
Hizo frente al Eibar nueve paradas, una más que en la suma de las tres últimas jornadas, y equilibró el sistema de los cuatro mediapuntas
29 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.A Germán Parreño su gran inicio de Liga lo ha pillado trabajando. Nada es casualidad en un guardameta que se distingue por su constancia y labor silenciosa, sea como ahora en los momentos destacados de la portería deportivista, o en el banquillo sin minutos por la irrupción de otro compañero, lo que le ocurrió la temporada pasada con Helton Leite. «Cada año es distinto y cada semana es distinta. Me lo tomo como... el trabajo que vaya a dar y aportar mi granito de arena. Voy a dar todo, como todos mis compañeros, para que esto salga adelante», explicaba en una comparecencia anterior al pasado sábado, cuando dejó un puñado de paradas salvadoras, al tiempo que sostuvo la racha de su equipo como invicto.
Frente al Eibar el guardameta (Elche, 1993) detuvo nueve remates, ocho desde el interior de su área, en unas cifras inauditas en su equipo durante esta temporada. Es más, no llega la suma de las tres jornadas anteriores a esta para alcanzar la cantidad de disparos en que Germán tuvo que intervenir el pasado sábado. En un Dépor que insistió en el sistema de cuatro mediapuntas, con Mario Soriano incrustado en el mediocampo, Yeremay y Luismi Cruz a la espalda de Mulattieri, y Stoichkov en la labor del ausente Mella, el portero resultó decisivo para que su equipo volviese a sumar.
Los apenas cinco goles encajados que acumula en estos siete primeros partidos mejoran los seis que Dani Giménez recogió de su portería en el mismo período de la temporada 2018-2019, la que concluyó con derrota en la final de Mallorca por el ascenso, y dejan claro el buen rendimiento de un futbolista que vuelve a ofrecer la solidez y la sobriedad de su primera temporada con el escudo blanquiazul en el pecho.
Ofreció entonces un puñado de intervenciones de mérito, pero sobre todo se recuerda su sacrificio en aquellos inolvidables minutos finales contra el Barcelona B que disputó con el brazo roto para sacar al Dépor de cuatro temporadas en el barro.
Renovación automática si sube
Con dos ascensos bajo el brazo (uno como deportivista), Parreño comparte con su entrenador la garantía de que ambos continuarán en Riazor más allá de esta temporada si suben a Primera. Para el futbolista, una doble ambición, la de subir y la de volver a la máxima categoría (allí había debutado el portero con el Espanyol en el 2014 y militó luego con el Racing de Santander), que solo será realidad si todos insisten en el esfuerzo. «Vemos que la exigencia es máxima, que tenemos todos los recursos habidos y por haber, y ya trabajando de la manera que trabajamos tenemos que dar el máximo en cada partido. La exigencia es máxima, tenemos que estar arriba, pero pensando en el trabajo diario», sostiene el primer pilar del plan deportivista.