Pese a decir durante su discurso de investidura que instaurará aranceles a productos de terceros países, algunos analistas no descartan que la nueva administración estadounidense busque acuerdos bilaterales con determinados miembros de la UE
21 ene 2025 . Actualizado a las 10:02 h.Desde que Donald Trump fue ratificado como presdente electo, el sector agroalimentario europeo comenzó a ponerse en guardia. El regreso a la Casa Blanca del magnate supone un importante reto para el comercio de un sector estratégico para economías como la española o la francesa. Sobre todo porque en el aire está la opción de que establezca nuevos aranceles a la importación de determinados productos, una de sus promesas de campaña. Entonces dijo que subiría las tasas a los productos de sus socios comerciales, al igual que haría con rivales como China.
En el caso de Galicia, el sector pesquero sería el que más podría resentirse dado que de los 90,83 millones de euros de valor de las importaciones realizadas por el sector de alimentación, bebidas y tabaco a Estados Unidos en el 2023, 61,12 millones de euros se corresponden con el sector pesquero. En segundo lugar estarían, aunque a larga distancia, las bebidas (en ese mismo año el valor de este tipo de importaciones ascendió a 18,46 millones de euros); las grasas y aceites (5,87 millones de euros) y los productos cárnicos (2,607 millones de euros), según datos de comercio exterior correspondientes al 2023.
En el caso de España, Estados Unidos es el primer mercado de destino para sus alimentos y bebidas fuera de Europa y el séptimo socio comercial, con exportaciones valoradas en casi 3.000 millones de euros entre enero y octubre del 2024, según los últimos datos de comercio exterior.
Pero habrá qué ver cómo se concretan la intención de Trump, a la que ha vuelto a aludir en su discurso de investidura, de poner nuevos aranceles a productos de terceros países. En el caso de que establezca nuevos aranceles, el especialista del laboratorio de ideas Bruegel Ignacio García Bercero señaló a Efeagro según informa Belén Delgado, de Efe, que el comercio exterior de la UE, incluido el español, se vería seriamente afectado, sin olvidar el impacto que tendría la inflación en EE.UU. y en los mercados de capitales.
Ante el desafío que supone el proteccionismo de Trump, García Bercero sostiene que la UE debe mostrarse dispuesta con la mayoría de los países a mantener el funcionamiento del sistema comercial multilateral. También recomienda al bloque comunitario asumir una posición de liderazgo buscando aliados en América Latina, el Indo-Pacífico y África, e impulsando acuerdos comerciales como el firmado con Mercosur o los que negocia con Indonesia y la India.
El impacto de los aranceles
El investigador del Centro de Estudios de Política Europea (CEPS) Andreas Kopp coincide en que la imposición de nuevos aranceles a productos europeos puede perjudicar a los consumidores estadounidenses, que deberán pagar más por ellos, y dependerá de cómo muchas industrias europeas puedan trasladarse a EE.UU. para evitarlos.
Kopp afirma que los países europeos deberían permanecer unidos y prepararse para la negociación, planificando lo que podrían ofrecer con vistas a lograr un acuerdo.
Sobre las relaciones comerciales internacionales, asegura que el sistema multilateral depende de que los actores más grandes sancionen las violaciones de las reglas, un papel que EE.UU. tiene «muy poca intención de seguir desempeñando». En su opinión, los países grandes pueden beneficiarse del bilateralismo imponiendo sus condiciones a otros más pequeños, por lo que no es descartable que la Administración Trump busque acuerdos bilaterales con determinados miembros de la UE, algo imposible bajo los actuales tratados de la Unión.
El experto Jacob Kirkegaard, del Instituto Peterson de Política Internacional (PIIE) _con sede en Washington_, advierte del riesgo «muy alto» de aranceles por parte de EE.UU., los cuales pueden centrarse en industrias estratégicas, incluyendo productos de la UE.
Las relaciones comerciales con España
En el 2019, Trump ya impuso en su primer mandato aranceles adicionales a 113 productos españoles _suspendidos en el 2021 por cinco años_ en medio del contencioso por los subsidios a Airbus y Boeing, mientras siguen aplicándose a la aceituna negra de mesa por otra disputa.
Con esta experiencia previa, la industria alimentaria española ha llamado a continuar impulsando las negociaciones para la eliminación definitiva de estas barreras, al tiempo que mantiene la promoción en ese mercado estratégico con una demanda creciente.
También ha pedido que se mantenga el diálogo y se respeten los acuerdos alcanzados en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Parálisis en la OMC
No obstante, la Administración estadounidense se resiste a cumplir las resoluciones de la OMC -como el fallo contra el arancel a la aceituna negra- y lleva años bloqueando la renovación de su órgano de apelación, encargado del arbitraje de disputas internacionales.
Kirkegaard no cree que EE. UU. vaya a hacer nada por resolver el bloqueo del mecanismo de resolución de disputas ni entrar en ninguna iniciativa nueva de la OMC -donde en las últimas décadas apenas ha habido avances en el comercio agrícola-, por lo que otros países deberán intentar mejorar su funcionamiento de forma voluntaria.
Otra cuestión es Ucrania, que condicionará las relaciones trasatlánticas, de modo que, si no se alcanza un acuerdo, la UE «debería continuar buscando nuevas iniciativas comerciales con otros países para reducir su comercio con EE.UU. y tomar represalias contra cualquier nuevo arancel estadounidense».