Una concursante de MasterChef 12 abandona el programa harta de presiones: «No me siento a gusto»

Iago García
IAGO GARCÍA LA VOZ

TELEVISIÓN

La concursante Tamara (izquierda) y los miembros del jurado en el programa en el que anunció su renuncia a seguir concursando
La concursante Tamara (izquierda) y los miembros del jurado en el programa en el que anunció su renuncia a seguir concursando

Tamara anunció su precipitado adiós durante la expulsión de su compañero David, dejando entrever la alta exigencia del jurado con ellos: «Constantemente estoy nerviosa, en tensión». Jordi Cruz reprochó su actitud demostrando nula empatía: «muy bien, ciao»

26 abr 2024 . Actualizado a las 09:19 h.

El debate sobre la salud mental en los talent show de televisión, así como el nivel de exigencia y presiones que sufren los trabajadores de la alta restauración, vuelve a salir a la palestra. El motivo, la renuncia a seguir participando en la última edición de MasterChef de la concursante Tamara. Un adiós cargado de polémica en el que ella dejó un mensaje al jurado por la alta tensión que imprime al programa y al resto de aspirantes a ganar el reality reprochó su falta de compañerismo. De origen ruso y consultora financiera, decidió irse sembrando dudas sobre el trato que el formato tiene con los concursantes: «me voy, no me veo en la final, así que me voy». El momento era adornado a nivel audiovisual ante tan contundente anuncio con música de tensión y, cuando llegó el turno de réplica por parte del jurado, formado por los cocineros Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera no hubo el mínimo atisbo de apoyo ante una persona que llegó a una situación límite. «A estas horas, así, cojo y me voy. Pero ¿por qué?», comentó Pepe. «Porque no me siento a gusto, Pepe. Constantemente estoy nerviosa, en tensión, presión, entiendo que es un programa... al final todos tomamos una decisión y quiero tomar esta», le respondía la concursante con semblante serio ante las caras de asombro del resto de compañeros.     

Pero sin lugar a dudas la reacción que más está siendo criticada por la audiencia en redes sociales ante una concursante totalmente sobrepasada por la situación es la del chef Jordi Cruz, al frente del restaurante ABaC de Barcelona y de los pocos en España que cuenta con tres Estrellas Michelin. El también miembro del jurado del formato gastronómico de La1 se cebó con Tamara. «No te haré ninguna pregunta, muy bien, ciao. Le has quitado la oportunidad a gente, claro que sí», se expresaba el de Manresa. «Me siento muy frustrada y no me apetece seguir en la misma dinámica», insistía sobre su estado de ánimo Tamara. «Es más importante estar bien yo que decepcionaros a vosotros, con todo el cariño del mundo», concluía. «Muy bien, ciao, su delantal», es la frase que le espeta a la concursante Cruz tras esta última explicación, abandonando su marca de cámara de jurado y dirigiéndose a la concursante. Cuando llega a su altura y coge la prenda levanta su mano izquierda señalando la salida: «su puerta». Se escucha, ya fuera de plano, un tímido «gracias» de la participante en el concurso, a la que en plano general se ve después abandonar las instalaciones a ritmo apresurado.

Los encontronazos de Tamara con los tres miembros del jurado, en todo caso, no era la primera vez que se producían y en la emisión anterior, que supuso la eliminación la concursante Choco, la tensión podía casi cortarse con los mismos cuchillos que emplean en las pruebas del longevo formato gastronómico. «No me dedicaría a la cocina ni loca. Ni loca montaría un restaurante, porque es un trabajo muy duro y son muchísimas horas. Yo tengo un marido, un hijo y una vida que vale muchísimo más que dejarme la vida en un restaurante», argumentaba señalando que sí le interesaba «vivir la experiencia» y que apostaría por emplearse en «otro modelo de negocio que esté relacionado con la hostelería»    

De nuevo Cruz fue especialmente duro con ella. «En 12 años que llevamos haciendo MasterChef es la declaración de intenciones más negativa que he escuchado. Estás hablando con Pepe, pero si estuvieses hablando conmigo, estarías saliendo por la puerta. Me ofende lo que estás diciendo. Mucha gente ha querido entrar y luchan por estar aquí», comentó ante las cámaras el cocinero. 

