El valiente drama bosnio «Grbavica» se alza con el Oso de Oro en Berlín

Úrsula Moreno CORRESPONSAL | BERLÍN

TELEVISIÓN

WOLFGANG KUMM

Winterbottom se llevó el premio al mejor director con la cinta «Camino a Guantánamo» La película ganadora es un alegato sobre las consecuencias de la violación de mujeres en la guerra

18 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Ni Lumet, ni Chabrol, ni Altman. Ninguna de las vacas sagradas del cine que compitieron con sus últimas obras en la 56 edición de la Berlinale se llevó el codiciado galardón. Fue el primer largometraje de la bosnia Jasmila Zbanic, Grbavica, la titular del Oso de Oro a la mejor película del Festival Internacional de Cine de Berlín. Cuando una elegantísima Charlotte Rampling, la actriz británica y presidenta del jurado, anunciaba el máximo galardón, el auditorio entero del Berlinale Palast se levantaba para ovacionar la ópera prima de esta cineasta de tan sólo 31 años, nacida en Sarajevo. Jasmila Zbanic es la directora y guionista de la conmovedora y dura historia de una mujer bosnia, madre soltera, incapaz de confesarle a su hija que es fruto de la violación por parte de un soldado serbio. Grbavica es un filme sobre las consecuencias del drama que se vivió en los Balcanes hace más de una década, cuando 20.000 mujeres de Bosnia fueron violadas por el enemigo. Ayer, cuando subió a recoger el oso, y después de agradecer al jurado y a su equipo el galardón, Jasmila lanzó todo un rapapolvo político a Europa, recordando que «Radovan Karadzic y Ratko Mladic, dos criminales de guerra, responsables de la violación de miles de mujeres y la expulsión de millones de personas de sus hogares, siguen en libertad, y a nadie le importa». La directora de este filme de bajo presupuesto recordó que la herida de Sarajevo, la capital de la antigua Yugoslavia que vivió cuatro años sometida a bombardeos, sin agua ni electricidad, sigue abierta. Aunque el hecho de que el papel de Esma esté encarnado por la soberana actriz serbia Mirjana Karanovic ya es todo un símbolo de esperanza en la reconciliación en los Balcanes. «Espero que este Oso no esté decepcionado cuando viaje a Bosnia», dijo Jasmila, que confesó también que, pese a todo, quería que su hija creciese en su país. Cine con mensaje Algunas películas de esta Berlinale han sido de rabiosa actualidad política. Como la que se llevó el galardón a la mejor dirección. Michael Winterbottom y Matt Whitecross lo ganaron por Camino a Guantánamo, que recrea la odisea de Asif Iqbal y Ruhel, capturados en Afganistán y encarcelados por error durante dos años en el centro de detención de Guantánamo. El cineasta británico apenas perdió dos palabras en agradecer el galardón e hizo subir al escenario a «quienes realmente se merecen este premio y protagonizan esta película», los dos ex presos. Con dos películas en competición, el cine iraní no podía irse de vacío. Offside, de Jafar Pahani (El círculo), compartió el Oso de Plata con la danesa A soap, de Pernille Fischer Christensen. El cine alemán cosechó los premios para los mejores actores. Moritz Bleibtreu, el actor omnipresente en todas las cintas germanas, recibía el Oso de Plata por su papel en Partículas elementales, de Oskar Roehler. Mientras que Sandra Hüller, impresionante en la encarnación de una epiléptica sometida a exorcismos, era premiada como mejor actriz por su trabajo en Réquiem, de Hans Christian Schmid.