«Mario Soriano es un futbolista de locos»

TORRE DE MARATHÓN

Mario Soriano festeja el gol que le marcó al Fuenlabrada para poner el 2-2 en el marcador
Mario Soriano festeja el gol que le marcó al Fuenlabrada para poner el 2-2 en el marcador CESAR QUIAN

Soriano ya ha participado en más partidos del Dépor que durante todo el curso pasado y despierta admiración en un vestuario donde le auguran gran futuro

15 abr 2023 . Actualizado a las 19:14 h.

«Lo que me han dicho, me lo ha dicho el menos indicado; si me lo dice otro más alto...». Andaba Iban Salvador buscando cómo propagar el incendio que su gol, su celebración y sus cuerpo a cuerpo habían provocado en Riazor. Pero al elegir a Mario Soriano, pinchó en hueso. No solo por el absurdo de convertir en objeto de chanza la altura de quien puede mirarle a los ojos de frente, sino porque a día de hoy no hay manera de sacar del partido al portador del 10 del Dépor. «Ahora mismo está en un magnífico momento. Es cierto que siempre ha sido importante para nosotros, pero a esta altura de la temporada está en un punto de forma excepcional», subrayaba Óscar Cano en la previa del duelo con el Fuenlabrada, durante el que el futbolista madrileño superó el número de participaciones de la pasada temporada.

Treinta jornadas pisando el césped —28 partiendo de inicio, por las 19 del curso 2021-2022—, una asiduidad que solo iguala Alberto Quiles. Socio y admirador del exjugador del Atlético. «Mario tiene una personalidad increíble, confía muchísimo en su fútbol. Es el que mejor se mueve entre el centro del campo y la defensa del equipo contrario, con ese control orientado que le ayuda a girarse rápido. Es un futbolista de locos, pero de locos», proclama el atacante onubense. Sobre el papel parte de la esquina contrario a Soriano, y sin embargo enlazan con él con frecuencia. Una sintonía que no es nueva: «Desde el principio tuve una conexión increíble con él, dentro y fuera del campo. Sabemos cuándo el otro va a romper, cuando hay que tirar una pared... Como futbolista, me encanta».

Se encuentran por dentro, porque no hay nada más falso en el Deportivo que sus extremos. «Mario pisa muy poco la banda —desgrana Cano—. A lo mejor la utiliza de partida, pero si las líneas del adversario están muy juntas lo idóneo es que reciba en los lados débiles, no detrás de esas líneas. En función de dónde vayan a estar los espacios, él será más efectivo en un lugar o en otro. Pero no suele ocupar los pasillos externos, aunque le digamos que inicie desde allí. Es un futbolista muy trascendente y desequilibrante, independientemente de dónde reciba. Que él baje y se acerque a los centrocampistas también nos ayuda a salir generando superioridades».

Sirva como muestrario del repertorio la cita más reciente en Riazor, cuando se asomó en varias ocasiones a la medular, ayudando en la construcción de superioridades. Unos desplazamientos que condenan a trabajar extra al lateral, como señalaba Raúl Carnero: «A Mario le gusta tirar al medio, llegando incluso a banda contraria y a veces sucede que si giramos el balón rápido desde la derecha no tengo mucho apoyo. Prefiero tener con quien asociarme, pero igualmente me encuentro cómodo». Sacrificio del coruñés a favor de obra. La que genera al Dépor muchas de sus ocasiones.

Como la primera del reciente triunfo en casa, cuando Rubén Díez se revolvió para sacar un centro que cruzó el área de lado a lado. En el opuesto a la posición del maño se ubicaba ya Soriano, ocupando zona de remate. Ese del minuto 5 se marchó desviado por un pelo. Quedó como parte del ensayo.

Hubo otro más antes del premio, como registró el 10 en zona mixta, durante su recuento de lo sucedido en el partido: «Antes del gol ya había tenido otra acción parecida, pero el balón golpeó en un contrario». La definitiva quedó grabada así en su memoria: «He controlado, Lucas se ha llevado al defensa muy bien a banda, me he girado y golpeado raso porque sabía que el portero iba a estar del otro lado».

En el 2-2, la maniobra no le acercó a la frontal, donde el Fuenla acumulaba zagueros. Le sirvió para alejarse de Coch y armar la pierna. Prueba de luces. Las que le llevarán lejos, según el pronóstico de Quiles: «Yo creo que va a llegar y ojalá sea aquí, con el Dépor en Primera. Porque es muy, muy bueno. Cuidao con Mario».