La ministra de Sanidad critica el «egoísmo» de MasterChef

Mónica García, titular del Ministerio de Sanidad, ha compartido en un tuit el vídeo con el momento televisivo, ligándolo a la importancia de cuidar la salud mental en la vida de las personas. «Priorizar el bienestar emocional sobre los ritmos de vida frenéticos no es egoísmo, sino una decisión valiente», escribía a raíz de lo vivido por Tamara en MasterChef.

«Nuestro compromiso con la salud mental implica abordar las causas que hacen que la vida duela. No queremos una sociedad dopada con cafeína y ansiolíticos», ha añadido García.

MasterChef, producido por Shine Iberia para RTVE, es una de las más exitosas franquicias televisivas de los últimos años. Lleva emitiéndose desde abril del 2013 en diferentes versiones, tanto para concursantes anónimos, como la variante Celebrity con famosos o las Junior, con menores en los fogones. Acudiendo al portal de transparencia del ente público, el coste de los cuatro últimos años de emisión del programa fueron de 96,2 millones de euros. Solo en el ejercicio de 2023, el último del que hay datos, el gasto destinado a la productora Shine Iberia por parte de RTVE fue de 34,5. 

No es la primera vez que algún hecho polémico salpica a la producción. Uno de los más memorables ocurría en el segundo programa de la tercera temporada. En la prueba de eliminación, Alberto Sempere, realizó un plato llamado León come gamba que pretendía ser una cara de león tallada en una patata con un sofrito de pimiento rojo picante imitando la melena, acompañado de un gazpacho de fresa.

Como la patata estaba casi cruda, desató entonces las iras del jurado. «Es un insulto a mi inteligencia, un insulto al jurado y un insulto a 15.000 personas que se han quedado por el camino en el casting», apuntaba contrariado Pepe Rodríguez. «Esto es una marranada y una mofa a mi oficio. Ningún niño del Junior ha tenido narices de hacer un plato tan bobo como este», aportaba en una valoración todavía más cruel Jordi Cruz. Por primera vez en la historia del programa, se eliminó a un concursante, en este caso Alberto, sin ningún tipo de deliberación por parte del jurado, algo que sorprendía a quien era presentadora del espacio, Eva González.     

El polémico trato de Jordi Cruz a sus becarios

El cocinero catalán Jordi Cruz también fue en su día criticado por su forma de actuar también fuera de los platós, en su ámbito profesional, con los trabajadores de sus restaurantes. Coincidiendo con el Día del Trabajo de 2017, El Confidencial publicó un reportaje en el que el chef señalaba que los aprendices de sus cocinas no recibían ninguna remuneración económica por trabajar. Lo hacía además sin ningún pudor, remarcando que se trataba de un proceso formativo de alto valor. «Aprendes de los mejores en un ambiente real, no te está costando un duro y te dan alojamiento y comida. Es un privilegio», revelaba al medio digital. Según detalla el artículo, Cruz contaba entonces en su establecimento ABaC con 14 personas contratadas y entre 5 y 10 stagiers, denominación que reciben en el sector de la alta cocina los trabajadores en prácticas.   

Cruz se vio salpicado por la polémica con estas declaraciones, que supusieron incluso que la junta catalana Intersindical-CSC le denunciara ante la Inspección de Trabajo para evaluar si eran adecuadas las condiciones laborales de sus aprendices. 

Cuatro años después, en una entrevista concedida a Risto Mejide en 2021, quiso matizar su visión sobre unas declaraciones que desataron sobre él numerosas críticas. «¿Entonces tú no dijiste en ningún momento que si un restaurante estrella Michelín tiene a toda la gente en plantilla no es viable?», le preguntó el publicista. Cruz repitió el argumentario: «No, hay modelos en los que será viable y modelos en los que no. En mi caso particular tengo a 15, 20 tíos cada día cocinando en mi casa que no son practicantes. Y luego tengo 2, 3, 4 que vienen de todas las partes del mundo, que vienen con convenio y con todo».

A Mejide no le quedó otra que insistir: «¿Entonces se les paga?». «Es un convenio en prácticas», respondía con evasivas. Y Risto volvía una última vez a la carga: «¿pero se les paga?». Al jurado de MasterChef no le quedó más remedio que soltar un escueto «no». «Lo que hacen ellos no es para sacar un beneficio aparte. Ellos vienen a aprender. Yo podría hacer lo mismo con mis trabajadores contratados. Yo podría dar el mismo servicio sin ellos», aportaba a modo de conclusión.