Carlos Fuentes presentó ayer su nueva obra, Instinto de Inez (Alfaguara), una novela presidida por el tiempo, la música y la palabra, una historia de amores imposibles con la que el escritor mexicano demuestra su pasión por la ópera, «una de las maneras en que culmina la palabra», dijo el autor. Escrita al ritmo de La condenación de Fausto, de Berlioz, Instinto de Inez comenzó a gestarse hace muchos años, cuando el autor, en su adolescencia, tuvo ocasión de oír en Chile y en Buenos Aires a los grandes cantantes y directores de orquesta «que habían emigrado de la Europa ocupada por los nazis». Como esta novela se presentó en México hace más de un mes, algunos críticos han dicho que, con ella, Fuentes regresa a la literatura imaginativa, la de la gran fantasía. Pero el escritor asegura que nunca ha abandonado el género fantástico. «Es una deuda que tengo con Balzac, que describió como nadie la sociedad de su tiempo pero que también es un excelente escritor fantástico», afirmó el escritor, que hoy estará en Vigo para ser investido doctor Honoris Causa por la universidad viguesa. Instinto de Inez está protagonizada por el director de orquesta Gabriel Atlán-Ferrara (personaje inspirado en la figura de Sergio Celibidache) y por la cantante de ópera Inez Prada. El amor entre ambos «es imposible porque ella se enamora de un joven al que ve en una fotografía y al que no encuentra ni en su tiempo ni en su espacio», según el autor.