 20% sobre estos productos —y otros bienes— tendría consecuencias negativas a ambos lados del Atlántico». No solo en la UE. Porque como añade «en Estados Unidos, estas tasas incrementarán los costes para los consumidores, que ya sufren la presión del aumento de los precios de los alimentos, y también incrementarán los costes de producción para las empresas alimentarias nacionales que dependen de ingredientes importados».
Pero es que al mismo tiempo, como señala el catedrático de Economía y Política Agrarias en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) José María García Álvarez-Coque, «en la fórmula que, al parecer, han aplicado para establecer el porcentaje de aranceles correspondiente a cada país, asumen que la elasticidad de la demanda de importaciones es igual a uno. Lo que hacen es que a tanto déficit porcentual debe corresponder la tarifa generalizada. Eso no tiene sentido. Luego tampoco discriminan por producto». No solo eso. Porque como explica este catedrático «creen que con eso bajan el déficit al 50%, pero lo que hacen es perder competitividad, dado que las exportaciones estadounidenses hacia otros países pueden verse resentidas porque al importar las materias primas más caras, también van a tener que comercializar sus productos a precios más elevados en el exterior». Durante el 2024 el déficit comercial de Estados Unidos creció un 17% con respecto al año anterior hasta alcanzar los 918.000 millones de dólares.
El efecto en Galicia
Pero cómo afectará todo esto al sector agroalimentario de Galicia. La respuesta no podría ser más gallega: Pues depende. De lo que no cabe duda, como explica el director de la Fundación Juana de Vega, José Manuel Andrade, es que «os aranceis impostos por Trump representan unha mala nova para a economía en xeral, para o sector agroalimentario en particular, e tamén para os consumidores, tanto europeos como estadounidenses».
Las razones no son otras más que las que indica la lógica. El encarecimiento de los costes de exportación, la reducción de la competitividad de las empresas en Estados Unidos, lo que puede provocar una disminución de la exportación de productos hacia ese país: «Isto ten un impacto negativo tanto na economía española como nas rexións produtoras, como Andalucía (aceite, aceituna de mesa, xamón ibérico), Castela e León e Castela-A Mancha (viños e queixos), A Rioxa (viño) ou Galicia, afectada especialmente no que atinxe ao sector vitivinícola».
Porque no hay duda de que en Galicia el sector más afectado directamente es el del vino. De hecho, según los datos que maneja la Fundación Juana de Vega, en torno al 20% de la producción de las denominaciones de origen gallegas (DOP) tiene como destino el mercado estadounidense, que concentra el 30% de las exportaciones de caldos made in Galicia: «Tendo en conta que o valor total da produción das DOP ascende a uns 340 millóns de euros, estímase que máis de 20 millóns de euros anuais en exportacións van dirixidos ao mercado estadounidense, principalmente procedentes da DOP Rías Baixas, que será a máis prexudicada polos aranceis».
«En el segmento de precios que nos movemos, ese arancel es asumible para el consumidor»
Para frenar sus efectos desde Rías Baixas explican que «tendremos que trabajar más para defender y comunicar la calidad de los vinos que ofrecemos para que los consumidores comprendan lo que supone que los vinos lleven la etiqueta de Rías Baixas. Al mismo tiempo, hay que acercarse más a los consumidores para explicarles que no somos los responsables de esta subida de precios, ya que es ajena a nuestros objetivos».
Con todo, teniendo en cuenta que el precio medio de salida de bodega de una botella de Rías Baixas ronda los 6,01 euros, aplicar un incremento del 20% supondría un precio de salida de 7,2 euros. «En el segmento de precios que nos movemos, ese arancel es asumible para el consumidor», explican desde Rías Baixas. Otra cosa es que en los lineales de las tiendas gourmet o en los restaurantes haya que competir con vinos chilenos, australianos o también con los producidos en estados como California o Washington.
Exportaciones «ex works», el arancel lo abona el importador
En este sentido, desde Martín Códax apuntan que «este arancel no implica una pérdida de competitividad para Bodegas Martín Códax, ya que los aranceles afectan a todos los vinos premium europeos por igual. Nuestros albariños mantienen su posición en el mercado estadounidense, sin que este aumento de los aranceles genere una desventaja frente a otros vinos europeos como los franceses o los italianos». Además, avanzan que importadores han realizado aprovisionamientos con antelación, «por lo que la aplicación inmediata de los aranceles no supondrá ningún contratiempo a corto plazo». En su caso hay que tener en cuenta que sus exportaciones son «ex works», lo que implica que es el importador el que en su momento deba asumir el pago de aranceles en destino.
«O risco está en que as exportacións europeas de queixo a Estados Unidos non atopen mercado alternativo e saturen o mercado interior»
Aunque no estaría afectado de un modo directo, el sector lácteo podría sufrir también los efectos del incremento arancelario. No hay que perder de vista el hecho de que la UE, junto con Nueva Zelanda, es uno de los principales exportadores mundiales de queso, mantequilla y leche en polvo, unos productos utilizados como referencia a la hora de marcar el precio de la leche en origen a nivel global. La cuestión es que Estados Unidos es el segundo destino de las exportaciones de queso o mantequilla de la UE. Por tanto, como explica Andrade Calvo, «o efecto indirecto dos aranceis vén dado pola posibilidade de que as exportacións europeas de queixo e manteiga que deixen de dirixirse a EE.UU. non atopen mercado alternativo e acaben saturando o mercado interior europeo, provocando unha baixada de prezos. Isto podería ter un efecto arrastre ao longo de toda a cadea láctea, con consecuencias negativas para as marxes da industria e das explotacións gandeiras».
Queda después el sector cárnico. En ese caso, dado que el grueso de las exportaciones españolas de carne va dirigido al mercado asiático, en especial China, «só produtos concretos como o xamón ibérico e algúns embutidos procedentes doutras rexións como Andalucía, Castela e León, Aragón ou Cataluña poderían verse afectados, pero no caso galego o impacto é residual ou practicamente inexistente».
Con todo, es pronto para saber el efecto real que tendrá este nuevo avance en la guerra comercial abierta. Lo que dicen desde la Consellería de Medio Rural es que en este contexto internacional «a diversificación de mercados é clave, pero tamén é moi importante que o Goberno central e a Unión Europea actúen e poñan enriba da mesa solucións coordinadas para o sector ante este impacto». En este sentido, añaden que la Xunta «seguirá apostando por potenciar a calidade diferenciada das producións como fórmula para manter a competitividade do sector nos diferentes mercados, especialmente no sector vitivinícola, que é o que máis se está a ver afectado pola política arancelaria dos Estados Unidos». De ahí la importancia de promover eventos donde promocionar los productos de calidad de Galicia. Un ejemplo fue la reciente participación en Prowein, «un dos eventos de viño máis importantes do mundo, ou a próxima presenza en Fenavin, outra cita de referencia neste sector». Además, añaden desde Medio Rural, «as empresas están cada vez máis interesadas en participar nestes eventos para a apertura de novos mercados, xa que son conscientes da súa relevancia».