Berlín profundiza en la estética de los sesenta más allá de sus clichés

EFE

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Bajo el nombre de «High Sixties Fashion», la muestra señala que las minifaldas y el «look hippie» son solo una parte de la nueva estética atrevida que trajeron consigo los sesenta.

08 abr 2010 . Actualizado a las 13:45 h.

Más de 200 fotografías, bocetos de moda, portadas de revistas y prendas de ropa repasan la estética de los años sesenta en una exposición de Berlín que, amenizada por canciones de Los Beatles y The Supremes, pretende ir más allá de los clichés míticos atribuidos a la década.

Bajo el nombre de «High Sixties Fashion», la muestra señala que las minifaldas y el «look hippie» son solo una parte de la nueva estética atrevida que trajeron consigo los sesenta, donde las protestas contra la guerra de Vietnam en Estados Unidos se mezclaban con el desarrollo de la alta costura en las capitales europeas.

La exposición, que comienza a finales de los cincuenta y acaba entrados los 70, hace un repaso cronológico de algunos de los acontecimientos más importantes de ese periodo de tiempo vinculados con la moda, la música o el cine.

En los sesenta, el diseñador Pierre Cardin presentó su primera muestra de «Pret à porter» para hombre, Audrey Hepburn encarnó a Eliza Doolittle en «My Fair Lady», o las actrices Geraldin Chaplin y Julie Christie se pelearon por conseguir el amor del egipcio Omar Sharif en «Dr. Schiwago».

En la muestra también se cuenta cómo en esa década, el diseñador hispano-francés Paco Rabanne presentó su primera colección ideada a base de metales y plásticos, al tiempo que las paredes de muchas ciudades se cubrían de los anuncios de marca Levi's y su nueva colección de vaqueros de colores.

Esos y otros acontecimientos hicieron que en los setenta el mundo de la moda, incluida la masculina, cobrara cada vez mayor importancia, y que nuevos creadores dieran rienda suelta a ideas complejas y futuristas.

En la exposición se recogen bocetos de diseñadores de moda londinenses y parisinos, así como algunos realizados por artistas de Berlín, y en los que queda patente la tendencia que proliferó en la época de confeccionar prendas sofisticadas.

A través de una gran colección de fotos, pueden apreciarse diferentes peinados, así como bolsos, gorros, bufandas y todo un compendio de complementos que pretendían añadir elegancia a la manera de vestir de las mujeres.

Del mismo modo, los sesenta también es la época en la que los pantalones dejan de ser una prenda únicamente para hombres, y cuando revistas especializadas como Vogue alcanzan una gran fama, recogiendo en sus portadas las caras más famosas del panorama internacional.

En la exposición se observa como los objetivos de las cámaras, los encuadres y los flashes se ponían al servicio de la moda y como las modelos posaban de manera elegante, refinada y con cierta falta de naturalidad, para centrar la atención en la prenda que se quería mostrar.

Vitrinas con una variedad de medias de colores, posiciones extravagantes en las fotografías o los primeros anuncios de moda protagonizados por hombres, comparten espacio con una colección de discos de la época, entre los que destacan The Beatles, The Supremes o The Troggs.

Además del hilo musical de fondo, el visitante puede colocarse unos cascos y escuchar a Los Beach Boys con su «Good Vibrations», a Sonny y a Cher con «The Beat Goes On» o a Bob Dylan y su «Subterranean Homesick Blues», todos temas característicos de la época.

También el cine tiene su espacio en la exposición, donde partes de películas como la fantaerótica «Barbarella», «2001: Odisea en el espacio» de Stanley Kubrick o «Blow-up» de Michelangelo Antonioni, evidencian como la estética de los sesenta también llegaba a la gente a través de la pantalla grande.

Todas las fotografías, bocetos y objetos expuestos pertenecen a la Lipperheidesche Köstumbibliothek, el mayor archivo sobre moda del mundo, según explica su directora y comisaria de la exposición, Adelheid Rasche.

Desde mañana y hasta el primero de agosto, «Haigh Sixties Fashion» estará abierta al público en la Kunstbibliothek de Berlín, para que, como asegura Rasche, la gente pueda observar que «en muchos aspectos, los sesenta todavía perduran en nuestros días».