Juanra Bonet, de «Traitors»: «Se me ha dado mejor ser fiel que traidor, porque me pillaban rápido»

J. Moreno MADRID / COLPISA

TELEVISIÓN

Nuevo concurso en Antena 3 en el que 18 concursantes deberán descubrir al felón

14 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Fiel o traidor? Es la pregunta que deberán responder un grupo de concursantes en Traitors, el programa que Antena 3 emite (22.50 horas), donde tendrán que averiguar la persona desleal que se encuentra entre ellos. Estrategia, tensión, misterio y conspiración son los elementos clave de este gran juego de estrategia que protagonizan 18 jugadores que, a su vez, lucharán por continuar en la competición. Al frente del formato está Juanra Bonet (Barcelona, 50 años), que cambia de registro para meterse en la piel de un personaje «puñetero» y, en ocasiones, hasta cruel. De edades comprendidas entre los 23 y 63 años, entre los participantes hay un expaparazi, una creadora de contenido, un expolítico, el «hombre más fuerte de España», una jueza internacional de gimnasia rítmica o el creador de algunas de las campañas publicitarias más famosas de los últimos años, que deberán convivir juntos en un monasterio para enfrentarse a distintos juegos. El programa nació en Países Bajos en el 2021 y se ha extendido con más de treinta adaptaciones, convirtiéndose en uno de los éxitos televisivos de los últimos años.

—Le vemos a ver en un registro quizás desconocido para los espectadores. ¿Cómo lo afronta?

—Tiene ciertos anclajes en alguna cosa que he hecho recientemente. Se parece un poco a ¿Quién quiere ser millonario?, porque tengo que mantener una actitud pétrea, pero en ese concurso no tengo ninguna información real de las respuestas, puedo ayudar y sonreír; y en Traitors tengo toda la información y puedo ser, en algunas ocasiones, puñetero por no decir cruel. En el Millonario soy más irónico, en este nuevo programa soy más sarcástico y ácido. Tiene esa cosa de ser un poquito distante. Además, la preparación ha sido más como si estuviera rodando una serie, con un personaje de ficción, que como si fuera un presentador de un plató de televisión que está memorizando posiciones de cámaras, tipos de planos. Ha sido más un trabajo de personaje y de grabar con una sola toma. Y no tener la sensación, de cara a los participantes, de que se está rodando un programa, sino de transmitir que se trata de un juego que está vivo.

—¿Cómo definiría «Traitors» para una persona que nunca lo ha visto?

—Este programa tiene lo mejor de los realities, con toda la verdad que se transmite en estos formatos; y de los concursos, donde destaca la espectacularidad con pruebas muy emocionantes, y al mismo tiempo tienes la sensación de que estás viendo un thriller. Este programa se sirve como una serie de ficción de Agatha Christie. Estás viendo a concursantes anónimos que están construyendo una nueva novela de misterio en la que tienen que descubrir al asesino o a los asesinos.

—¿Sería un buen concursante?

—He jugado a juegos de mesa de los que ha bebido el formato televisivo y no se me da bien. Se me ha dado mejor ser fiel que traidor, porque me pillaban rápido y era bastante torpe. Y como fiel aguantaba más. Me fijaba más y buscaba pistas, aunque esa actitud en este juego te puede confundir con traidor, porque parece que estás tramando algo.

—¿Ha podido ver las versiones de otros países?

—Lo que aporto como presentador a este formato no lo puedo responder. He visto las versiones americana, británica y la española, que estrenaron en HBO. La productora es la misma y Sergio Peris-Mencheta lo ha hecho estupendamente. Ahora me toca a mí. Nosotros no tenemos los castillos de Escocia pero tenemos unos parajes impresionantes, como el Monasterio de Piedra, que es un lugar maravilloso para los que no lo conocen. No sé lo que va a aportar de diferente la versión española, pero es un programa tan potente, que podrías estar viendo subtitulado ediciones de otros países, y también la disfrutarías.

—¿Qué tal lo de rodar fuera de un plató?

—La grabación se quiso hacer lo más fiel al juego. Todos los programas, menos el primero, que tenía una necesidad extra de producción, se rodaban en tiempo real. Un capítulo, un día. Empieza con un desayuno y acaba por la noche. El equipo se levantaba mucho antes y nosotros ya estábamos jugando antes de trabajar. Fue una sensación muy bonita, de algo que no había vivido nunca, y es que cuando acabamos de trabajar, todo el equipo éramos espectadores. Estábamos enganchadísimos a las tramas y a lo que estaba ocurriendo. Yo tenía favorito, pero las cosas nunca van cómo quieres que vayan en Traitors.