Jordi González: «Trabajar con Anne Igartiburu es como estar en un balneario»

J. Moreno MADRID / COLPISA

TELEVISIÓN

.

El periodista está al frente por segundo año de «Lazos de sangre», que compagina con «D Corazón»

24 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Por segundo año consecutivo, el presentador Jordi González (Barcelona, 61 años) capitanea el debate que acompaña cada miércoles en La 1 los documentales de Lazos de sangre. El catalán, vinculado durante más de dos décadas a Telecinco, se consolidó como rostro de la cadena pública, donde también copresenta D Corazón los fines de semana, junto a la incombustible Anne Igartiburu.

—Dice que las novedades de «Lazos de sangre» son un estímulo a la hora de trabajar.

—Es un estímulo siempre hacer un programa que te gusta. Este año me hace mucha ilusión estrenar el plató, porque el de la temporada pasada era muy oscuro para mí, que no feo. Me apetece más que tenga luz y que todo se vea mejor.

—¿Tiene un documental favorito del programa?

—A mí particularmente me gustan más Ana Belén y Víctor Manuel que Carmen Martínez-Bordiú como personajes. Como documental, pues el de Carmen es una obra maestra. Todos están muy bien, de verdad.

—¿En qué medida participa en el programa?

—El presentador realmente es el penúltimo en enterarse de las cosas. Y eso es lo bonito: el morbo de no saber qué va a pasar y a lo que nos vamos a enfrentar cada semana. Aquí hay un montón de personas, muchas, que trabajan, algunas desde noviembre, en este programa. Y luego echan muchas horas todos los días. Yo llego, me dan el material y me piden que lo defienda como pueda. El presentador, y quien diga lo contrario miente, tiene poco que aportar.

—¿Y puede elegir a los participantes del debate de «Lazos de sangre»?

—Si me hablaran de algún colaborador que particularmente me resultara detestable pediría, por favor, que no estuviera. En ningún caso montaría una guerra. Puede pasar alguna vez, muy pocas, porque me llevo bastante bien con la gente.

—¿Pero lo ha hecho alguna vez?

—Una vez. Fue una persona que colaboraba en un debate de Gran Hermano. Si alguien me resulta insoportable, preferiría pedir, por favor, que lo sustituyeran.

—También sigue en «D Corazón», ¿Qué balance hace?

—Es un formato que hago a gusto porque la gente con la que trabajo es profesional y de primera división. Lo hago por eso, si fueran amateurs o fueran bordes, pues no lo haría. Pero en este caso se da la circunstancia de que son buenas personas, inteligentes, listas y espabiladas.

—Se habló antes del estreno de su relación con Anne Igartiburu. ¿Cómo está siendo trabajar con ella?

—Estar con Anne Igartiburu trabajando es como estar en un balneario.

—Vuelve a coincidir en plató con Chelo García-Cortes, ahora en Televisión Española.

—Va a ser un revival. Tenemos unas complicidades ella y yo, de tantos años, que mirándonos ya nos intuimos. Eso pasa cuando has trabajado con alguien mucho tiempo. La veo en otros programas donde no estoy yo y casi puedo intuir lo que está pensando.

—¿Cuándo fue la última vez que coincidieron los dos?

—En Supervivientes. Ella estaba nerviosa y yo traté de tranquilizarla diciéndole que estaba conmigo. Y ella se relajó al saber que quien estaba al frente de ese debate era Jordi González. Recuerdo que le tuve que comunicar una mala noticia y es que la persona que ella esperaba que fuera a visitarla, por razones personales, no podía volar tantas horas. Le tuve que decir que lo sentía pero que era la única concursante que no iba a recibir visitas.

—Se queda sin vacaciones.

—¿Quién dice que no voy a tener vacaciones? No, yo las haré cuando pueda, cuando acabe el programa o cuando tenga un hueco. No hace falta hacer vacaciones en agosto. Casi nunca he hecho vacaciones en agosto, siempre he trabajado en agosto. La ciudad en agosto tiene otra calidad. Son dos vacaciones, las de agosto en la ciudad, que tengo todo esto para mí, y luego las de noviembre en Río de Janeiro, por ejemplo.