La entrevista a Bárbara Rey en 1977 en la que José María Íñigo ya sabía de su romance con Juan Carlos I

Iago García
IAGO GARCÍA LA VOZ

TELEVISIÓN

José María Íñigo y Bárbara Rey en el programa «Esta noche... fiesta».
José María Íñigo y Bárbara Rey en el programa «Esta noche... fiesta». RTVE

El mítico presentador de TVE, hilando muy fino, soltó una serie de frases que daban a entender sin ninguna duda lo que entonces España ya sabía. Cuando le pregunta por el amor y ella titubea le dice «que te lo traigan los Reyes». Quedaba medio año aún para Navidad

29 sep 2024 . Actualizado a las 13:24 h.

Que José María Íñigo (Bilbao, 1942), con su icónico bigote y que venía de triunfar con Directísimo (aquel programa en el que Uri Geller sorprendió al país doblando una cucharilla, cómo no, en directo) entrevistase a una vedete en un programa de televisión no era en 1977 noticia. En una época en la que las únicas cadenas que había emitían desde Prado del Rey y más que La1 y La2 se conocían por las ondas hertzianas que permitían su sintonización, VHF y UHF, triunfaba un programa que ofrecía a los españoles lo que se venían a llamar «variedades». Entrevistas, música, baile, magia... un popurrí que contentaba a una España que se abría a la democracia y abrazaba una televisión algo más desenfadada que antaño con el dictador Franco. A aquel espacio llamado Esta noche... fiesta, que se grababa en un conocido restaurante con terraza madrileño, Florida Park (había que presumir de directo y de medios de producción en exteriores, como si fuera un Luar en Dona Dana), llegaba la artista Bárbara Rey (Totana, 1950).

Iba a ser una de tantas intervenciones con personajes televisivos y famosillos de entonces. Nada parecía raro en un formato que contó con participaciones mucho más estelares, como las de Julio Iglesias, Manolo Escobar, Rocío Jurado o Karina. Sin embargo, esa breve aparición de la emergente Bárbara que pretendía pasar desapercibida, no lo fue por la inteligencia del periodista con el que se encontró. Íñigo, como muchos otros españoles, sabía de la relación que esta semana ha vuelto a salir a la palestra por la publicación de fotografías inéditas de Juan Carlos I con Bárbara Rey. Desde que el monarca la había visto en la gala de Nochevieja de esa misma cadena quiso conquistarla, como ella misma relató en varias entrevistas «con llamadas, con muchas llamadas». Íñigo tenía constancia por diversas fuentes de que el asedio telefónico del Borbón había surtido efecto. Pero claro, aunque no había ya censura, ¿cómo hacer ver que eres un profesional informado sin exponer ante una audiencia millonaria un escándalo como la infidelidad de un Rey? Pasen y vean. La secuencia dura poco más de de un minuto. Juega a favor de Íñigo precisamente esa brevedad, la escaleta de contenidos manda y había que dar paso a una actuación. Antes, «cómo no, yo quería ver de cerca a Bárbara Rey», dice al micrófono. El regidor hace su trabajo, aplaude el público y ella se levanta en primera fila, un poco como en La Resistencia, porque la buena televisión ya se hizo antes en algún momento de la historia.

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José María Íñigo pone de relevancia la faceta como actriz de la invitada, preguntándole por las numerosas películas que hizo en los últimos dos años. «Unas 15 o 16, en total en mi carrera unas 43», responde Bárbara como si actualizase su perfil en Linkedin. «¿Cuántas buenas de esas 43?», quiere saber el periodista. «Bueno, eso ya es más difícil y necesitaría tiempo», sonríe una Bárbara Rey algo nerviosa ya en la respuesta.

No le ayudará a calmarse la siguiente pregunta que se le hace: «¿qué buscas en la vida?»«Seguir trabajando sobre todo, y amor», concluye la conocida vedete. «¿Amor, de amor, amor de un hombre?», insiste el entrevistador. «Puede ser de un hombre, del trabajo, de muchas cosas que hay muy bonitas», clava entonces Bárbara la mirada en José María. A Íñigo le queda como suele decirse botando después de una asistencia que firmaría Lamine Yamal. Culmina entonces la entrevista diciendo «que te lo traigan los Reyes este año el amor que estás buscando Bárbara». Sutileza e ironía porque era pleno verano.