
Su novela «El dolor de la guerra» ofrece la visión de un militar norvietnamita sobre la guerra contra Estados Unidos, que considera «una gran victoria, pero muy dolorosa»
16 dic 2005 . Actualizado a las 06:00 h.Nació hace 53 años en Bao Ninh, nombre que adoptó como combatiente de la guerra de Vietnam contra el invasor estadounidense. Con 17 años se alistó como voluntario y fue uno de los diez supervivientes de los 500 integrantes de la Gloriosa 27.ª Brigada Juvenil. Reconoce que pensó en el suicidio muchas veces. Su espléndida novela El dolor de la guerra (Ediciones B), publicada en su país en 1991, traducida al inglés en 1998 y al español este año es una oportunidad única de conocer la visión de los que ganaron una guerra tantas veces contada desde la óptica de EE.?UU. Para él, fue «muy dolorosa» y supuso «una gran victoria, pero también una gran decepción». -Algunas son interesantes, aunque casi ninguna puede evitar ser prepotente. Apocalypse Now, por ejemplo, es un claro ejemplo de que los americanos no se enteraron de nada, no comprendieron a los vietnamitas. La película de Oliver Stone y otras son partidarias de la paz, pero el Gobierno y los políticos de EE.?UU. no les hacen caso, porque siguen declarando la guerra en todo el mundo. -En esos filmes, los militares norvietnamitas no tienen entidad, no son de carne y hueso y se les suele presentar como sádicos. -Los americanos lanzaron bombardeos masivos, emplearon muchos soldados y mataron a civiles, pero al final ganaron los vietcongs . Para explicarse su derrota, tenían que presentarlos como máquinas, no como seres humanos. -¿Es Irak el nuevo Vietnam, como se ha dicho? -Vietnam e Irak son totalmente diferentes. Un escritor español dijo que se parecía más a la guerra civil española y yo estoy de acuerdo. Los norteamericanos se han equivocado al invadir Irak, porque todos los iraquíes no son Sadam Huseín. -¿Recuerda el rostro del primer estadounidense que mató? -Sí, era muy joven, rubio y con ojos azules. Me dio mucha pena porque había caído en un país que no era el suyo, y me quise morir. Después de matar y casi morir te quedas vacío, no eres el mismo. -¿Quedan secuelas de la guerra en la población? -Yo todavía, 30 años después, me sigo despertando a media noche, me ahogo, porque me asaltan los recuerdos. En los vietnamitas permanecen las imágenes de la guerra, aún se siguen buscando los restos, hay inválidos, como yo... -¿El Vietnam actual se parece al que soñó cuando combatía? -Yo luchaba por la paz. Y ahora la hay, aunque hay cosas negativas, como la gran diferencia entre pobres y ricos o la corrupción. -¿Es partidario de una democracia multipartista para su país? -Yo sí, pero a la mayoría de los vietnamitas no les gusta, porque temen que vuelva la guerra.