DUELO DE TIRADORES

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MIGUEL ANXO FERNÁNDEZ CRÍTICA DE CINE/ENEMIGO A LAS PUERTAS Sabían que otra de guerra era un riesgo. Pero Spielberg demostró que puede ser rentable. Annaud aceptó el desafío y «Enemigo a las puertas» merece ser vista. No va de género bélico. La carnicería de Stalingrado enmarca un duelo de dos francotiradores que se odian, admiran y respetan, pero matan.

07 abr 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

El minimalismo del enfrentamiento silencioso, rotundo, eficaz pero macabro, de dos francotiradores, uno ruso y otro alemán, frente al maximalismo de la guerra demencial, carnicera. Vasili y Koening ni se conocen ni compartirán plano. Pero les mueve lo mismo, causar muertes con la estúpida intención de sumar bajas. El público se muestra reacio cuando le ofertan una de guerra. Si un productor desea hacer taquilla, la alternativa son Scary movie, Colega, ¿dónde está mi coche? o Torrente 2. Por eso reluce en su valentía la apuesta de un conglomerado de países europeos para sacar adelante esta superprodución que conjuga el espectáculo a lo Hollywood con la enjundia de Europa. El resultado es fascinante. Quizá no llegue a magistral porque hubo que apostar por una versión estándar para el mercado, pero una hipotética versión del director arrojará en el futuro matices que engrandecerán el trabajo de Annaud. Como no podía ser de otra manera, el personaje Koening se come al Vasili por la sencilla razón de que Ed Harris es un fenómeno y a Jude Law le falta maceración dramática. Hay una evidente descompensación entre los actores centrales y periféricos, quizá porque debe ser así. La secuencia del guardaespaldas ruso (Ron Perlman) es cine vivo. La resolución de las batallas, espeluznante, pasmosa. Se echa de menos más frío, vísceras, dolor, pero se comprende que Annaud prefiriera centrarse en un duelo de francotiradores que están allí como podrían estar cultivando lechugas. Cosas de la vida y sus circunstancias. Buena película.