La institución televisiva apela a la responsabilidad profesional y a que se verifiquen los hechos
03 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.La Academia de las Ciencias y las Artes de la Televisión reabrió ayer un viejo debate periodístico: la importancia de contrastar los hechos. Su junta directiva emitió un comunicado aprobado por unanimidad, en el que alerta sobre «la cada vez más frecuente contratación, por parte de determinados programas de televisión, de personas que denigran a otras con falsos testimonios, sin que se haya realizado la más mínima verificación sobre lo que se relata».
La Academia apunta, pero no dispara y en su texto no especifica a qué programas se refiere. «Están en la mente de todos, y lo que decimos no lo hacemos anónimamente, sino que lo firma esta institución», señalaba un miembro de su junta directiva.
El comunicado surge después de que varios miembros de este organismo solicitasen su amparo, al verse vulnerados sus derechos. Isabel Gemio fue uno de los personajes públicos que reclamó un posicionamiento de la Academia después de que su sobrina fuese entrevistada en algunos programas del corazón para hablar de su familia. También Pepe Navarro mostró sus quejas por el trato recibido en varios espacios televisivos.
Más allá del texto oficial, la preocupación de la academia se centra fundamentalmente en las cada vez más frecuentes entrevistas a personajes que han tenido relación con otros famosos y contratados por algunos programas rosa para contar sus experiencias en televisión, dando por sentado que todas sus declaraciones van a ser ciertas, sin un trabajo de contraste previo.
En el comunicado de la academia se hace un llamamiento a empresas y profesiones que trabajan en programas de televisión para que «observen celosamente en su desempeño las normas éticas y profesionales, tanto en el tratamiento de las cuestiones abordadas, como en el respeto debido a las personas a las que se haga referencia, ya sean presentadores, artistas, periodistas, contertulios o invitados».
Integridad y rigor
En su opinión, «la relajación en esta obligación profesional degrada a la profesión periodística, a los profesionales de la televisión y a la propia sociedad». «Somos un colectivo que no puede descuidar valores como la integridad y el rigor profesional, por lo que todos debemos hacer un esfuerzo por aplicar las normas de esta profesión, por respeto a nuestra audiencia, a las personas sobre las cuales informamos, y por sentido del deber hacia nuestra profesión», concluye la Academia de Televisión. El texto está firmado por los 20 miembros de la junta directiva de este organismo que preside Manuel Campo Vidal, entre ellos Concha García Campoy y Fernando Navarrete, entre otros.