Darío Grandinetti, protagonista de «Honor»: «Para este papel me puse en la tesitura de un padre capaz de hacer cualquier cosa por su hijo»
TELEVISIÓN
El intérprete argentino es el juez Martín Romero en la serie de la coruñesa Portocabo, que se estrena en abierto en Antena 3 este jueves. Ocho capítulos en los que nadie es quien dice ser después de que un trágico atropello provoque el «descenso a los infiernos» de dos familias: la del conductor y la de la víctima del accidente
09 ene 2025 . Actualizado a las 13:17 h.Darío Grandinetti (Rosario, Argentina, 1959) es en la serie Honor el juez Martín Romero. Una adaptación de la exitosa israelí Kvodo, pero que como el propio actor defiende no solo es «distinta» sino que tiene la pretensión «de marcar diferencias». También con Your Honor, avalada por la inapelable interpretación de Bryan Cranston (presente en Breaking Bad o Malcolm in the Middle). «No he visto ninguna de las dos», asegura el intérprete tras un ensayo de su próximo estreno teatral. Y quizás esa haya sido una buena estrategia para no verse influenciado y abordar el personaje despojándolo de connotaciones previas. El primero de los ocho capítulos de Honor se estrena en Antena 3 este jueves a las 22.45 horas y, se hayan visto o no las versiones anteriores, para Grandinetti esto es una «reversión con un final totalmente diferente» que parte del mayor dilema al que puede enfrentarse un padre: ¿Qué se está dispuesto a hacer para salvar a un hijo?
El único hijo del juez Romero, Álex (interpretado por Paco Márquez), atropella y mata accidentalmente a su vez al hijo de uno de los hombres más peligrosos de Sevilla dándose después a la fuga y provocando entonces «el descenso a los infiernos» de miembros de las dos familias. La del conductor y la de la víctima.
«Lo primero que pensé —explica Grandinetti sobre la creación del personaje— fue que se trata de un padre. No sé qué haría yo como padre en la vida real en una situación límite como esa, pero sí me puse en la tesitura de que podría hacer cualquier cosa si de la vida de mi hijo se tratase». Los ingredientes de este thriller son a priori idóneos para mantener en vilo al espectador, porque aunque la serie debe su buen escogido título a la intachable imagen pública del juez, que inicialmente intenta seguir el camino de lo éticamente correcto tras el accidente, cambia por completo al darse cuenta de que la otra familia puede «matarme al niño». «Esa figura de poder y la confianza que despierta en su entorno como juez es de lo que se va a valer ese padre para defender a su hijo. Si se tratase de un camarero o de un comerciante no tendría esa disyuntiva, aunque compartirían el mismo dolor por lo sucedido. Se ve obligado a evolucionar por el contexto y me pareció muy atractivo ver cómo ese juez es totalmente consciente de lo que hace en su lucha por salvar a Álex», se refiere el actor sobre las motivaciones que en las tramas de Honor guían al personaje del juez Martín Romero.
En esta serie de la productora coruñesa Portocabo para Antena 3, acompañar al protagonista será una de las claves para mantener la tensión episodio a episodio. «Es ambicioso, pero queremos llevar al espectador de paseo. Cuando uno ve algo como espectador, va con el protagonista. Si el protagonista no es un asesino, violador, torturador, mataniños... tiende a empatizar. Si no, no sigue la serie. No encuentras algo que te atraiga y es difícil. Desde luego, creo que en esta serie lo hemos conseguido, hasta el punto de que madres y padres lo van a entender… Los que no tengan hijos, nunca sabe uno», advierte a los potenciales televidentes que quieran ver esta nueva ficción.
Las localizaciones, claves en la autenticidad de la narración
Honor hay que enmarcarla en Sevilla y Cádiz, espacios que dotan de realidad a los personajes y de autenticidad a lo que se cuenta. «Esta historia no podía darse en una urbe de mayor tamaño. El buen nombre del juez no sería tan trascendente. El mafioso no sería tampoco fácilmente identificable. “¿Quién murió?”, “el vecino de fulano de tal”», detalla Darío sobre la importancia del contexto en el metraje. Dar valor a los lugares donde se desarrolla la acción es uno de los rasgos más distintivos de Portocabo, tal y como recuerda Grandinetti, quien ya participó anteriormente en Hierro (disponible en Movistar +), producida también por la empresa gallega. «Hierro se escribió después de decidir que se iba a hacer allí. El sitio tenía que ser ese y tenía que haber actores y actrices del lugar porque de esa forma entiendes más a los personajes. Es una política de descentralización que yo celebro como espectador».
Y si pasó en la isla canaria primero y en Ferrolterra después con Rapa (producida de nuevo para Movistar +), obra también de Portocabo, con Honor, la fórmula vuelve a repetirse: «aquí son todos andaluces y eso es lo auténtico y lo de verdad».
Programas o ficción, la batalla del prime time
La emisión en abierto en la generalista Antena 3 es la segunda vida comercial para Honor. Durante meses ha estado disponible en la plataforma de streaming de Atresmedia, Atresplayer. El éxito bajo demanda dilató su estreno en una televisión en la que la convivencia entre las series y los programas se ha convertido en una batalla en la que los realities, concursos y grandes formatos han ido ganando terreno en la parrilla en los últimos años. «Desde la pandemia el comportamiento del ser humano es diferente. El del espectador también, que ahora ve las cosas del tirón», razona este doctorado en ficción, para el que es una incógnita cómo funcionará la emisión al estilo «tradicional» de esta serie, con sus pausas publicitarias y la espera semanal entre un episodio y el siguiente. En todo caso él, que estuvo a las órdenes de Almodóvar en Hable con ella o que formó parte de Relatos Salvajes, icónica película del cine de su país, escoge inevitablemente bando en esta guerra. «Hay que reivindicar la ficción por capítulos en televisión. Que se siga acercando a las casas. El cine es dinero, es moverse. Antes eran las propias cadenas las que producían, ahora se hacen con el producto ya terminado. Pero lo importante es que se siga haciendo».
¿Por qué hay que ver Honor?, reclamo esperando un último alegato, a lo que el argentino responde con un argumento que aunque puede resultar simple, no deja de ser la mejor defensa del trabajo de todo un equipo. «Cuando haces promoción uno no puede más que inventar deseos. Podría desgranar el argumento y decir que haré lo indecible para que mi hijo no sea condenado, que todas las personas que aparecen no son como en principio parecen... pero esta serie hay que verla porque está bueno ver cine, ver series y esta está bien contada, bien hecha y tiene buena factura».